Kebana, Tarragona

Parece que el personal odia el trabajo. Cualquiera que sea el continente desde el que nadaron, esta es la norma. Todo el lugar está abandonado. Es muy hogareño para ellos. La comida es nada, el servicio es muy lento. No vengas aquí a comer.

¡El servicio quiere algo mejor! Las porciones son pequeñas! El personal no es muy (¡Los baños son terribles! No aconsejo (

A pesar de lo que puedan decir por ahi, los lavabos dicen mucho del resto del negocio. En éste caso, el lavabo de caballeros estaba colapsado por agua atascada y papel higienico en el que se ven las deposiciones, y el rollo por el suelo. El sarro circunda la ceramica del inodoro y el cerco de.lo que sea es visible a varios kilómetros (se adjunta foto). El otro lavabo (señoras y discapacitados) apaga la luz automáticamente a los pocos segundos. Si la limpieza que le muestran al cliente es esa, habría que ver la cocina. No me fuí porque lo descubri tarde, a fin de cuentas solo me tomé un café, bastante insipido, por cierto. Me tuve que cambiar de mesa porque no limpiaron la que tenia. Tiene pinta del tipico bareto donde se emborrachan (y vomitan) los adolescentes preuniversitarios inconscientes un viernes por la noche. No volvería ni aunque me pagaran por hacerlo. Se recomienda acudir a comer si les encañonan con una pistola para hacerlo y siempre acompañado con un inspector de sanidad (a ser posible responsable). Respecto del trato del personal, no crucé demasiadas palabras con ellos.

No sé porque la gente se queja tanto de este magnífico restaurante, es el único lugar del mundo en el q te puedes pedir un helado, tomar un vermut y comer un kebab con vistas al puerto deportivo. Mientras que esperas lo que has pedido te da tiempo a sacarte una carrera " si pides más de dos cosas también el máster y la oposición". La carné está tan dura q mejor te pillas un seguro privado para arreglar los piños. No todo es negativo, las gatis se pasean en tanga y el vaso del vermut está bastante guapo. Mi recomendación es que mejor comáis una rata de la calle antes de venir a este sitio.

Pedimos unas patatas y demoraron un montón, cuando llegaron encontramos pelos en la comida, para cambiarlas nos dijeron 20 min pero en 30 cerramos. Pésimo servicio. Lamentable.