Restaurant Santa Creu d'Olorda, Barcelona

Una delicia la comida, es pet friendly, vistas hermosas y la atención maravillosa. Volveré!

El servicio fenomenal, para picar algo, los calamares a la andaluza están muy buenos pero las patatas bravas me sobraba el sabor de la salsa a mostaza.
La comida yo como otros pedimos cordero y resulto muy pobre dos trozos me cayeron para el precio que se pagó los postres bien

Comida relación precio estaba bien. Carne bien hecha, y el género bueno. Si que me parece como punto negativo que no tengas la posibilidad de reservar mesa, y si o si debas hacer cola a que se libere una mesa, pasando calor.
Otro punto que me ha dejado de piedra es que cuando le pedí el corcho para llevarme la botella de vino que estaba por la mitad, se me contesta que no es posible llevarme la botella, qué si quiero me trae un vaso de plástico… ante mi asombro le digo que me traiga el tapón que me la llevaré a casa si o si, y supongo que con mi contestación seca me trajo el corcho para evitar ir a mayores, que quiera pedir hoja de reclamaciones, etc… me parece de auténtica vergüenza que se me niegue llevarme algo que he pagado a casa. Me he ido molesto por qué muy normal no es. Jamás me había pasado algo similar.

Destaco a los camareros q son de 10! Muy agradables aunque estén al máximo de trabajo!
Siempre he ido de tapas, calidad aceptable, pero poca cantidad.

Ya no es lo que era hace años. X ejemplo tenia fama las patatas fritas que eran caseras ahora congeladas. Desde que cambiaron a la gente que lo lleva ahora una pena

Fa 22 anys que tinc la sort d'anar-hi molt sobint, mante el mateix caliu i crec que aixins sera per mès temps.

Trato inmejorable junto a comida de primera calidad. Muy buenas vistas i acojedor. Recomendable 100%

Lugar perfecto en medio de la montaña, para ir con familiares, amigos o en bicicleta.
Los mejor es la atención de los camareros, super atentos y profesionales.

Restaurante para cenar en verano al fresquito. Carnes a la brasa acompañados de riquísimas patatas o champiñones salteados, o ensalada o secas. Vengo muy habitualmente desde que era pequeña. Me encanta!

Hace años que conozco este sitio. Fue uno de los primeros lugares a los que iba a desayunar cuando hacía mis pinitos en el mundo de la moto.

Esos bocatas de panceta con All-i-oli son inolvidables. Los de tortilla francesa también. Pero las patatas con all-i-oli están sencillamente impresionantes.
Las torradas son de tamaño decente y los huevos estrellados también. Para ser sincero nunca he pedido combinados, platos de guiso o ensaladas, pero he pasado suficientes horas allí como para verlos salir a otras mesas y no dudo de que estarán increibles, sólo por el aspecto que tienen.

El servicio suele ser parco en palabras porque acostumbran a estar a tope. Pero no por ello te sentirás mal atendido. Todo lo contrario. Son amables y en la medida que pueden, el equipo es atento y eficaz.

Además el sitio es tranquilísimo si vas entre semana, tienes aparcamiento garantizado y gratis, que también es importante. Los fines de semana hay gente haciendo barbacoas y se masifica bastante la zona. Pero se mantiene un buen ambiente.

Recomendable lo mires por donde lo mires.

Las rutas en bicicleta de los sábados no serían lo mismo sin esos desayunos geniales. El servicio es fenomenal. Muy recomendable

Ideal para hacer una escapada a la montaña sin tener que hacer muchos kms (si vas desde Barcelona) y comer en medio de la naturaleza. Los precios pueden parecer algo elevados por la cantidad que ofrecen, pero el sitio bien vale la pena. El servicio es atento, simpático, y muy efectivo.

Restaurante ideal para comer, para disfrutar de un ambiente familiar con unos camarer@s competentes y simpátic@s, precios ajustados y entorno maravilloso. 10 estrellas

Es la primera vez que voy, bastantes platos a elegir, tapas y carta muy abundantes, sales muy bien comido.
Terraza para comer.
Buen servicio y rápido.

Un sitio agradable, en plena naturaleza, donde disfrutar de un buen almuerzo o de una buena comida.
Muy frecuentado por excursionistas y, sobre todo, por ciclistas.
Pero ATENCIÓN, si te ofrecen unas olivas mientras esperas unas mongetes amb botifarra y unos huevos estrellados, como fue nuestro caso, TE LAS COBRAN! Y a precio de oro. 2,75 € cuatro olivas de nada (si no recuerdo mal) y TAMBIÉN NOS COBRARON EL PAN.
Pides un dos platos de tenedor, uno de ellos con huevos. Te dejas unos 30 euros entre dos personas y ¿te han de cobrar el pan? Y por cierto cuatro trozos mal contados.
Si me han de cobrar las aceitunas y el pan, por lo menos que no me lo ofrezcan sin que yo lo pida, porque eso ye hace pensar que es gentileza de la casa.
En fin, como siempre están llenos, supongo que van de sobrados.

El sitio en si está bien, el carácter del camarero que me ha atendido (un chico un poco gordito) no me a gustado mucho
Para ser un sitio turístico no estaría mal que tuvieran wifi para sus clientes
Los refrescos en lata a 2,30€ me parece un poco caro
El wc sin papel
Eso si… las vistas desde ahí arriba preciosas.

Buen sitio en medio de la naturaleza para comer o tomar algo pero los precios son excesivamente caros, un plato combinado con patatas, un huevo, panceta y una butifarra (longaniza) 15 euros. Hay muchos ciclistas que se paran aquí para desayunar y descansar, el desayuno te sale a una media de 20 y pico euros por persona.

Que tiempos aquellos donde la amabilidad y la educación predominaban sobre el negocio. No se si es por la gerencia o por los camareros nuevos que hay. Llevo años (como 20) frecuentando este mágico lugar en la montaña de collserola, sus patatas con all i oli, su cordero, su pollo a la brasa, su tapa de callos, etc etc, genial, a cada cosa su precio (no ha sido nunca barato) pero la calidad lo valía o lo vale (no me ha dado tiempo a comprobarlo). Nada más llegar, un camarero, muy poco educado me dice que me he de ir antes de las 13 porque es la hora para comer (eran las 12.30 y antes de PRE-juzgar pregunta, porque la idea era quedarme a comer ya que soy de comer a las 13). Le digo que vale, que me de una mesa al sol, me ha dado la única que estaba a la sombra, habiendo un montón de mesas libres al sol y diciéndome que es lo que hay. Ya me ha quitado la idea con la que venía, una copita de cerveza, unos berberechos y directo a comer. Le pido un cortado con la leche no muy caliente, pues al parecer lo de la leche no muy cliente no lo ha entendido, soplando me lo he tomado como he podido y he abandonado el lugar para que no se me pueda recriminar nada. He estado escuchando que le decía a los camareros que todo el mundo que viniera dentro ya que fuera era para comidas. De malas maneras, SI SI, DE MALAS MANERAS, he escuchado como decía a clientes que venían que o dentro o nada. Para mi, siempre ha sido un sitio mágico, sin poner en duda ni cuestionar su calidad precio ya que el sitio lo vale pero cuando se traspasa la barrera de la educación ya lo pierde todo. Volveré, si, de aqui un tiempo, pero si sigue este super MASTERCHEF la verdad es que daré media vuelta e iré a otro sitio, quizá mejor, quizá peor pero nunca que me traten como si yo fuera su especie.

Un sitio muy agradable, es la segunda vez que voy, me gusta mucho la ubicación y el entorno, la comida es de calidad y la materia prima sobre todo, el equilibrio calidad precio es bueno, es un sitio donde te apetece ir un domingo soleado con la familia y amigos, por cierto no os vayáis sin probar la tarta de queso

No le doy 5 estrellas, porque lo que más me gustaba eran las mesas de madera al lado de la ermita, cuando estaba el bar pequeño. Ya no están, ni tampoco las barbacoas. Por lo demás, genial.