Hostal La Font, Lleida

Es un sitio espectacular, se come de lujo, las habitaciones son muy bonitas y el precio es el justo por la calidad, el único pero es el carácter del hijo del jefe q se altera mucho pero bueno a lo mejor tenía un mal dia

Lamentable. El trato fue penoso. Pedimos una ensalada y una parrillada para dos personas y nos dijeron que teníamos que pedir más comida, por lo menos otro plato más o nos cobraban 5 euros por el pan. Al decirles que no queríamos que sobrará comida, nos dijeron que si sobraba nos lo ponían para llevar. Es el primer restaurante que conozco en el que me obligan a pedir más platos. Realmente lamentable. No volveré aunque la comida está buena.

Un lieu authentique, au calme, proche site naturel préservé
Patron et personnel de l'hôtel à l'écoute, pro et très sympathique.
Je recommande ce très bel établissement.

Todo muy bueno. Raciones generosas. Lástima que no mantengan distancias de seguridad entre mesas en situación Covid. Hay una sala gigante donde pueden mantener distancias, pero no. Mesas pegadas.

De 10. He anat diversos cops i sempre amb ganes de repetir ja que val la pena apropar-se al restaurant per passar un bon dia. El menjar molt bo i de proximitat, la atenció i el servei excel.lent. Les carns a la brasa i l'arròs boníssims. Algún día aprofitaré també per descansar a l'Hostal, ja que els amos que el regenten són molt agradables.

La comida no estava mal, pero el precio por plato era caro, ya que la porción por persona era muy justa. Tardarón bastante rato en traernos la comida.

On vient de faire un séjour d'une semaine avec un couple d'amis dans cet hôtel (10/07/2021 au 17/07/2021).
Le cadre; une vallée proposant de multiples randonnées vers les sommets entourant le village, en une semaine on a, bien sur, pas pu tout faire.
L' hôtel, belle bâtisse en pierre, dont les chambres bien agencées sont très bien isolées acoustiquement, le style est rustique et solide, les finitions dans les chambres parfaites. La literie excellente. La nuit, on entend la rivière et c'est tout. (à 1350 mètres d'altitude, on a dormi les fenêtres ouvertes, pas de moustique). Le ménage est parfait.
La table, grande salle avec cheminée qui flambe et qui est utilisée pour le pain et certains plats. Nous étions en demie pension, repas tous les soirs, nous n'avons jamais été déçus! Deux choix pour les entrées, le plat et celui de la carte pour les desserts! Boissons sont à part (sauf les liqueurs en fin de repas, offertes). Petit déjeuner sucré, salé, très copieux, important pour les randonneurs et les cyclistes.
Le service, avec le couple de patrons, les 2 fils et la fille (on a surtout eu à faire aux parents et au cadet (Adrian) avec une équipe jeune et très sympa.
L’hôtel propose des activités dont une rando en 4X4, à faire absolument.
On n'était plus habitué à faire ce genre de séjour, car trop souvent déçu, mais là, on a eu un rapport qualité/prix jamais vu, un établissement propre et confortable (certains se plaindront du style désuet, mais c'est ça qui fait son charme), une cuisine du terroir simple et gouteuse, un accueil très chaleureux (les patrons et le fils présents étaient dispos pour converser) et un environnement où on peut se perdre en montagne sans prendre sa voiture.
On espère pouvoir y revenir.
Adéu.

Hola! Un pueblo precioso, restaurante y atención buena. Te sientes engañado qué no ponga qué la bebida no entra en el menú, supongo qué lo harán por qué es el único restaurante del pueblo.

"QUÉ DESASTRE" (palabras textuales del camarero).

Hace 15 años que no visitaba el precioso pueblo de Os de Civis, muy a mi pesar esta vez el restaurante Dos Hermanas, había cerrado.

Decidimos comer en el único restaurante que queda, imaginé que tendría la calidad de antaño, pero la sorpresa fue totalmente lo contrario.

El servicio es caótico, los camareros no se aclaran entre ellos, te traen las cosas dos veces o no te las traen. La comida escueta, de mala calidad y la brasa de pena.

Pedimos unas Galtes de cerdo, que de estar más saladas nos tendrían que haber tirado al pozo del agua a vaciarlo. Al quejarnos (estaban incomibles, de verdad) pedimos una ensalada, la cual resultó ser una ensalada de bar de polígono (incluso esas saben mejor!).

Mi pollo a la brasa brillaba por su ausencia, no se si es que no lo habían alimentado o se había comido a él mismo antes de sacrificarlo. Adornado con una patata harinosa y dura que se quedó en el plato obviamente.

Hay que decir que no nos cobraron las galtes, ni la ensalada (que menos!). Toda esta experiencia, por el módico precio de 25€, 10% de IVA a parte:)

En fin, aquél pobre camarero tenía razón, QUE DESASTRE!