Escuela Rashmi, Manzanares el Real

De 10, la experiencia, el entorno, te sientes en casa, en familia. La comida casera buenisima y la cocinera para comersela! Katia es una grandisima anfitriona, es pura luz con una energía arrolladora y contagiosa, una guía excepcional. Sin duda, muy muy recomendable.

El entorno es espectacular y la experiencia única con Katia y sus colaboradores que facilitan tu renacer sintiendo te como en casa. Gracias de corazón.

Vivido unos días de lujo, en plena Pedriza, la casa un verdadero hogar. Con la libertad de moverte por ella y disfrutarla al cien por cien.
Una convivencia inolvidable, disposición de frutas, infusiones en cualquier momento.
La piscina de sal, para momentos lúdicos.
Compartir talleres de biodanza, chikung, ciencias tibetanos, meditaciones.
Una unión del cielo y la tierra.
Gracias a Katya la dueña por esa sencillez y ese amor.

Lugar increíblemente mágico. Cada detalle está puesto con muchísimo amor. Cuenta con diferentes espacios para desconectar del mundo y conectar con nosotros mismos.
Las habitaciones son preciosas y con unas vistas increíbles. La comida se nota que está hecha con mucho cariño y está riquísima. Los talleres que da Katia son una pasada. Es un lugar del que no te quieres ir! Da gusto compartir tanto con gente tan bonita! Deseando volver!

Un lugar maravilloso, una experiencia única, la anfitriona pendiente de todo en cada momento. Talleres variados y momentos de libertad. Comida casera. Tanto el lugar como el retiro muy recomendable.

Me he sentido muy a gusto, en familia. Katia hace que todo fluya, y Amajanda es maravillosa.
Ha sido un retiro con talleres intensos, y ratos de descansos, charlas y baños en la piscina. El entorno, precioso. Y contemplar el cielo estrellado juntos, crea una magia muy especial. Hemos comido muy bien. Todo muy rico. Gracias! Muy buena energía. Buena música. Y unos compañeros estupendos. Gracias a todos.

Gracias un millón de gracias por tantos momentos maravillosos en tan pocos días! El bienestar la comodidad el sentir que estás en casa! El grupo tan maravilloso…. Y como el tiempo se distiende lleno de paz armonía y siiiiii muchas risas…!
Buenísima higiene!
Comida como tú comerías en casa…jJajaja bueno que no cobro por esto! Volveré muy pronto con una amiga

Lugar bello pero abandonado de gusto para los sentidos, comida insípida y de conservas básicamente. Un pobre cabrito encerrado en un metro cuadrado cuando hay huéspedes ya que el clid out con olor a pis es su verdadera estancia. Mejor no hago comentarios de la anfitriona

Estuvimos en un retiro hace unas semanas, según llegamos nos encontramos una cabrá del tamaño de un caballo suelta por la parcela, a una de las chicas le embistió, por lo visto el porche es su habitación y olia asqueroso, según la dueña la suelta ahí y se hace pis, el olor, era muy desagradable.
La piscina estaba sin llenar y súper sucia.la comida malisima y en pocas cantidades, le dijimos que si podríamos tomar algo de fruta y decía que la twnia contada.
La señora al final tubo un encontronazo con varias de nosotrss y nos fuimos de ahí con mal sabor de boca
No volvería ni loca.

El entorno precioso, tiene buena energía.
Las camas cómodas y la casa es muy bonita.

La comida fatal, sin sabor, simple, y poco adecuada. Muy escasa de ingredientes (nos pusieron dos veces ensalada *muy básica* de segundo plato)
Estaba contada hasta la fruta.

Al llegar vemos la piscina vacía, los gatos entran en la casa (espero que sí la escogéis no haya nadie alérgico)

Mi edredón en particular estaba manchado.
Además el primer día, nada más llegar, me encuentro una araña bastante gorda encima de la cama.

La ducha de arriba no tenía apenas agua caliente, iba intermitente, y el váter de abajo no tragaba bien, además que tiene el arenero de los gatos en ese mismo baño.

Tiene una cabra que mide 1'30, enorme, preciosa y majestuosa, pero durante nuestra estancia estaba metida en 2x1m², con pastor electrico, que para mí parecer es maltrato animal, de normal si es verdad que está por el patio, que tiene buen tamaño, pero "su habitación" es el porche de la casa, asique imaginaros el olor.

El retiro fue precioso, poderoso y muy familiar, todo ello gracias a las Artesanas de la luz y la familia que hemos creado allí, pero la casa nos dejó a todas mucho que desear.

La casa es muy bonita, pero los servicios prestados dejan que desear. Sobre todo las comidas, son escasas y de poca variedad.

Maravillosa experiencia e inolvidable el retiro de semana santa, lo volvería a repetir sin duda alguna, lo recomiendo porque lo que se vive en casa de Katia queda muy grabado en la piel, en todas las células del cuerpo y del alma. Son vivencias muy profundas que compartidas con el grupo la vibración de todas las almas en conjunto se multiplica por un billón. GRACIAS Katia y a todo el grupo tan maravilloso, OS AMO