Espíritu Tantra, Madrid

Me atendió una chica no sé si asiática o sudamericana, una mezcla. Fue un poco desconsiderada y brusca. Rompió la magia a cada instante que hablaba. No merece la pena por ese precio. No repetiré.

Un sitio excelente donde conocer una nueva forma de masaje. La experiencia es incomparable a otras. El sitio perfecto donde iniciarse, con un equipo de gente maravilloso y un punto de vista nuevo. Si buscas relaciones sexuales, este no es tu sitio. Pero si buscas abrir tu mente y explorar nuevas sensaciones este es el sitio adecuado.

“Espiritu Tantra”
Sor Angela de la Cruz, 24 esc. A, 1ºD.
Lunes, 5 octubre 2015
Por teléfono, Yolanda, la jefa, me recomienda un masaje de dos horas con Rossy, veterana en este tipo de masaje, yo acepto.
Llego unos minutos antes, me intento duchar, pero la ducha no funciona. Llamo varias veces a la masajista, pero no responde, no importa, me limpio los bajos.
Por fin empezamos. Rossy me dice que respire todo el tiempo por la boca, pero pronto mi boca se reseca: “sigue respirando por la boca”, insiste la masajista.
Hacia la mitad del masaje, Rossy sale a hacer pis: “es el té, tu sigue respirando”. Yo también tengo ganas de orinar, se lo digo, pero me dice: “¿puedes aguantar? , ya falta poco”. Asiento con una sonrisa, y me toca el vientre. “Tienes la energía bloqueada aquí, hay tensión”, y me presiona el abdomen. Estoy a punto de explotar, pero aguanto estoicamente. Por fin terminamos y me dice: “Ha durado 10 minutos menos para que sigas un rato más tumbado y tranquilo”. Pero sigue hablando conmigo: “Practica esto con tu pareja” y yo sonrío, mientras pienso, “si se lo hiciera a mi pareja, me dejaría al instante”.
No sé si la masajista estaba vestida o desnuda, no tuve ocasión de verla. Al final, cuando pago los 120 euros, me dice sonriendo, “tienes una buena energía, no pierdas tu sonrisa”.
Yo salí con la energía por los suelos, pensando en que hubiese sido más relajante haberme quedado en casa en esta lluviosa tarde de otoño.

Pues sinceramente ni fu ni fa, por el precio que pague no obtuve la respuesta esperada y menos el servicio, eso si, sali un poco mas relajada

No es la primera vez que me doy un masaje (tanto tántrico como de otros tipos), y la experiencia ha sido bastante decepcionante, incluso desagradable. En el lugar, que es un piso muy grande, hacía muchísimo frío porque la calefacción no estaba puesta (había una bomba de calor pero, como todo el mundo sabe, el aire caliente se queda arriba, así que en la colchoneta a ras de suelo te congelabas). Además, tienes que ir luego descalzo a la ducha, y en el baño no hay ni un triste calentador. Para ser día 2 de enero me pareció una falta de cuidado imperdonable.

El masajista.por una parte estaba completamente congelado (señal de que la temperatura de la habitación era demasiado baja), así que cuando te tocaba parecía que era un pez, lo cual es muy incómodo. Por otra parte, hablaba y eso impide que puedas centrarte en el masaje, que es en lo que estás (a lo mejor es manía mía, pero prefiero que los masajistas estén callados y poder estar yo en mi proceso). Además, me estuvo manipulando unas contracturas en la espalda que, vaya casualidad, resulta que esta noche no me han dejado dormir de dolor (hay que tener mucho cuidado con cómo se dan los masajes y dónde, porque si no se sabe se puede hacer daño, y ha sido mi caso).