Restaurant Cinc Sénies, Barcelona
Direccion | Camí del Celler, 12, Mataró, Barcelona | ||||||||||||
Telefono | +34 937 90 70 77 | ||||||||||||
Horas |
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Sitio web | lescincsenies.com | ||||||||||||
Categories | Restaurante | ||||||||||||
Clasificacion | 3.9 24 opiniones | ||||||||||||
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Restaurant Cinc Sénies opiniones
24Excelente menú de mediodía a un precio muy correcto. Buena variedad de platos a elegir y una excelente situación en terraza.
Menú de 20€ con varias opciones en cada plato. Cantidad suficiente y bien cocinado. Tarta de queso muy rica. Servicio amable. Hay aparcamiento.
Calidad precio muy desigual. Poca comida para lo que vale el menú. El trato personal es muy correcto.
Un espectáculo para los 5 sentidos. Muy exigentes con la hora de llegada para poder disfrutar de la experiencia todos los comensales al mismo tiempo y no interrumpir la dinámica de la sala. Sala elegante, intima y espaciosa, que permite disfrutar de la comida con intimidad. Menu de degustación largo, pero bien equilibrado en cantidades y sabores. Te informa en cada plato según llega a la mesa con una pequeña historia del mismo, original forma de presentar la carta. Primero nos pusieron tres pequeños aperitivos en la entrada acompañados con un vermut casero, sin azúcar ni tostados. Una aceituna deconstruida mezcla de arbequina y manzanilla, un tomate con forma de piedra y su interpretación del pollo a la catalana. Los tres excelentes, tomando el vermut directamente del porrón, como si estuvieras en el campo. Original presentación y declaración de intenciones.
Empezamos con una alcachofa, alucinante, con toque asado acompañada de una esfera de queso. Seguimos con la gamba roja de Palamós con diferentes texturas, en croqueta, cruda y crujiente del jugo. Muy buena, pero no supera a la gamba por si sola. Seguimos con unos guisantes lagrima, acompañados por una escenificación de jamón y un jugo de los mismo, rematado con trufa melanosporum. Un toque subido de humo en el jugo que mataba la delicadeza de este producto. Continuamos con un anguila en una torrija salda, acompañada de un pil-pil y topping de berenjena asada muy sutil. Sabrosa, con un toque justo de ahumado que acompaña perfectamente a este pez. El siguiente plato fue un rabo de toro y mollejas con una calabaza nixtamalizado (original forma de conservación sudamericana) y el jugo del rabo. Plato con mucho sabor, el toque crujiente de la molleja acompaña muy bien a la melosidad del rabo. Nos cambiaron en el siguiente pase a un rodaballo asado con crema de almejas y salsifi. Perfecto de cocción y el toque fresco de la verdura era perfecto, se notaba el sabor de la brasa que da eses gusto tan especial. En el ultimo pase antes de los postres volvimos a la carne, un cerdo de Sagas. Por una parte un solomillo con un crujiente de migas de ajo, elegante, aunque otros cerdos tienen un sabor más potentes que este. Por otra la costilla guisada desmigada, excelente, mucho sabor, una escenificación de apio-nabo asado con su toque ahumado. Y una cosa sorprendente, el mini taco de manzana escabechada, perfecta, lo más sorprendente del plato. Seguimos con dos postres. El primero mandarina y azafrán. Muy refrescante un postre perfecto después de esta comida, bizcocho ligero en el fondo, cuajada de mandarina con azafrán (genial, el toque del azafrán alucinante) y sorbete, además dos gajos confitados. Simplemente perfecto. El último postre Almendra Marcona, alucinante, un postre más pesado, dulce, pero en su justa medida, helado de almendra amarga, praline de almendra y almendra laminada, y caramelo caliente de trufa negra con mucha trufa rallada coronandolo. Un placer para slo sentidos. Para terminar tres petit four, una crema catalana con galleta, una tarta de limón y un chocolate con pan y aceite. Muy originales. Y antes de irnos un ultimo detalle, una merienda para el día siguiente, galletas, chocolate y leche. Para recordarlo en casa tranquilamente tras la visita.
Gran carta de vinos, nos dejamos aconsejar por el somelier. Un cava rosado de Recadero. Un tinto muy especial Augustus del 2000, con muy buena evolución y una capa aún muy densa a pesar de los años. Muy interesante. Y dos dulces para acompañar los postres, un Bermejo de Lanzarote y un Solera del Empordá mas oxidativo y seco. Una gran experiencia en su conjunto. Mereció mucho la pena la visita. Hubiese estado bien que Jordi Artal saliera a saludar.