Restaurant Marisqueria Santos, Barcelona

Envidiable emplazamiento en Port Ginesta. Servicio muy atento, amable y profesional. Nada que objectar respecto a los platos: cantidad, calidad y producto casi en perfecta consonancia. Muy recomendable. De hecho vamos cada verano y volveremos siempre que podamos. Notable alto.

En servir han estat molt rapits! Els entrants molt correctes! Pero amb la paella de marisc han anat massa rapits i la paella no estava feta! Tenia molts grans d'arros sense fer! Semblava una paella amb sorra! Hem fet la queixa! No tornarem! Molta gent i no han estat gaires atents! No recomenable! Qualitat/preu, per la nostra experiencia, massa alt, ja q hem pagat una paella q no es podia menjar!

Probamos la fideuá, es estaba muy rica y de cantidad suficiente. Recomendado reservar el temporada alta.

Excelente lugar para tomar marisco y pescado. Muy recomendable. El lugar es bonito y acogedor.el servicio está volcado a la atención al cliente. Apuesta segura

Que decir para aquel no haya venido.que venga! Que lo va a pasar muy bien. Ambiente guapo, personal fantástico, amable y atento. Lo más importante, comida muy buena. Precios nada caros, lugar estupendo. Todo muy bien. Animaros.

Se come super bien, calidad y pescado fresco.
Los recomiendo. Llamar para reservar mesa con tiempo, siemprr.esta muy lleno.

Las vistas y el ambiente de 5 estrellas. ️
El menú de arroz caldoso de bogavante 0 estrellas. El agua (porque aquello no era caldo sino agua con avecren) estaba salada. El bogavante (descongelado) seco y sin sabor.
Los entrantes escasos y poco sabrosos; 4 navajas para 2,8 rodajas de pulpo y una rodaja de patata y un salpicón de gambas también, sin sabor.
El camarero: Le comunico mi descontento con el arroz de bogavante y no recibo respuesta alguna desde cocina. Una pena.
Total: 92€, es decir para no volver.

Un lugar muy bonito. Facil de aparcart. Y la comida excelente, con un servicio sobresaliente. Para repetir

Buena ubicacion. Calidad aceptable tirando a bastante buena, un servicio y profesionalidad excelente

Genial, un sitio perfecto para disfrutar de una buen paella después de un bañito. Calidad-precio muy buena, y una atención genial. Muy amables y cálidos. 100% recomendable.

Relació qualitat-preu molt pobre.
Calamars a la romana evitables, el peix pagat segons psm, amb estafa. Ens cobren 1,20 kg d un peix per dos en el que menjaria un amb prou feines, amb moltes verduretes si, pero a preu de peix fresc.

Buen trato y servicio.
La comida estaba bastante buena, el precio por ser un restaurante del puerto ha estado bien. 15€

Nos fuimos con el estómago vacío. Llegamos y el chico que nos atendió (bien) nos dijo que la espera sería de una media hora, por lo que decidimos pasar a las mesas de « solo tomar algo», tomar algo y una tapita. El camarero que atendía no pasaba por nuestra mesa, mi marido tuvo que llamarlo y ni aún así. Llegaron una pareja después, que se sentó contiguamente a nosotros, les tomó nota enseguida y una vez más pasó de largo. Mi marido se levantó esta vez a decírselo y aún así dijo que « un momento» y se marchaba de nuevo. Así que nos marchamos. Y nunca volveremos.

Un buen sitio para comer una paella de calidad. En un gran entorno, dentro de Port Ginesta y muy cerca de una pequeña calita preciosa para darse un remojón. La calidad y la ubicación se pagan y no resulta nada económico.

Servicio al cliente muy bien. Todo está muy bueno. Paellas, fideuas, almejas, tallarines, etc. Recomiendo reservar!

Sitio acogedor, buenas raciones y paellas muy ricas, ideal para ir a la playita o en familia. Lo unico, el parking es muy caro a pesar de las dos horas gratis que te da el restaurante

Un lloc molt agradable amb un menjar boníssim! Pots gaudir de dinar o sopar a l'aire lliure o dins a l'estiu amb l'aire condicionat. És una mica car, però la calitat és molt bona.

5 estrellas por actores a los camareros.
1 estrella a la calidad todo insípido y congelado.

Malo no, lo siguiente
Vistas excelentes, pedimos el arroz con bogavante 40 euros menú.

Los primeros de risa, insípido y poca cantidad, eran mejillones por decirle algo, gambas al estilo goma y navajas horribles.

El arroz con bogavante era horrible, bogavabte congelado, todo salado sin sabor.

Cometantamos nuestro disconformidad y la respuesta fue, "por 40 euros no querrá usted que el bogavante este nadando en la pecera antes de ponérselo"

Horrible.

He ido a comer con mis hijas y decepción! El arroz negro vino frio, los calamares rebozados estaban duros.el postre bién y el café no me gustó.

Ha sido humillante.

Llevo años viniendo a este restaurante (ubicación, sus vistas) pero puedo asegurar que la de hoy ha sido la última; mi pareja y yo hemos decidido ir a comer allí hoy dado que es su cumpleaños y lo elegimos para hacer una comida especial.

Nos sentamos en una mesa, pedimos algo para picar, disfrutar del día y hacer tiempo (dado que todavía era pronto para comer) y aprovechando que yo me he ausentado unos minutos, un camarero del restaurante se acerca a mi pareja preguntando que cuánto tiempo nos vamos a quedar ahí sentados (me gustaría que supiesen que el resto del restaurante con tooooooodas sus mesas vacías excepto una al lado de la nuestra, ocupada por tres señoras recién llegadas de la playa) ; el hombre se explica diciéndole que la comida que han pedido dichas señoras ya está lista y que ellas quieren nuestra mesa, por lo que si queremos seguir ahí, debemos cambiar de mesa para dejarla libre para ellas.

Mi pareja decide levantarse y abandonar el lugar dejándole claro (con la educación que él no ha tenido con ella) que le parece de muy mal gusto dicho trato y sintiéndose realmente humillada.

Sin hablar de que la comida allí tampoco es extremadamente buena, me parece vergonzoso que se pueda tratar así a un cliente.

Nunca se sabe quién es quién ni si va a consumir más o menos, por lo que me gustaría darles un consejo de humildad y educación:
Cuando se pierde 1 cliente, se han perdido en realidad 10 o más.
Sepan que un cliente siempre debe ser bien tratado puesto que no conocen cuáles van a ser sus intenciones prejuzgando; por no hablar de la gran cuenta que han decidido no recibir gracias a su incompetencia y mal gusto.