Hardrum Madrid

Llevo cuatros años como alumno en hardrum y mi experiencia es sobresaliente.

Empecé por curiosidad, para acercarme a la música de manera activa con el instrumento que más me molaba que es la batería y poco a poco se ha convertido en mi afición principal.

Las clases se adaptan en contenido y forma a mis necesidades destacando la flexibilidad de horarios que es mi dificultad principal.

Lo dicho, una experiencia formidable!

Empecé a asistir a clases de batería en Hardrum hace más o menos un año y, sinceramente, no puedo estar más contenta. Las instalaciones están muy bien equipadas y se nota que el equipo se preocupa de que los sets estén en buenas condiciones (incluso en las salas de ensayo, donde la rotación de alumnos es grande, los pedales, platos y cajas siempre están listos para sentarse a tocar).

El equipo docente es excelente. Son profesionales con una experiencia muy dilatada tanto en el instrumento, como en el ámbito pedagógico y, de verdad, se interesan por el alumno, por sus inquietudes y por su avance. Mantienen un diálogo continúo con los estudiantes para aseverar qué objetivos quieren cumplir y ofrecerles una metodología totalmente personalizada basada en sus intereses y necesidades para que los logren.

Los profesores realmente se involucran muchísimo contigo y sientes en todo momento que les importa tu progreso y que se alegran por cada paso que das. Mi experiencia con Will y con Diego ha sido increíble, sobre todo con este último, ya que he tenido la suerte de que sea mi profesor a largo plazo. Es un músico impresionante y un pedagogo y persona aún mejor. Tiene una pasión por la batería que es contagiosa, unos conocimientos musicales amplísimos, tanto en términos culturales como de teoría, y un interés por el proceso de aprendizaje súper sincero, lo que le convierte en un profesor muy capacitado y atento al que le puedes consultar cualquier duda durante tu viaje con la batería.

Mi caso era complicado, porque venía de media vida de una educación musical superior con el enfoque del conservatorio con una huella muy poco positiva y muchos miedos en mi enfoque como instrumentista y, lejos de asustarse, Diego ha sido un apoyo constante en el proceso y puedo decir que, aunque me queda mucho camino por delante, he logrado un cambio y un progreso que no pensaba posible. Además, me ha inculcado un interés y una alegría por la batería que solo me hace querer seguir mejorando y aprendiendo.

Honestamente, no creo que se le pueda pedir más a una escuela. Son exigentes con el esfuerzo que te piden, muy serios en el aspecto administrativo y honestos con tu progreso y la viabilidad de tus objetivos, pero si tienes interés ponen todo de su parte para que consigas llegar al punto que quieres. No puedo más que recomendar la escuela. Es un lujo aprender con ellos.