Gaztemanu, Madrid

Tortilla de patatas parecía tortilla francesa y muy cara
El pulpo escaso y caro
El camarero tosiendo en encima del plato y la bebida que llevaba
Fatal, no volvere

Degustar una cerveza, vino o cualquier plato siempre es un placer por la calidad y la atención esmerada de la casa. Totalmente recomendable

Comida vasco navarra de excepcional calidad. Precios fantásticos. Por ejemplo, en el menú del día, pedí pochas. Pues, además de estar buenísimas, venían acompañadas de un plato con magníficos chorizos, morcillas, tocinos y demás. Espacio amplísimo con varios reservados de diferentes tamaños. Decoración rústica y elegante. El chef es el dueño. Nadie diría lo que encierra este restaurante por el lugar en el que se encuentra.

Primero decir que lo que sirven está muy bueno y es de muy alta calidad. Se disfruta mucho la comida. Pero.
Queríamos hacer una comida en familia en un sitio especial y nos acordamos de éste, que está a menos de 5 minutos andando desde casa. Agosto, puente.no había casi nada abierto. Entramos los tres y había como 4 personas en la barra, parroquianos, supongo. Al principio, no vimos a nadie que nos atendiera. Cuando salió quien nos atendió, noté esa sensación como de desagrado, no parecía queremos allí. Preguntó si teníamos reserva, contestamos que no, y nos acompañó a una mesa. Todo vacío, no dio opción a elegir. El trato del camarero, correcto, pero a la defensiva, y poco profesional (estamos acostumbrados a otra cosa. Detalles que todo el mundo aprecia, pero nosotros, además, reconocemos). Nos trajo la carta; los platos fuera de carta, después de haber pedido.
Empezó a llegar gente y a todos les ofrecían el menú, a nosotros no se nos dio opción. Después nos atendió una camarera encantadora, se nos pasó el cabreo bastante gracias a ella.
Resumiendo, la experiencia gastronómica ESPECTACULAR, a un precio "adecuado". Si además tienes la suerte de que te toca de camarera la chica que había, repites seguro. Yo, siendo "del barrio", y pudiendo permitírmelo, no repito. La decoración y ambientación del local es como un intento de conseguir transformar un bar de barrio en un restaurante elegante tipo vasco o similar, pero no está muy conseguido.

Atención pésima. Camarero desagradable. Nos trajeron la bebida y hasta ahí la atención que recibimos. Intentamos llamar varias veces la atención del camarero para que tomasen nota y giraba la cara. La verdad es que parecía totalmente que no nos querían atender, y eso que fuimos bastante pacientes y esperamos mucho. Cuando acabamos la bebida pagamos y nos fuimos a otro restaurante. La comida no la puedo valorar.

Es como si el país vasco hubiese llegado a Madrid! La cidra es única y deliciosa y las tapas que nos sirvieron estuvieron riquísimas. De todas maneras volveré a este lugar la próxima vez que este en la capital española.

Un lugar lúgubre y con servicio pésimo. Los platos caros, de reducida cantidad y con una justa calidad. Pedimos vino y nos trajeron la botella sin darnos la opción de escoger. Nos cobraron el servicio de pan y aperitivo sin que lo hubiéramos pedido. Los baños de señoras con escasa higiene.

Celebramos un evento hace unos dias, y todo salió perfecto, el trato, el servicio, la comida.todo genial.

Buena atención y la carta de picoteo están muy bien. El menú de comedor es muy amplio arriba o en la planta baja. Como plato principal no hace falta recomendación, cualquier carne o pescado, no fallan. Además el local es agradable, un poco fresco en mí opinión pero por lo demás fantástico.

Nos encantó, el pulpo suave cito y delicioso, el arroz con leche. Divino, todo en gral riquísimo. Y la atención, muy buena.

Muy buena cocina y una materia prima espectacular especialmente recomendable la brandada de bacalao y el rodaballo, para chuparse los dedos. Todo ello acompañado de una atención extraordinaria, todo el mundo muy amable y servicial. Totalmente recomendado. Muy grande Manu!

Acogedor, amabilidad, atención constante. Raciones grandes, calidad excelente. Me ha encantado, recomendado.

Sitio claramente sobrevalorado. Zona más o menos aceptable. Servicio sin ningún problema. Todo lo difícil viene cuando ves la carta y claramente lo que has pagado no se corresponde con lo que pides. Excesivamente caro. No merece la pena por localización ni por precio.

Decepción.
Hace ya tiempo fuimos a ese restaurante. Pedimos algunas raciones, que estaban bien en relación calidad/precio.
Ayer fuimos dos personas y pedimos una ración de Chopitos y otra de Pulpo a la parrilla.
Los Chopitos, buenos, pero pasados por la plancha sin más. El pulpo a la parrilla, ridículo no, lo siguiente. Había una cama de patatas, y el pulpo muy escaso y troceado en plan Salpicón de Marisco, pero aún más fino, encima de las patatas. Le dije al camarero que no había pedido patatas con algo de pulpo por encima, si no, pulpo a la parrilla.
Pedi una cerveza en Copa y me traen una en vaso, alegando que no estaban frías, pero no me ofrecieron otros vasos de sidras que los había y otro camarero los estaba usando para cerveza. En fin, poca gente había y no me extraña.
No volveré por allí.

Restaurante bien montado. Predomina la cocina vasca bien elaborada. Magnífica bodega. Servicio muy profesional y atento. Recomendable

Buen restaurante para picar y tapear con amigos tanto en zona de barra, salón interior o terraza. Comedor asador en planta primera con amplia carta de carnes y pescados. Croquetas, tortilla de bacalao, chuletón, pimientos del piquillo, etc.

Grandioso restaurante. La comida ex cepcional de buena. Muy buena calidad y servicio. El trato familiar. Excelente carta y cocina. Muy recomendable buen precio. Varios ambientes y muy buenos pinchos en barra y mesa. Limpio y buenas medidas de Covid.

A priori puede parecer un poco caro, pero la calidad se paga obviamente, el atún más que recomendado, estaba impecable. Ya he ido varias veces, lo único asi malo a destacar es el precio de la cerveza, que es un poco carilla

E estado varias veces y todo es de mucha calidad y buen precio, pero el arroz nos lo hizo el dueño y es de los mejores que e comido, tenia marisco y pollo y le dio un toque con unas rodajas de naranja y estaba increíble. Repetiré otro día para probar el de champán y fua.

Por una malísima decisión, entramos en este restaurante que intenta tener aspecto de sidreria poco actualizada. Nos ofrecen un menu de 25€ en el que tienes 3 platos de primero y de segundo a elegir. Elegí unas fabes con costillas y una fritura de pescado. Las fabes tenian buen aspecto, pero el sabor era raro y soso, como si hubieran cocinado por separado todo. Lo de la fritura si que es de verdadera vergüenza con unos trozos de pescado congelado tirados en el plato (podreis ver la foto) que en un menú de poligono de 8-10€ tendría justificación pero en 25€ no. Despues de devolver los platos llenos, sin probarlos practicamente, el dueño que no paraba de dar vueltas por alli, no se digno a interesarse, a pesar de que el camarero le indico que habiamos devuelto comida sin probarla. Total que me fui sin comer y este sr.cobro su menú completo sin preguntar ni preocuparse. Ole por él y pobres los que visitéis este sitio si queréis comer, porque no creo que lo disfrutéis.