Kapricho Restaurantes, Madrid

Solo tengo palabras bonitas para este gran lugar que he conocido.las camareras son espectaculares muy simpáticas TODAS el equipo que tienen en cocina es asombroso, el menú es súper variado adaptado desde gente que no varía mucho con la comida hasta gente que le gusta comer muy sano.
El equipo que tienen en cocina es muy eficiente y los platos están excelentes.
Conocí el sitio hace un par de meses y se a convertido en mi segunda casa,
Si con esto no es suficiente le puedes sumar que los viernes traen un cortador de jamón que sirve platos de degustacion y el ambiente es para todos los públicos.sorprendido es difícil que un lugar reúna todos los requisitos y este es uno de ellos

Muy buena comida y mejor aún el servicio y atención al cliente. Ambiente muy acogedor y de lo mejor de la zona.

Voy a poner 4 estrellas por la comida y la camarera que había ayer de gafas que es muy maja pero desde luego es para planteárselo después de todas las reseñas negativas que he visto del trato que da el personal al cliente. Según entré pregunté por una mesa, una chica con cara de asco me dijo no creo que tenga mesas, seguidamente detrás de mi entró un nombre y sin haberme sentado a mi todavía, se dirigio a el y el hombre dijo lo mismo no tengo reserva y le dijo a el pues tengo esas dos libres. Mientras me tenia a mi esperando de pie que había entrado primero. Tremendo, no puedo creer como hay gente atendiendo así, ¿cual es al diferencia entre ese hombre y yo? En fin, lamentable. Tuve que preguntarle si me sentaba yo en la otra mesa. Comes a disgusto y te sientes complentamente cohibida en pedir. No era la primera vez que iba pero lamentablemente si será la última. Da pena porque la comida está bastante rica por lo general. Cada día jode mas encontrarse con gente así cuando vas educada y de buen rollo.

Las camareras se empeñan en querer recordar todo los pedidos pero luego llega mal y hay que repetirlo varias veces.
Otra cosa que no entiendo es tener sándwiches mixtos tostados ya hechos. La gracia de este plato es que se tueste y caliente en el momento. El sandwich queda pasado.

Mal coordinados y lugar normalito

Servicio lento y mal coordinado

Simpatía muy justita. Arroz de aperitivo algo insípido

No volveré.

Comida bien. Servicio lento. Pido menú con bebida incluida y cuando voy a pagar me dicen que el tercio de Mahou no entraba en el menú. Conclusión casi pago más por la cerveza que por el menú.
No lo recomiendo y no volvere

Buena presentación de los platos, pero la comida no es destacable, servicio mejorable y mucho ruido en el comedor

Para mí, el mejor restaurante/cafetería del barrio. Los dueños y camareros son la amabilidad y la hospitalidad puras y la comida está buenísima. Voy mucho a desayunar y también a comer y te hacen sentir como en casa.

Buen sitio para desayunar.
Café Novel muy rico y suave.
La tortilla muy rica aunque esta poco hecha.
Para comer está muy bien aunque se suele llenar.

No volveré. Una hora de reloj esperando los platos del menú. Cuando los hemos reclamado a la camarera que nos había servido, se sorprende, ni se había enterado o no se quería enterar. Seguimos esperando hasta que otra camarera que atendía la terraza viene para disculparse y comunicar que el problema es que uno de los platos elegidos era el ultimo y se lo han dado a otra mesa y han tenido que ir a comprar. Surrealista. ¿No hubiera sido más facil pedirnos al principio que cambiaramos de plato y no tenernos esperando?
Y la calidad bastante mejorable. Mucha decoración, pero poca profesionalidad.

Estuvimos comiendo el sábado un grupo de 16 personas, y la opinión general es que no repetiríamos.

Pedimos por grupos, algún entrante para compartir y un principal. Nosotras tomamos los fingers de pollo con salsa de mostaza y miel que estaban ricos. La tortilla de betanzos, sosa como ella sola. Nunca había comido una tortilla sin nada de sal, a lo que nos dice la camarera que ellos no le ponen sal porque hay gente que no la puede tomar.nos quedamos helados. Y finalmente que tardó mucho en salir unos huevos rotos con los huevos pasadísimos y pedimos que nos trajeran otros en condiciones. Después de la espera nos los trajeron, un plato bastante reducido.
Las rabas (que pidieron otras compañeras dijeron que) tampoco estaban mal.

Como principales tomamos rabo de toro, estaba duro y había más grasa y ternilla que carne, nada recomendable. Un entrecot trinchado que estaba bueno de sabor aunque salió casi frío y una hamburguesa que dijeron que estaba buena, yo no la probé.

Luego pedimos la tarta de queso, el coulant de chocolate y la torrija. Para mi gusto la torrija fue el ganador.

El servicio, sobre todo de la primera chica que nos atendió dejó mucho que desear. Se nota cuando la gente está trabajando sin ganas. Finalmente nos atendió otra chica más simpática (parece que la anterior terminó su turno).

Me ha parecido caro para lo que hemos comido y el trato recibido. Vinimos por recomendación y en una despedida y bueno.al final lo importante es juntarse y pasarlo bien pero si comes rico, mejor que mejor.

Es una pena que las camareras sean tan poco profesionales y
Las gambas al ajillo de pena!

Súper atentas y agradables todas las camareras, además de que todo está muy bueno y son muy rápidos en servir

Descubrimos el restaurante dando un vuelta y nos llamó la atención al ver que siempre estaba a reventar.
Sólo podemos decir que volveremos siempre!
Atención, calidad y precio que ya nos gustaría que nos tratasen así en la mitad de locales hosteleros de la capital.

He ido al restaurante y el trato es muy efectivo, los camareros te tratan bien y te hacen sentir comodo. Un trato especial de la parte del restaurante

Segunda vez que vamos a tomar el aperitivo y no nos ponen aperitivo/tapa. El personal debería estar más atento.

Si comes aquí, te sentiría como si estuvieras en la cárcel, y los camareros que parecen los funcionarios del penitenciario, te tratarían como si fueras un recluso con malas caras y un servicio deplorable. Un absoluto desastre en todo el sentido de la palabra. Obviamente no volveré, ni se lo recomendaría a nadie.

Decepción total. Más que falta de atención por parte del personal es que no recibimos ningún tipo de atención. Los camareros pasaban por nuestra mesa sin preguntarnos por la bebida, sin ofrecernos la carta. En todo momento tuvimos que llamarles para que nos prestarán algún tipo de atención. Cuando finalmente nos sirvieron la bebida, no nos pusieron ningún aperitivo, cosa que eché de menos ya que este local lo frecuentaba mucho tanto para comer como para cenar y siempre acompañaban la bebida de un rico aperitivo. Dada la falta de atención sumada a la ausencia de aire acondicionado en plena ola de calor, decidimos pedir la cuenta y marcharnos. Cosa que por cierto también hizo la mesa de al lado.

Gracias por ponerse en contacto conmigo. Puse una estrella porque no me gustó mucho la atención por parte de dos de los camareros. Entiendo que hay mucho trabajo y que a nadie le gusta trabajar un domingo, pero no es mi culpa. Tenía una reserva y al llegar, y no ver a nadie entré y pregunté y la persona que me atendió de mala gana me dijo que no tenía una reserva, y tuvo que ser la persona que estaba en su pausa/descanso la que me atendiese amablemente.
Finalmente, a la hora de pagar, entramos porque eramos un grupo y pagamos dos y solamente nos cobró la misma persona que amablemente nos atendió. No es justo que paguen los que trabajan bien, pero tampoco me parece bien pasarlo por alto

Realmente no entiendo la fama del sitio (si bien en los últimos tiempos más desinflada), más allá de que la carta ofrece opciones de fusión moderna. Los precios son más altos que la media del barrio, sin llegar a ser caros. Sin embargo, ninguno de los platos que he probado las veces que vamos me parece espectacular, el sabor es bastante limitado. Antes la tortilla, sosa, se acompañaba de ensalada de mango, pero nunca llegamos a apreciar dicho mango. Lo mismo con el pollo rebozado, simplemente aceptable, sin ningún sabor o toque de fusión.