Hotel Sant Roc, Lleida

Decepcionante y poco interesante.

En la recepción ya se nota la falta de clase del hotel…
Dos estatuillas sucias te dan la bienvenida, sin olvidar al pequeño Maneki Neko (el famoso gato chino dorado) que te saluda. No entendíamos muy bien el estilo de decoración elegido, ¡algo sorprendente para un hotel de 4*!

Habitación pequeña, sin gusto por los detalles (cuadros torcidos, etc.), hay que revisar la higiene (pelos en la bañera).
Baño pequeño.
Si abres las ventanas, ten cuidado al mirarlas.
El desayuno, que a primera vista parece bastante variado, pero los productos decepcionan en cuanto a su calidad, el tocino está duro, demasiado cocido, los pasteles secos, el zumo de naranja no es casero, no hay máquina para hacer chocolate caliente, pero se puede pedir al anfitriona para tomar un café.
El SPA es agradable (jaccuzzi espacioso, sauna, hammam).
El pueblo de Solsona no tiene ningún interés, no encontramos nada que ver y/o visitar. La gente te mira fijamente, fue una experiencia realmente extraña.
Mala relación calidad-precio en general.

El único punto realmente positivo: el personal del hotel es amable y sonriente.

Una experiencia decepcionante.
Un precio muy elevado para una habitación muy simple donde para disfrutar de un baño de hidromasages tienes que llenar la bañera a rebosar, donde pagas un obsequio que son unos pocos petalos secos.un spa k da la impresion que tiene que ser grande, donde solo es un jacuzzi en el que solo funcionan dos chorros y aunque reseves lo compartes con otras parejas.
La cena escojimos menú degustacion que dejo mucho k desear y el postre donde pone que es degustacion de varios postres te ponen fresas con nata y un coco helado.
Un hotel que no repetiremos y que no aconsejamos.

Fuimos entre semana para celebrar el cumpleaños de mi novio. La cena estaba buenísima, el ambiente perfecto, desayunamos en la terraza y estuvimos solos en el spa