TAVERNA DEL MAR, Girona

Calidad pesima del producto. Es el típico restaurante que vas una vez y no repites. Fritangas y un propietario impresentable. Chicote disfrutaría.

Pésimo. Nada más llegar al restaurante el camarero nos avisó que una de las sillas estaba rota y debíamos tener cuidado. Nos avisaron de que la comida iba con retraso antes de pedir, no se equivocaban. Por cuatro platos de tapas tardaron más de media hora. Si hubieran sido buenos platos, sería aceptable, pero no fue así. Las raciones son pequeñísimas, todo son fritangas, buñuelos de bacalao sin bacalao, tostadas con el pan remojado y sin tostar. Queríamos pedir unas bravas con salsa a parte, el dueño nos insistió en lo difícil que seria convencer a la cocina de poner la salsa en otro plato, que jo aseguraba nada. Efectivamente, las patatas vinieron sin salsa y tuvimos q volver a pedir la salsa. Pedimos unas tostadas de queso, no tenían queso que no fuera en lonchas. Por no hablar de las anticuadas cartas, que crujían al abrirse, una renovación no iría mal. En fin, cuatro platitos costaron 50€. No lo recomiendo

Menú de paella bueno. Pescadito frito correcto, paeella muy buena y muy abundante, sorbete de limón.de postres muy bueno. Lástima de las bravas, que pedimos para picar, eran escasas, caras, congeladas, demasiado hechas y con un salsa muy líquida y sin sabor y el vino blanco que parecía agua, lo demás bien. Personal profesional con experiencia que atiende bien.

Muy buena paella de verduras. Pedimos para llevar y nos la prepararon en poco tiempo, mientras esperamos tomamos unas cervezas y a nuestro perrito le trajeron agua y una croqueta.
Personal atento y amable:)

Restaurant de très bonne qualité. Excellent accueil, service impeccable. Nous recommandons à 100%

No volvería a este restaurante. Se llevan el premio al peor restaurante. Los camareros son simpáticos pero el dueño es algo soberbio y prepotente.
Íbamos con ganas de cenar pero la carta es tan extensa del año de la polca, que no sabes que escoger de lo malo que tiene que estar. Pedimos una ración de patatas bravas y pollo a la plancha. La ración era casi media ración de patatas congeladas y salsa de bote. Luego la camarera nos confirmo que eran patatas congeladas porque según la situación que están viviendo los bares y restaurantes era comprar patatas congeladas o no abrir. Y nos resalta que antes años españoles les ponían patatas caseras y los extranjeros congeladas. Nos dio la chapa por decirle que estaba todo malisimo.
Sí vieniera hicote le da un infarto. Deben mejorar muchas cosas sobre todo la calidad del producto.