Fixedland, Madrid

Lugar ordenado y limpio que a mi siempre me dice mucho, me atendió al momento, buen servicio, buen precio y atención. Repetiré.

He ido a varios talleres de bicicletas por diversos problemillas con mi pequeña Dahon plegable, y cada sitio donde he estado (con alguna excepción donde no he vuelto, claro) tiene su particularidad y encanto.

Por proximidad probé con Fixedland y estoy encantada. No me han hecho sentir que mi bici no es "pro" (no creáis que eso no pasa.) y por un precio módico le han cambiado la transmisión, frenos, etc. Alfredo es muy detallista y simpático, y me recomendó unos frenos de zapata que me permiten frenar con mucha más precisión.

Es muy atento y ha escuchado con paciencia e interés los problemas de cambio de marchas que he tenido, revisándolas en varias ocasiones con una sonrisa y sin hacerme sentir que estaba siendo pesada.

También hablamos sobre cómo tunear la bici para poder plegarla y hacerla rodar sin que choquen los frenos de una rueda con el trasportín de la otra, y le ha interesado mucho una cosa tan pequeña (pero práctica) que sólo le afecta a las plegables. Siente interés por todo y te escucha con atención.

Es un taller pequeño pero versátil, muy de barrio, y para cualquier persona bastante céntrico (al lado del metro Bilbao, Quevedo o San Bernardo). Alfredo no es prepotente en absoluto, no exhibe su conocimiento sino que lo comparte con humildad y concentración. Son cualidades de las personas que realmente conocen bien una materia, y que además están interesadas siempre en aprender más, por pequeño que sea o minoritario.

Trabaja rápido y ofrece sugerencias sin forzarte a comprar nada. Me ha suscitado total confianza, y estoy muy contenta de finalmente tener un sitio a la vuelta de la esquina en mi barrio (Chamberí) donde ir cuando necesito arreglar o tunear mi bici. Os recomiendo acudir a Fixedland cuando tengáis cualquier problema, duda o consulta.