Restaurant Can Quico, Barcelona

Hoy hemos ido a almorzar, i después de esperar la cuenta una hora, nos han dicho que no podíamos pagar por separado, y había que pagar dentro. Hemoa entrado a pagar 4 personas y el dueño, a gritos, si a gritos, que si no conocíamos las leyes que había mucha gente etc. Cuando salimos, el camarero nos dice a gritos que nos quitemos de enmedio, Bueno espero que alguien mida la distancia de las mesas, pues la ley dice que tienen que estar a dos metros, solo espero que se queden sin clientes, que tan mal tratan.nosotros desde luego no volveremos nunca más,

Tipico restaurante a pie de carretera. Parking propio. Mi valoracion es simple solo fuy hacer un almuerzo rapido (bikini - Cola). Espero un dia volver y poder probar otros platos y si es necesario cambiar mi valoracion

Venia a desayunar, la camarera nos trató con grosería. Estábamos a punto sentarnos en una mesa de dos habiendo varias libres y nos ha quitado de la mesa murmurando que la gente hace lo que le da la gana.en la entrada no hay ninguna indicación de esperara a ser atendidos y las mesas no estaban señalizadas como reservadas ni de ninguna otra manera.simplemente nos la ha quitado por que no le debimos caer bien, la camarera es una chica de estatura baja y con el pelo largo. Muy desagradable. Espero que aprenda a no pagar sus frustraciones con sus clientes que yo no pago para estar sufriendo los complejos de nadie. Yo por lo pronto no pienso volver y recomendaré a todo aquel a quien conozca en la llagosta, que si puede evitar ir a esta clase de locales que lo haga.

Calidad buena, de restaurante de pueblo. Precios muy correctos. Almuerzo de 4 personas (bocatas) con bebidas y cafes. Unos 12€. Ambiente tipico.

Es la tercera vez que nos sirven algo en mal estado. La primera vez fue un bacalao, la segunda unas bravas recalentada y con un sabor rarísimo como si hubieran calentado la mayonesa y estubiera descompuesta y la tercera unas bombas con la carne podrida. Le doy un 1 porque es peligroso comer allí, están jugando con tu salud. Y han sido 3 veces muy espaciadas en el tiempo por lo que se denota que es una práctica habitual no prestar atención a la caducidad de los alimentos.

La Camarero de la tarda es una impresentable es dedica a lligar i no agafa comandes es baixeta morena i poeta la talla pintada a lo gitano. Vam haver de marxar sense demanar.