Can Vicenç, Barcelona

El restaurante estaba prácticamente vacío lo cual nos dio un pelín de miedo. Pero en cuanto sirvieron los platos, os puedo asegurar que todo estaba buenísimo. Raciones grandes y d calle dalidad. Pienso volver a venir. Los pies de cerdo, la ensalada, la butifarra con unas patatas fritas caseras que hace años no las he probado tan buenas. Os animo a que lo proveis. Personal muy amable.
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Hemos vuelto a ir ahora que ha vuelto a cambiar de dueños, siendo la Señora Ana (la dueña original de siempre) y su hija las que regentan el sitio y hemos quedado encantados. Trato espectacular, buenos precios y lugar privilegiado con buena sombra para resguardarse de estos calores. Los bocatas para almorzar espectaculares.si pides uno normal, es una barra de pan completa de la que pueden comer dos personas perfectamente. Recomiendo el Serranito que es el que he comido yo. Se nota el cariño que le ponen en ofrecer un trato exquisito. Sin lugar a dudas que vamos a volver. Lugar especialmente aconsejado para ciclistas ya que dispone de mucho sitio para poner las bicis a buen recaudo y seguras.

Sitio amplio, tranquilo y buenas vistas.
Pedi.os tapas y son raciones generosas, bien elaboradas y precio correcto.
Personal muy amable

Hoy después de mucho tiempo, hemos pasado.
Vuelve a estar la Sra Ana y su hija.
Vuelve a ser Can Vicenç de toda la vida, pasaremos más a menudo, trato excelente, comida buenísima, y muy buen precio.
Recomendable 100%

Hogar del almuerzo del ciclista al pie de San Antonio los sábados y domingos. Ana nos trata de maravilla, con sus migas, torradas y bocatas kilométricos.

Las patatas bravas y la tortilla de patata, buenísima.siempre que vamos por la zona con la bici repetimos.

La comida estaba bien, pero el servicio fue injustificablemente malo. Fuimos a comer y tuvimos que pedir en cuatro veces (bebida dos veces, y comida otras dos veces) porque el camarero se iba a la mitad.
No recogieron la carta, ningún plato ni bebida.
Tuvimos que pedir cubiertos dos veces con la comida enfriándose en la mesa. Además nos trajeron cuchillos que no eran de carne y no trajeron suficientes, tuvimos que entrar y pedirlos en la barra.
Tardaron muchísimo en sacar la comida, y cuando sacaron las carnes uno de los entrecots estaba crudo. Lo devolvimos, y estuvimos esperando tanto tiempo que nos dio tiempo a acabar de comer.
Al final entramos a pagar para irnos de tanto esperar y nos fuimos a la mitad de la comida pese a que estuvimos más de dos horas en el restaurante.
Por no mencionar que los camareros nos ignoraban cuando los llamábamos.
Nunca había visto algo así.

Per un cubata 7€, com si estiguessis a un pub i a sobre després de 10min asseguts, haver de demanar que netegin la taula dels que estàven asseguts anteriorment.no hi tornarem

Nueva administración, buenas tapas, buena carne a la brasa, enorme terraza.
Adentro también es bastante amplio.
Menús de lunes a viernes.

Desayunos muy ricos y caseros, vistas espectaculares, situado en un lugar maravilloso, todo me encantó del restaurante? 100% recomendable

Buenísimo para pasar en familia un ambiente tranquilo se respira un aliento de la montaña, los platos que sirven son buenos al punto les recomiendo

Fuimos muy tarde a comer pk veníamos de ruta y nos trataron muy bien, carne echa al momento patatas normales no congeladas la verdad que estába todo muy bueno, trato genial.

Buen sitio para tomar algo. Han cambiado de dueños. Las tapas han subido de calidad y las raciones son bastante abundantes. De momento hay que esperar cómo avanza.

Servicio mal, comida mal y solo tenían que servir nuestra mesa, muy mal no repetiremos, tiene mucho que aprender para llevar un restaurante.

Sitio muy agradable donde comer.
Rodeado de rutas donde hacer senderismo o ciclismo.
Paisajes preciosos

Buenas tapas. La camarera sirviendo de mala gana. No pedimos segundo plato porque paso demasiado tiempo. Mas de media hora y no se dignó ni a preguntar. El vino de la casa 20 euros. Relación calidad precio cara si tienes el cuenta el servicio.

Fuimos a comer un domingo y cogimos el menú.
Servicio especialmente lento (tardamos entre el primer y segundo plato como casi dos horas y porque lo pedi). La comida dejaba bastante que desear, pedi una ensalada de queso de cabra y me trajeron un plato con mezclum de bolsa y una torrada con un trozo de queso de cabra encima y de segundo fideuá y no me la pude comer la sepia era chicle y para colmo el postre era prefabricado, como el que te ponen en los buffets de los restaurantes chinos. Lo único bueno los calçots del menú. No volveré