Catedral del vi, Tarragona

El celler muy bonito y la guia un10 muy simpatica y agradable pero tendrian q reparar el techo pues hay alguna gotera
En cuanto a la degustación de vinos el acompañamiento pobre
Y de la comida en el restaurante parece mas bien de caterinty el carro de los postres tenia alguna telaraña
En fin creo q tendrian q mejorar un poco

Tuve una experiencia muy agradable y sabrosa en el restaurante. Es una lástima que no todo el mundo esté igualmente entusiasmado durante la parte de degustación. Sigue siendo 5 estrellas para no arrastrar el restaurante hacia abajo.

Molt interessant la seva historia. Un 10 pel personal, molt servicial e implicat. Visita obligada a les instalacions de la cooperativa

Tot fantàstic! Hem anat a celebrar una data especial i ha estat una sort escollir aquesta experiència, ens en recordarem sempre

El menjar esta boníssim, la carn molt tendra i bon servei.
Per posar un pero, em faltaria un plat de verdures o amanida als entrants.

Toda la pasión, historia y trabajo que tiene una bodega y el arte de elaborar vino, no se trasladan a este bonito edificio pero con una visita insulsa e impersonal basada en un camino de flechas y escuchas mediante códigos QR.

Para cerrar la visita, "cata" de 4 vinos en cristalería pequeña y de poco nivel, poca explicación de los vinos y dificultad en la comunicación. Acompañado de una correcta selección de embutidos-quesos pero sin mayores opciones.

Debería ser recomendable orientar a cliente con mayor calidad y no tanta oferta, no transmite ni vino ni proyecto.

Realitzar la visita al celler, tastar la degustació de 3 vins i una mistela i després dinar ha estat una molt bona experiència.

Altament recomanable

Hicimos la visita. Hay unos códigos QR para que vayas escuchando los audios. Una pequeña parte de la visita con una actividad de adivinar aromas y puedes ver máquinas de la época. La hicimos solos lo cual era de agradecer porque íbamos a nuestro ritmo. Esa parte de la experiencia ha sido muy positiva.
La pequeña cata bastante “cutre” Ni dos dedos del vino más barato que tienen y un trozo pequeñísimo de pan con un chorrito de aceite que no daba ni para mojar. Sin hablar contigo, sin acompañarte, sin animar a probar otras cosas o incluso a comprar o volver. Siempre digo que parte de la experiencia la proporciona el personal y su amabilidad y aquí ha estado deficiente.

Fantàstic. Vam passar una bona estona amb la visita, vam gaudir del tast i ho vam acabar d'amanir amb un molt bon dinar. Molt recomanable.

Visita molt interessant i interactiva. Si no teniu visita guidada, porteu auriculars!

El tasteig de vi molt bo i el restaurant molt bon servei. Van adaptar menú per intoleràncies. El lloc és molt bonic.

Visita a la Catedral del vi.
Celler Modernista molt ben conservat i d'interès.
Visita al restaurant del celler menjar ben elaborat i bona presentació dels plats.

Hem vingut una colla de 18 persones a fer la visita d'aproximadament uns 40min, on les explicacions han sigut escasses. Al finalitzar, hem acabat amb una miserable copa de vi blanc i una llesca de pa amb oli. Tot això, per 9,5€. Caríssim.
El tracte als visitants bastant pèssim.

Cellwr meravellós. Bon restaurant amb bon producte, si be després d, un menu degustació a mes de 34 euros i 11 persones, ens podriem haver deixat emportar-nos mitja ampolla de vi blanc que havia quedat. Poca classe. De batallón.

Un edifici espectacular, meravellós, i absolutament desconegut, com a mínim per mi. Una joia que cal veure. I si us agrada el món del vi encara més.

Una arquitectura espectacular amb consonància amb el menjar. Gent jove atenent i explicant els plats i el celler. Tot molt bonic i bó de debò.

Genial! Completamente recomendable. Hicimos visita con su correspondiente cata de vinos y posteriormente comimos en el restaurante. Todo genial. Menú exquisito, cuidado y muy delicioso todo. Cogimos menú degustación. Muy completo, bastante cantidad y muy rico. Sin duda repetiremos. El magret de pato es un plato que no puede faltar!

La Catedral del Vi es un edificio Modernista de principios del siglo XX del arquitecto Cèsar Martinell, discipulo de Gaudi, para una cooperativa de vino. Destacan sus arcos parabólicos, característicos de Gaudí, como pueden observarse en la Nau Gaudí de Mataro. Es actualmente un museo y un restaurante.
La visita vale la pena y los platos servidos en el restaurante tienen un detalle de autor basado en la cocina de temporada.

Desde el momento en que llegamos la guía ya nos mando callar en la misma calle antes de entrar, y después en todo el recorrido siendo que íbamos con audioguia y la intentábamos evitar, hacia mucho tiempo que no me trataban tan mal en un sitio, solo ofrecen guía en catalán y si no la coges parece que no tienes derecho a nada, Somos gente que nos gusta ir a visitar bodegas y en ninguna nos habían hecho sentir asi, siempre respetando a todos, no volveremos

Un tracte molt bo, una restauració espectacular, menjar i beguda de proximitat i cambrers del terreny. Molt recomanable i per tornar-hi segur.

El lloc ideal. El personal super agradable i professional. I el vi, elmenjar i les postres ideals. Per tornar-hi.