Granier, Madrid

Esta conocida cadena cuenta en esta ubicación con un local muy bonito, luminoso y con ambiente animado. Lo mejor: el trato esmerado y la simpatía de quienes me atendieron.

La pastelería garnier ubicada en la calle Alonso Castrillo de Tetuán, tiene una empleada muy grosera y maleducada y de paso, dudo que tenga el carnet de manipulación de alimentos, hoy 9 de agosto a las 4 pm, fui a tomarme un café y ella estaba pasando la fregona, estaba sola y cuando le pedí un café no fue a lavarse las manos, simplemente iba a hacerme el café, cuando le reclame me dijo que ella no pasaba la fregona con las manos y de paso se molestó, señores de garnier, tengan más cuidado en contratar a su personal, personal maleducado y que desconoce las mínimas reglas de manipulación de alimentos. No lo recomiendo para nada

Es entrar al local y siempre te reciben con una sonrisa, todas las trabajadoras son amables y divertidas, el trato es muy bueno y es muy agradable estar allí. Trabajadoras y con sentido del humor. Siempre que puedo voy allí!

Los empleados sueles estar muy agobiados, la jefa les habla de mala manera delante de los clientes. Cambian constantemente de personal. Es incómodo ver como les trata delante de todos. Me gusta la cadena, pero sí hubiera otra cerca de mi casa yo iría.

La atención fatal, no limpian las mesas y cuando te dispones a pedir se ponen a recoger y a limpiar la máquina de zumos. 15 minutos esperando a que limpien la mesa y las dos empleadas poniendo dos zumos ‍️
No saben ni los productos que tienen en la carta y el trato es fatal. La atención a cliente deja mucho que desear.

Realmente la atención, los cafés y la bollería que consumimos las 4 personas que desayunamos merecen 4 estrellas pero. No es posible que de los 2 platos dónde llegaron a la mesa nuestros bollos, hayan estado rotos y con un filo muy peligroso.
Les dejo las fotos de ambos platos

Me parece un poco excesivo el precio de 2 zumos de naranja y 2 croasan con jamón y queso casi 9€

Creo que las cafeterías granier son sinónimo de lo bueno, bonito y barato, ahora la calidad. Esto es cosa aparte, ya eso queda a eleccion de cada cliente y su respectiva dieta

¡¡Genial! Los dueños siempre pendiente de los clientes y el personal amabilísimo.
Super recomendable

He comprado pan, y bastante buena calidad. El servicio por parte de la vendedora ha sido muy agradable y ameno.

Buena ubicación. Le han hecho un buen lavado de cara. Lo peor es el trato de la dueña que tiene una actitud algo chulesca. Tienen un pan que llaman Pagés que por fuera tiene una pinta buenísima y es bastante malo. Pesa menos de lo que parece y cuesta 1,60 euros. Harina blanca 100% y mucha levadura para que se hinche y parezca más grande. El precio justo del pan Pagés deberia ser como mucho 0,60 euros.

Excelente la bollería y el pan, la atención sobre todo cuando te atiende Ana Isabel es muy delicada y festiva.

Las dependientas te aconsejan bien en cuestión de las tartas congeladas, y tienen horarios que te sacan de un apuro.

Una exquisita atención al cliente, en especial María que es un encanto. El producto de primera calidad y muy buen precio.

Maravilloso lugar, limpio, acogedor y excelente servicio. El mejor citio para disfrutar de un buen café y un sin número de opciones.
Lo recomiendo %

Si no contrata más personal la gente dejara de comprar aquí. Y la puerta se abre cada minuto pues la gente camina por la acera, y es invierno! Y encontramos un bello púbico en el frankfurter, y la música pop tan alta, terrible. Tienen mucho para mejorar. Hoy es la última vez que vengo aquí.

El café no está mal pero si vas en época de frío te mueres de frío, al genio que se le ocurrió poner las puertas eléctricas en los graiers que se abren cada vez que pasa gente (lo cual es constantemente) pues terminas helado mientras te bebes un café.

Compramos un roscón pequeño, nos costó como uno de la Menorquina. 6 pavos. Diferencias muchas. Es un Suizo. No lleva regalo y se quedó duro como una piedra al día siguiente. No vuelvo a comprar roscón aquí en Granier

Contentísimo con la forma en la que hice mi pedido de bollos para una celebración en diciembre 2019. El tiempo de preparación es reducido y la atención es muy buena (en mi caso me atendió Sami). La variedad es alta y salí muy satisfecho.

Buen café, pero las camareras distraídas hablando de sus cosas. He pedido canela para el café y no me ha dejado echarla yo, me ha puesto mucho. Los aseos huelen fatal, dejan la puerta abierta y sale toda la peste al salón.