Biblioteca de Sarrià – Clarà, Barcelona

La biblioteca está bien. El señor que atiende trabaja sin ganas y con mala atención. La chica un poquito mejor pero no son profesionales para estar de cara al público y dar una imagen correcta del servicio, parece que te estén haciendo un favor. Los horarios buenísimos para los trabajadores y malos para los usuarios.

El bibliotecario de la entrada no cumple con ninguno de los requisitos para atender ni por teléfono (colgando de malas maneras a una reclamación de un usuario mientras yo espero en el mostrador), y menos competente de cara al público, pagando yo su mala predisposición general y su mal humor. Por el contexto de la charla por teléfono, este sujeto se desentendia de los argumentos del usuario, alegando que recien volvía de vacaciones. A continuación le cuelga el teléfono con un ". Sí usted siempre tiene la razón de todo". El tipo no sabe la suerte que tiene de tener ese trabajo, ni le importa lo más mínimo tratar a la gente con respeto. Total, su trabajo lo tiene asegurado! Si puedo evitarlo no vuelvo al "Clarà". Eso si que está "Claro". Lamentable experiencia.

¡jamás había estado en una biblioteca tan ruidosa! Experiencia muy decepcionante.el bibliotecario es una persona mal educada y muy ruidosa, ningún respeto hacia el usuario, parece que esté en un mercado y no en una biblioteca.la oferta cultural muy pobre.una lástima, bien gestionada y podría ser una biblioteca maravillosa, en cambio está dejada, se nota que trabajan sin ilusión.

Magnífica biblioteca en un edifici també molt bonic.molt recomanable i molt fons bibliogràfic

Tema de dias de examenes no hay mesas ni sillas, pienso que en semanas de examenes deberian dejar estar en la zona de infantil, ya que vamos a estar en silencio y no distrairemos a los niños, y si no nos podemos concentrar deberiais buscar una manera, o que estubieran en silencio los niños

La entrada de la biblioteca está infestada de perros sin correa, uno de los perros atacó a mi hija cuando salía de la biblioteca, espero que las autoridades hagan algo ante esta falta de civismo, de lo contrario esta biblioteca pronto parecerá la casa ocupada de Cataluña

Las grandes experiencias se pueden hundir por la falta de empatía y amabilidad, en concreto del bibliotecario de la entrada principal, que su infelicidad la transmite nada más entrar…y realmente se te quitan las ganas de descubrir. Habría que reciclarlo y hacerle hacer un curso de atención al cliente…o reubicarlo donde no esté de cara al público. Lástima!