Sauleda Pastissers, Barcelona

El café es malo y caro, pero lo peor son los sofás que son prácticamente dos tablas de madera a 90° forrada pero sin acolchar. Dejo 2 estrellas porque no consumí nada más y el servicio me pareció correcto.

Usualmente bajo todas las tardes de la biblioteca para tomar onces en la cafetería. Un día un señor me dice que en horas de almuerzo no puedo sentarme en las mesas principales si no consumo y que me hicieron en las mesas de la esquina de la cafetería, con puffs. Hice eso aunque me pareció feo.

Luego, una señora viene, mientras estoy sentada en la zona de mesas de puff, comiendo mis onces y me dice que no puedo sentarme en la cafetería entera si no consumo. Le digo que ya me habían dicho que si podía y me responde gritando que quién me lo dijo? Y que ella es la encargada. Yo le dije que un compañero suyo y me responde nuevamente gritándome que me lo dice ella y que no vuelva a sentarme en la cafetería sin consumir porque no se puede y se va sin escuchar mi respuesta.

Exigo que primero no le griten a las personas y las respeten, las cosas se pueden decir sin gritos y respetuosamente. Adicionalmente, exigo que concuerden entre los trabajadores las normas claras. Y finalmente, me parece una falta de todo que en una biblioteca no permitan a los estudiantes sentarse a tomar onces en las mesas, así sea en las de los puffs.

Ah y además, los precios muy caros. Por un cola cao son 2.50€

Buena cafetería en el dhub de barcelona, está algo escondido ya que se encuentra en la planta -1 del museo pero es amplio y tiene una terraza con muy buenas vistas en el exterior, en verano se puede estar genial.

La comida no es nada del otro mundo, pero hay variedad de dulce y salado y se aprecia mucho estando en un museo y poder descansar y tomar algo en un ambiente acogedor como ese lugar.

Cafetería-restaurante situada dentro del DHUB, ambiente agradable y buena variedad de pastas y pastelillos. Los pasteles están realmente buenos. Precio decente en cafetería, pero los productos que venden para llevar son delicatessen, y por lo tanto, muy caros.

Gran café, buenas pastas, tarta de queso exquisita y trato exquisito por parte de los trabajadores, en especial Jennifer.

Hoy vine a tomar una infusión con mi ordenador, a los 10 minutos de llegar me invitaron a retirarme a una zona de puff para dejar el lugar para las gente que comía. Al pedir el té nunca me informaron que había que consumir cada 10 minutos o que tenía que pedir comida para sentarme en una mesa. Claramente no volveré.
La vistas del lugar son hermosas.