La Torre del Vilar, Barcelona

Un lugar para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza, desde el personal hasta la comida, la habitación y el jacuzzi increíble experiencia!

Fabulós! Tot molt bé, l'entorn, la tranquil·litat, són molt amables i la masia és preciosa! Repetirem! Moltes gràcies!

Excelente masia hotel rural con encanto. Muebles originales en algunas estancias. Comida excelente y maravilloso trato

En nuestro caso fuimos únicamente a comer, y todo estaba delicioso. La atención tanto de la camarera como del cocinero excelentes y muy amables. Y para rematar el postre y el café en el maravilloso patio. Nos encantó!

Precioso hotel con el encanto de una antigua casa señorial. En plena naturaleza, ideal para encontrar paz y relajación. La comida varía en calidad. Las alcachofas asadas estaban muy ricas. Nos alegró mucho encontrar platos vegetarianos en la carta de un hotel rural de estas características, aunque nos dimos cuenta de que se trataba de un nuevo campo de experimentación para el joven chef. El personal era muy amable y servicial

El hotel está bien situado en una suave colina rodeada de campos de labor y bosques. El silencio y el canto de los pájaros es muy perceptible.
El hotel mantiene la decoración de principios del siglo pasado tanto en las zonas comunes como en las habitaciones y cuenta con una amplia piscina al aire libre.
Existen lagunas en el mantenimiento y en la coordinación de la atención al cliente.

Lugar bastante bonito y cerca de Bcn.
El jacuzzi interior mola bastante.
Los masajes son geniales.
El hotel está bien conservado y se explica su historia.
Su web no está en catalán ni nadie habla en catalán en el hotel cosa que es difícil de entender en un lugar así. Una pena.
La comida es bastante buena y abundante lo único que el menú no incluye vino (podrían poner uno "de la casa").
Los postres muy bien.
El desayuno es variado, abundante y muy bien servido.
Los hoteleros son muy amables (Arturo es un encanto).
Los colchones son blandos y bastante incómodos, parecen antiguos, no se duerme muy bien.
El entorno es muy bonito y se puede hacer un paseo por el bosque de la finca muy agradable. Es muy extensa.

Es un hotel rural, precioso. Que te hace retroceder en el tiempo. La decoración perfecta. Te haces a la idea de como vivían, la burguesía catalana y sus costumbres.
El persona muy amable y la comida un 10.

Un racó preciós per desconectar, cada espai té el seu encant. Tant l Arturo com l Assumpta s’han desviscut perq estiguessim bé. Avui he pogut saborejar la seva cuina i molt bo i la qualitat del producte molt ben cuinat. Unes carxofes al forn amb pernil, ànec amb peres i mató. Gràcies per la vostra acollida, amb pena de tenir que marxar abans del previst.

Sin duda me queda pendiente poder hospedarme en una de sus habitaciones, ya que el lugar invita a ello a gritos silenciosos. Su bella ubicación trasciende historia y su arquitectura contagia harmonía y espiritualidad. Su patio interior jalonado por columnas de mármol te transporta a una época andalusí desde la cual se puede acceder a una capilla consagrada. Este espacio central reparte luz y acceso a la sala del restaurante, la cual es todo un privilegio poder comer en ella. Sin duda la terraza colindante es también un magnífico espacio para degustar un menú amplio que combina producto local y de temporada y conjuga bien con cada estación. Una ratafia casera hecha a partir de una pócima que combina 32 especies vegetales distintas maceradas con sus nueces verdes es el colofón de una excelente comida.
El trato amable y educado de los anfitriones te hace sentir tan a gusto en el lugar que las horas ni notas volar.