Vivari, Barcelona

Las mesas sin recoger durante rato y sucias, el suelo sucio sin barrer, los baños se señoras la tapa de la cisterna rota de los dos baños, el baño grande sin pestillo, la maneta rota, para colgar la chaqueta En el baño de sillas de ruedas en el techo como lo cuelga una persona en silla de ruedas con magia.

Mucho a mejorar, el café muy mejorable, a las 21h te se ponen a fregar como si te hecharan. Hay alguna dependientas que se ponen a hacerte los bocadillos sin guantes. Mucho que desear y muy mal imagen.

Los juegos en la entrada dejan la entrada que no dejan ni entrar. Que pena

Los bocadillos son muy buenos, pero la atención deja bastante que desear. Entras a las 8.30 de la mañana, hora punta en la que deberían darse más brío para atender a la gente que va a trabajar o a la escuela. Pues una chica haciendo los cafés con toda la calma y pasando de la gente que quiere algo para llevar. La gente pregunta si no hay nadie más atendiendo, la chica ni responde. Dos mamás con niños se largan porque van tarde y la cosa no parece agilizarse. Sale por fin otra chica de la cocina pero en vez de despachar se pone a meter tazas y platos en el lavavajillas. Allí yo les pido que por favor me atiendan, que llevo mucho esperando. Obviamente le he cortado el rollo y la chica me despacha con desfachatez.
En horas punta deberían estar más por los clientes, ya que seguro que luego tienen momentos sin nadie donde pueden dedicarse a otras tareas.
Por último decir que apenas entienden el catalán.

El espacio es muy amplio y es agradable para tomar un café en compañía o ir solo a leer o estudiar. El servicio es lento e irregular