Hotel Restaurante Asador Algete, Algete

Una auténtica vergüenza el personal, voy me pido un cerveza a las 12,30 de la mañana y no me ponen una simple aceituna, detrás mio entra otra persona que pidió lo mismo que yo, pero el trato fue totalmente diferente ya que en cada consumición que pedía le daban el aperitivo correspondiente, yo tome 3 y nada de nada, así no ganareis clientes nuevos.

Dices buenas y ni te saludan, uo alucino el aire de superioridad que tienen algunos camareros del sitio ya que en alguna otra ocasión me he encontrado más de lo mismo. Pésima atención se salvan por los pocos sitios del lugar que tienen para comer fuera. Yo entre y con las mismas de esta ocasión que comento me he ido eso si al menos he utilizado el baño jaja

Hacía mucho tiempo que no comía tan mal en un restaurante. Me pedí un solomillo que estaba como una piedra y super hecho. Un horror. Ya no digamos del postre una torrija industrial con sabor a plástico y encima carísimo. Nada recomendable.

Estuve comiendo a la carta, un sábado y con un cliente y no me pareció una comida acordé con el precio que pagamos 82 € por un asado recalentado y algunos cambios inesperados entre lo que pedimos y nos sirvieron, no nos gustó y es una opinión personal.

El restaurante me ha parecido estupendo y me gustaría dar las gracias por la forma con nos han atendido

Después de ver los comentarios de otros clientes, no llego a entender la disparidad de opiniones. Llevo 6 años viviendo en Algete y tengo que decir que el Asador se ha convertido en nuestro "bar de siempre". La terraza es espectacular y agradable, el espaciado entre mesas es más que amplio. Siempre nos han puesto buenas tapas con las cervezas y si algún día han tardado, se le pide al camarero y te la trae al momento.

El restaurante, para mí, es un pequeño lujo tan cerca de casa. La comida nos parece buenísima, todo fresco, bien presentado. Siempre llevamos a mis padres y a mis suegros ahí a comer asados con un buen vino (y a los amigos, y mi pareja y yo cuando queremos darnos un homenaje). El pescado se deshace en la boca de lo jugoso que está y la carne es una gozada. Que pongan las raciones de cabrito de varias personas en la misma fuente puede hacer pensar que es por ahorrarse cantidad, pero no. Cuando pido cabrito sola, la ración tiene un tamaño y cuando lo pedimos varios, otro. Jamás me he quedado con hambre de cabrito, de hecho, casi siempre sobra un poco. Y somos de buen comer.

La atención de los camareros siempre ha sido estupenda. Quizás alguno esté más pendiente de la cuenta, pero no hasta el punto de hacerte sentir incómodo. En todo momento nos han atendido con mascarilla durante el COVID y muy rápido.

Si tuviera que poner una pega, sería que las tortillas de encargo me parecen caras, por decir algo. Y la carta en general no es barata, pero por la calidad y trato que recibo, lo pago a gusto y lo seguiré haciendo.

Dicho esto, es un sitio que recomiendo 100/100.

Hacia mucho que no pasábamos por allí, el trato del personal sigue siendo bueno, la calidad de los productos es buena pero creo que sería de considerar y recomendable una revisión de precios ya que para la presentación y cantidad de algunos platos en mi opinión es algo elevada.

Gran variedad y calidad en los platos, al servicio no se le puede poner ningún "pero", en resumen un lugar muy agradable para comer o cenar.

El lugar muy bonito pero en esta temporada de COVID y siendo obligatoria la mascarilla para todo el mundo, no se puede permitir que un camarero sirva sin
mascarilla. La próxima vez que volvamos a ese local y volvamos a ver a un trabajador sin protección, lo denunciaremos.

El trato es familiar y cercano.
Altamente recomendable.
Calidad- precio.
Menú del día variado.
Te hacen sentir como en casa.
Lo dicho " Como en casa"
Y en frente, tienen una preciosa tienda de máquinas de coser

He sido atendida las dos veces que he necesitado reservar en el Hotel Algete por Pilar y no puedo estar más satisfecha con la atención y servicio que presta esta mujer, resolutiva, atenta, educada y eficaz. Gracias Pilar por tu buena gestión.

Hemos estado 3 personas y comimos 3 menús de 11 €.
Mal no, lo siguiente. Una y no más.
No recomiendo este sitio en absoluto.

Estupendo descubrimiento.para salir del paso, eso sí.

El pasado Domingo, no se podía entrar. Estaba tan lleno, que nos invitaron amablemente a volver más tarde. No cabía un alfiler y pensé que sería un sitio buenísimo.

Sin ser malo y estar bien, no es para tanto.

A las 20: 10 h de un día entre semana, ya estaba un poco lleno. Aperitivos bien, cerveza bien tirada y camarero pendiente de nosotros -un pelín de exceso y me sentí en algunos momentos, un poco presionado y estresado por meternos prisa-. Siempre dentro de un marco de amabilidad.

Boquerones en vinagre bien. Adobo también bien -aunque los he comido mejores- Sin embargo, las gambas al ajillo algo insípidas y que debían de ser congeladas.

Sin ser malo, no me convenció.

Las carnes siempre excepcionales. No hace falta hacerse tropecientos kilómetros para tomarse un buen asado.

Hemos caído también en la del asado, te cobran 20 por persona y ponen un solo plato. El tomate con ventresca fuera de carta no lo recomiendo son 15€ y no es nada del otro mundo! Encima el camarero nos tuvo totalmente desatendidos toda la comida, no vuelvo ni aunque me inviten!

Fuimos dos personas a comer. Preguntamos varias veces por si el precio del asado que venía en la carta era por persona o por plato. El camarero nos entendió perfectamente y nos insistió en que el precio era por plato. Finalmente nos cobraron el doble.

Pongo una estrella por que no se puede poner 0. No recomiendo el local, el atendimiento es pesimo a parte de mal educados.

Las habitaciones muy antiguas, la limpieza se podría mejorar, el personal muy, muy amable. El hotel no dispone de cena, desayuno y comida. El restaurante y el hotel parece que ya no trabajan juntos. El restaurante es pésimo, comida recalentada y de una calidad baja para el precio del menu.

La atención ha sido correcta, un poco seca para nuestro gusto pero correcta. La comida espectacular desde el pan calentito y de horno, la carne, muy jugosa, las patatas en su punto. El cochinillo estaba tan crujiente que parecía un torrezno, la carne del cochinillo muy suave y jugosa, la merluza en su punto y muy suave. El postre del pastor delicioso, todo estaba riquísimo.

Habitación de hostal. La cena fue estupenda, buen plato de cabrito al horno recomendado por el camarero, muy buena atención de ese camarero todo un profesional, por la mañana el desayuno nos atendió otro camarero con gafas muy prepotente y maleducado. A la habitación le falta algún enchufe, recepción también muy amable