Café & Bar TROY, Madrid

El mejor sitio del barrio del Retiro para desayunar o merendar churros,
Personal muy amables y grandes aperitivos.recomendable 100%

Camareros secos, pero buena atención, la calidad de la comida ha bajado mucho. Lo mejor, el chocolate con churros.

Troy es un gran sitio. Buenas tapas, buenas raciones y precios fetén. Te tratan muy bien, y llevo yendo años.

Sitio para repetir, los churros y porras mejoees de Madrid. El personal atentisimo sobre todo el que hace las porras

Sin más.no nos tocó el camarero más simpático.los pinchos que ponen con la caña estan bastante bien.

CAFÉ BAR TROY. Avenida del Mediterráneo 32. Madrid. Uno de los mejores sitios de Madrid para tomar y para llevar churros y porras. Las hacen allí. Exquisitas. También especialistas en tostadas. Muy buena la tortilla española. Aperitivos. Cafetería. Comidas de buena calidad y a buen precio. El personal es muy agradable y rápido en el servicio. Tiene comedor interior y terraza exterior. Muy próximo a la Plaza del Conde Casal. Bien comunicado.

Buen sitio para desayunar. Especialidad en porras y churros. Café más porra 1.90€, café 1.40€ y pintxo de tortilla 2.20€

Mítico donde los haya. Lo conozco hace 45 años conocí a los padres de los actuales. La tortilla española es inigualable desde hace décadas.

Queries merendear unos exquisitos churros con una buena atencion este es el sitio.hemos ido varias veces a cual mejor, os lo aconsejamos 100%

2.6e la doble con aperitivo, lo malo es que el aperitivo puede ser un rácano trozo de pan con salami o chorizo o si tienes suerte un surtido de frituras tipo san Jacobo.

Muy buen servicio, los desayunos muy buenos y a un excelente precio. Los churros muy ricos y las tostadas con tomate deliciosas.

Ha caído el nivel del servicio y de la tapa a la par que han aumentado el precio quedando en un bar mediocre.

Trato desagradable. Estabamos tranquilamente tomando el aperitivo, cuando al cuarto de hora, nos levantaron de la mesa de malas maneras para que comiera alguien el menú. Sobretodo fueron las formas, con un tono de voz y señalándonos con el dedo, diciendo que nos levantásemos que esa mesa estaba reservada, cuando era absolutamente falso. Hemos ido desde hace muchos años antes de que existiera el nuevo dueño y nos pensamos volver. Nunca me habían tratado así en ningún sitio. Por cierto, la edad media es ahora de 80 años, todos los abuelitos tomando sus churros, un planazo.