Sea Club Alàbriga - Beach Bar & Restaurant, Girona

PARTE 2 RESEÑA:
Arròs negre de sípia, melós i amb gambes de la costa: Este arroz tenía menos sabor que el que se come en forma de torta (tortas de arroz). De meloso no tenía nada, ya que se me pegaba al plato y tuve que pedir un calzador al camarero.

Tagliolini amb salsa carbonara: este plato, el cual quieren hacer parecer internacional, LUX y exclusivo con la palabra “tagliolini” eran unos simples espaguetis de la marca eroski. La palabra carbonara, proveniente de “carbone”, (carbón en italiano) ya que, como he mencionado antes, en mi viaje a la antigua Italia gracias a la Burrata, adquirí todos estos conocimientos lingüísticos, y la única relación con la salsa carbonara de los espaguetis es el futuro negro como el carbón que le espera al cocinero que elaboró ese plato. Una salsa, que por cierto, sabemos que era la de Gallina Blanca.
Al ver nuestras caras de poca satisfacción, el camarero se vengó y nos tiró agresivamente los cafés que le habíamos pedido.

Mientras intentábamos devorar como podíamos los platos de dudosa procedencia que nos habían servido con tanta simpatía, vislumbramos una persona posiblemente conocida. Era Raphael Días Belloli, conocido como Raphinha, el astro del Barcelona FC. Con ansias de pedirle una foto, esperamos hasta el último momento por vergüenza a lo que pudiese pasar. El camarero nos informó de la simpatía del famoso pero eso no hizo disminuir nuestros nervios.
Lentamente, nos acercamos por detrás del futbolista y, de manera lastimosa y con tono de pedir limosna, le suplicamos que le hiciese un video a nuestros padres pues son FANÁTICOS del Barcelona. Raphael se rió y recibimos cumplidos de su mujer Taia (muy simpática también) los cuales ignoramos para poder irnos lo antes posible. Nos hicimos una “selfie” bajo las miradas amenazadoras de sus discípulos, quienes no parecían estar muy contentos con nuestras acciones.

VOY A DIVIDIR LA RESEÑA EN DOS PARTES, POR QUE NO ME DA.
La llegada al antro es de lo más lujoso y exclusive, excepto por la falta de portero/aparcacoches. Nos indicaron la ubicación del parking por teléfono y tuvimos trabajo en encontrar el sitio para comer, tuvimos que perseguir a toda prisa a miembros asiáticos del personal para encontrarlo al fin.

El servicio fue sin duda lo mejor del lugar: atentos a nuestras necesidades, serviciales, amables y divertidos. Nos dieron buenas vibras y aportaron sabiduría a nuestra interacción con el famoso futbolista brasileiro (continuar leyendo para saber más).
Un camarero vió como me quejaba de mis dolores lumbares desde 7 metros de distancia, vino corriendo bajando las escaleras como usain bolt, y sacó un cojín de la nada para colocarlo y así aportar comodidad en mi asiento, ningún hombre se había preocupado tanto por mi columna.

La comida, lo más desastroso del lugar. Para ser un restaurante de gran lujo, parecía sacada de la sección de congelados de Alimentos Mari.

Burrata amb tomàquet, vinagreta amb ametlles torrades, all i alfàbrega: La burrata era de buena calité y fue, sin duda, el mejor plato que pedimos. Se notaba perfectamente en su sabor que era recién importada de la antigua granja italiana de las primeras décadas del siglo XX dónde Lorenzo Bianchino inventó la Burrata. Al probarla, mi cuerpo se transportó a Italia.
Los tomates, eran del tamaño perfecto oscilando la yema de un dedo y una pelota de golf, rozando una forma esférica y ligeramente obolonga. Su color era rojo intenso, tan rojo que despertó en mí una pasión que jamás había sentido antes.

Bunyols cremosos amb Pernil Ibèric 100%: Voy a destapar el plato que se esconde detrás de esta denominación LUX. Para empezar las croquetas parecían ovnis, no sabía si estaba comiendo croquetas, o UFOS de chuche (inserto fotos a continuación). Los buñuelos, que parecían hechos con un sacabolas de helado, estaban más secos que una suela de zapato. Algunos estaban calentitos y otros estaban igual de fríos que la nieve del Polo Norte, cada mordida era una no tan gratificante sorpresa.
Son todo mentiras, no eran nada cremosas, ni encontré una sola unidad de jamón en su interior, igual se camuflaron con toda la pasta congelada, pero fui engañada y estoy en tratamiento psicológico desde entonces.

El sito está muy bien, nuevo y con unas vistas privilegiadas. Una pena el servicio que prestan.

Los camareros no son desagradables, pero no te ayudan mucho a estar relajado, ya que tienes que estar continuamente buscándolos para pedir.

Siendo un beach Club, por lo menos todos a los que yo he acudido, te dejan gozar de sus servicios, si haces una reserva de comida en los que incluye la piscina. Pero este no, si no eres del hotel o pagas unas camas por 150€.

Nos costó comer a dos personas, 150€. Dos personas. Adjunto ticket, si el ambiente y sus servicios los hubiese gozado, lo pagaba encantado, pero por lo que disfruté no lo hubiese hecho.

Y para colmo, el arroz con bogavante en carta estaba a 35€ (muy bueno u muy bien de precio) mi sorpresa es cuando me lo cobran a 45€ en factura, le digo que está mal y me dicen que no, que los materiales han subido y esta a 45€, le digo que no me lo han avisado previamente (seguramente lo hubiese pagado) que tengo que aguantarme, no he querido discutir más y me he ido.

En resumen, seguro que encontramos algún sitio similar, con mejor ambiente

A la dirección del hotel, le diría que si queréis rentabilizar este sitio, abriéndolo a gente de la calle, debéis ser consecuentes. Si no anunciarlo, simplemente como restaurante, no beach club.

Fantástica velada con excelente comida. Salmón ahumado casero muy fino y langosta preparada excelente! ¡El sommelier es muy bueno!

Ubicación privilegiada, vistas increíbles, lugar tranquilo, personal amable, comida deliciosa. Todo fácil. Solo relájate y disfruta.

El precio ronda el mismo que el de restaurante del jardín de la Gavina que no tengo claro cómo se llama, pero aquí te ponen más cantidades y comidas más especiales (cosas más extrañas de encontrar en otros restaurantes) y, yo que tengo el paladar de un niño de 5 años, disfruté mucho de la comida que ofrecían. Además
, tienes bastante privacidad con respeto a las otras mesas ya que tienes tu propio espacio (algo así como una especie de cabina). El personal fue muy atento y agradable. Explicándonos todas las dudas y tratándonos con el mayor respeto. A veces cuando no tienes pinta de rico, y vas a estos sitios y no sabes que es alguna comida ya te miran por encima del hombro porque se lo tienen muy subido. Aquí no, aquí fueron todo lo contrario. Hicieron que nuestra experiencia fuera magnífica y digna de contar.

El DJ me gusto cuando dejo de pinchar y jugar con el volumen, el servicio no hace justicia al sitio. Wagyu seca y no es Wagyu. Espero mejoren ya que el sitio es una joya.

Mucho personal pero solo dan sensación de trabajar los 2 chavales de la terraza, que en Momentos de sudor no llegan a todo mientras El
resto de personal se posiciona de 'elite' o al menos transmiten la sensación de no hacer nada. Como puede ser que para todo tenga que llamar la atención para ser minimamente atendido. Aquí paro

Un saludo

A la gerencia, de verdad quiero que mejoreis estos aspectos, no puede ser y no se soluciona con más personal sino con más atención.

Ha estat un sopar fantastic. Sempre passem Santa Marta aqui i cada any millora

Menjar bonissim. Servei molt adequat i ambient immillorable. Segur repetirem i el recomanem.

Vaig fer una reserva per celebrar el cumpleanys de la meva parella, era una sorpresa. Vaig reservar una balinesa per telèfon i vaig confirmar-ho per Internet com em van dir. Quan arribem allà el noi que s’encarrega del restaurant de la piscina no tenia la reserva o no es creia que la teníem perque hem va recordar davant la meva parella 3 vegades quin era el preu de la balinesa i per tercera vegada li vaig dir que si. La situació va ser molt desagradable i a sobre la meva parella es va enterar de tot el cost de la sorpresa. Després d’esperar 20 minuts les copes que vam demanar…al costat teníem una família que anava amb un gos que tenia diarrea i va ser molt desagradable. El menjar correcta i el lloc molt maco però el servei molt mal educat i l’entrada poc acertada. A part que ens van cobrar 80€ de mes i encara estem esperant que ens tornin els diners. Falta de profecionalitat.

Hermoso entorno, cálida bienvenida. Sin embargo, los cócteles son caros. Una piña colada sin ron cobrada a precio completo, sin aperitivo como acompañamiento. Realmente estropea la diversión del lugar.

Restaurante impresionante, por la calidad del producto que es brutal, las vistas espectaculares pero, sobretodo, por la atencion del personal, muy atentos y profesionales. Hemos ido muchas veces, y cada vez es mejor. Un top de la Costa Brava.

Excelente experiencia.
Relación calidad precio muy buena.
Pero eso sí no es un precio para todos los públicos.

Es un capricho, que si puedes, recomiendo permitírselo.

Más aún cuando puedes alojarte en el Hotel de 5* GL que tienes justo enfrente.

Excelente servicio, destacando la profesionalidad de Martin y Amine del Sea Club. Claramente volveremos!

Gran lugar para cenar o pasar el día en la piscina. Situación y vistas espectaculares. Buen ambiente e instalaciones muy buenas. El servicio es agradable y atento. Recomendable los arroces y carnes a la brasa. La carta de vinos algo corta para el nivel del sitio.

Las vistas creería son uno de los mayores atractivos de este lugar. Para ser junio no estaba muy concurrido, el ambiente es agradable, el personal muy atento. Las bebidas con un buen sabor y presentación, los precios elevados. Lo malo es que habían muchos mosquitos debido a que está rodeada de vegetación.

¡Sin duda el mejor sitio de la zona para tomar comer y tomar un COCKTAIL, ya que las vistas a la Playa de Sant Pol son espectaculares, si queréis un sitio tranquilo y con exclusividad es perfecto!
Tiene parking privado y ellos se encargan de aparcar el coche, el trato siempre es perfecto

Restauración correcta nada más. Un poco caro pero vale la pena el desvío. Vista excepcional. Con vistas a la bahía de Sant Pol