Colegio Montpellier, Madrid

Tras 15 años de estudio de mi hijo en este centro, solo puedo lamentarme. Mi insatisfacción comienza por los profesores. Empezando por secundaria, donde el nivel docente decae significativamente. Mº Ángeles Oriol, profesora de música, es conocida por sus malos tratos hacia sus alumnos, con comentarios machistas, fascistas, homófobos y denigrantes. Ha recibido muchas quejas y aún así no la destituyen dado su posicionamiento favorable en el centro. Además, en sus clases se ha dedicado más de una vez a reproducir himnos fascistas sin el respeto que las víctimas se merecen. Luis Herrera, un profesor de primer ciclo de secundaria principalmente, utiliza su posición de poder para castigar a los chicos exageradamente, sin medir pragmáticamente la falta. Beatriz Marcano, profesora de biología y responsable en asuntos disciplinarios, encasilla a los niños, de tal manera que uno con mala reputación a su juicio ya es castigado sin justificación. José Antonio Aguilera, profesor de filosofía y economía, tiene un comportamiento manipulador en extremo hacia sus alumnos. Maite, profesora de francés en varios cursos, tiene comentarios despectivos y discriminatorios que comenta a algunos alumnos sobre otros. Una vergüenza. Alicia, profesora de bachillerato, presenta comportamientos machistas y sexistas, comentándolos con risa entre sus compañeros. Continuamos con Carlos Alcaraz, profesor en bachillerato y jefe de estudios. A mi parecer el peor de todos. Este hombre se dedica a humillar a los chicos, insultarlos, vejarlos y chillarles a tal punto que más de un día mi hijo a vuelto casi llorando a casa, por faltas leves como un retraso a clase. Para mi tiene un perfil agresivo, no apto para trabajar con niños ni adolescentes. Debería ser destituido inmediatamente. Además, es tan manipulador como para humillar a tu hijo y después ponerte buena cara al pedirle explicaciones. Termino con una de las responsables en dirección, Dori Díaz. Una vez un profesor insultó gravemente a mi hijo y lo amenazó con agredirle, por lo que este procedió a pedir ayuda a Dori, supuesta responsable en estos altercados, y ella no hizo absolutamente nada. Casi todos los días yendo y volviendo del trabajo me la he encontrado fuera de su puesto en horario laboral, en una terraza, con la pedagoga (por la que te cobran 3 euros más al mes y no cumple prácticamente ninguna función). En resumen, un colegio adoctrinante hasta el límite, dónde las ideas diferentes son repudiadas y rechazadas; unos profesores incompetentes sin vocación alguna y un pasotismo hacia sus alumnos.

Fue el plató donde se rodó la serie "El hombre de tu vida", de José Mota, en el curso 2015-2016.
Pero sigue siendo un mal colegio en general frente a este anécdota y a pesar de tener unas instalaciones relativamente reformadas.
La mala calificación de mi reseña no es por esto, pues la serie, aunque oía a gente que no le hizo mucha ilusión, a mí me hizo gracia en sí, al margen de que lo hubiese hecho aquí o en otro centro educativo.
Me hizo mucha gracia porque fue precisamente donde hice aquí desde 3 años hasta tercero de primaria, pero mi experiencia en mis años aquí a finales de los 90 puede resultar políticamente incorrecta y extensa para detallarla aquí, pero viene a ser parecido a una película de terror y melodrama de otra época muy pasada, dirigida por alguien a quien le daba igual lo que pasase, y ya de paso se intenta hacer un lavado de imagen rodando una serie y reformando el centro.

En la época en la que estuve, daba la sensación de que estás con ellos o contra ellos. Nada de enseñanza democrática. Lo que pone en peligro la libertad de pensamiento, tan necesaria para evitar que un país democrático tome una deriva autoritaria, porque el alumnado, si no aprende los valores de libertad de pensamiento, cuando sea mayor de edad, acabará tendiendo a votar opciones populistas y autoritarias.

No enseñan inglés, deberían quitar el cartel de bilingüe.
El colegio con el nefasto profesor de matematicas (Pedro 3/ 4 ° primaria) permite que cada año se vayan familias.
Parece les compensa participe un un concurso de villancicos a cambio de no impartir matemáticas.una vergüenza.