Monestir De Les Avellanes, Os de Balaguer

Lugar precioso, bien situado, decoración austera de monasterio. Limpio, el claustro iluminado por la noche, una maravilla.
Desayuno correcto, servicio de recepción muy amables.
Tranquilo, hay para rutas a pie y en bici. Parking gratuito
Muy recomendable

Preciós, ben cuidat, tranquil i varem poder visitar el claustre sense pagar. Fet extraordinari avui en dia.

Excelente comida en un entorno privilegiado.
Asistí a una comida con clientes y estuvimos encantados. La calidad de la comida exelente, y el servicio fantástico. Además el entorno es una maravilla. Se nota que ponen esfuerzo en cuidar a los clientes en la justa medida que necesitan, son atentos proporcionando un buen servicio sin agobiar. Enhorabuena por el producto y por cuidarnos tan bien.

Excelente sitio para desconectar! La comida gastronòmica y buenissimo todo! Excelente trato de los trabajadores! En especial la recepcionista que se llama Helena muy simpatica y muy atenta con los clientes!

Vaya monasterio bonito. No lo conocía y lo vi de casualidad, me encantó el monasterio, la ubicación rodeada de naturaleza, zona de ocio para peques, parques y zona habilitada para colonias, y un montón de historia y cultura que desconocemos. 100% recomendable. Gracias al señor jardinero que me atendió perfectamente dándome las mejores recomendaciones para la visita.

Un lugar muy tranquilo y muy muy cuidado y limpio. Fuimos a comer el menú del restaurant del mediodía! Muy buena experiencia, la atención muy agradable y la comida muy correcta!

Habitación sencilla y cómoda, camas confortables. Falta presión de agua en el baño. Bien insonorizada.

Restaurante bien, platos bien elaborados. Servicio poco profesional, a mejorar.

Desayuno correcto y abundante.

Edificio bonito, aunque con la reconstrucción se les ha ido la mano, claustro e iglesia interesantes.

Ayer domingo estuve en una celebración, la comida fatal.
Los camareros ni te miraban a la cara cuando les pedías algo.
Pedi como 6 veces una Coca Cola y no hubo manera.
Decepcionado

Es pot disfrutar de pau i tranquil·litat, bon servei, habitacions molt confortables, bona cuina i una base immillorable per conèixer l'espai natural del Montsec.

Ha estat una visita curta però m'ha agradat poder tornar a un lloc on havia estat fa més temps i que en essència continua igual però amb alguns canvis de manteniment

Un hotel para pasar unos agradables dias en un entorno rural muy tranquilo. Instalaciones interiores y exteriores bien cuidadas, con habitaciones modernas, amplias y cómodas, que no tienen televisión, elemento supérfluo en un lugar como este, natural y relajante.
Excelente cocina, servicio y relación calidad/precio.

Monastère superbe. Possibilité de visite guidée ou libre. Restaurant très bien sur place, repas à moins de 20 euros. Possibilité d'organiser des événements. Personnel très accueillant. Parking gratuit.

Un bon entorn per sortir a fer una passejada amb la família i per gaudir de la tranquilitat del lloc.

Un lloc una mica lugubre, amb un cert tufillu opus. L'esculptura del marista amb els nens es prou eloquent. Sort que no hi havia lloc, no mhi allotjaria.

Un monestir que actualment és un hotel amb un molt bon restaurant. Està apartat de tots els pobles del voltant fet que dona una gran pau i tranquilitat, és un bon lloc per retirar-se uns dies a meditar i pensar, per relaxar-se. Té molt bones excursions pels voltants.

Me ha encantado la cocina de este pequeño restaurante. Me lo habían recomendado, pero no podía esperar que un local de aspecto tan humilde y aislado podría contar con un chef tal bueno. Excelente menú, para repetir.

Buen sitio para estar tranquilo, gente muy amable, habitaciones limpias no tienen TV por lo menos en la que estuve, hay wifi, buen desayuno

Mal servei, entres i pagas com a particular i et barreijan amb les excursions d'avis del Imserso, que ho arrasant tot.
Sembla que no haigin menjat des de fa dies.
Les habitaciins, per contra, son acceptables pero no millors que un tres estrelles.
Resum: No hi tornarem ni el recomanarem

El Monestir de les Avellanes se fundó el 1166 por la orden monástica de los Premonstrateses, que seguían la regla de Sant Agustín y permanecieron en él hasta el año 1835, año en que fueron expulsados por la ley de desamortización de Mendizábal.

En la zona del Monaterio no hay avellaneros, pero si que hay producción de miel, por lo que se cree que el nombre no está dedicada al fruto, si no a las abejas y que, por lo tanto, el nombre debería escribirse con "b" (Abellanes).

El claustro del Monasterio se construyó a finales del Siglo XII y es la construcción más antigua del Monasterio. La Iglesía es de estilo gótico y está inacabada y su construcción fue impulsada por Ermengol X, hacia el año 1303. En ella fueron enterrados los Comptes d'Urgell, Pero el Banquero señor Santesmasses (uno de los varios propietarios que tuvo el Monasterio hasta que, finalmente, lo adquirieron los Hermanos Maristas) vendió los sarcófagos con los restos de los Condes, al Museo The Cloister, de New York (USA) su precio fue de 15.000 pesetas de aquellos tiempos (antes del 1910). Los restos mortales fueron retornados en 1967, pero no en los sarcófagos sino dentro de unos sencillos sepulcros de piedra.

Debido a la antigüedad de este Monasterio, su conjunto arquitectónico muestra diversos estilos: gótico, románico, neogótico. Además, las actividades que se realizan en él, son varias:

Tiene Restaurante, donde sirven muy bien: calidad, profesionalidad, amabilidad. Hospedería, para las personas que deseen pasar unos días de retiro y espiritualidad. Salas de Reunión, muy convenientes para los grupos que van para alguna actividad. Casa Espiritual para hacer Ejercicios. Biblioteca y Archivos y también Casa de Colonias donde están invitados tanto los alumnos de sus colegios, como alumnos de cualquier otro.

Monasterio del s. XII actualmente gestionado por los Maristas. Reconvertido en hotel con excelente restaurante. Se puede visitar aunque no se pernocte, pero el hecho de hacer noche en un lugar con tanta historia emociona a uno. Se recomienda en especial visitar el claustro y la iglesia.