La Cantina, Madrid

Migas especiales, Carne de muy buena calidad, callos muy buenos, el dueño es muy agradable y siempre está pendiente
El ambiente es muy tranquilo, he ido varias veces y deseando volver
Los precios están muy bien

Muy buen sitio para comer calidad y cantidad y claro el precio es según el apetito que lleves y lo mejor la pareja de ancianos que lo regentan, encantadores y su joven ayudante.
Hay que ir en coche pisando camino de tierra pero merece mucho la pena

En la cantina te sientes mejor que en casa. Enrique hace unas migas y unas paellas de infarto. El sitio se encuentra en mitad del campo, así que si quieres tranquilidad, este es tu lugar. Los precios son más que populares. Muy buenos ratos pasados aquí, y los que nos quedan!

Si eres deportista y vas de ruta con tu bici, senderismo, etc. Tienes que hacer un alto en la cantina, sus migas son mundialmente conocidas.

Sitio que no te esperas encontrar en una ruta de bici además de estar algo escondido, pero que merece la pena conocer. Buena relación cantidad-calidad-precio. Muy buena gente.

Le pongo una estrella por que no puedo darle menos, no tiene carta ni los precios puestos en ningún sitio, te cobran lo que has comido según va sumando la cuenta (según le venga a la mente los números) vamos, que no son precios cerrados, solo efectivo, solo un postre, es lo que hay, un postre, y lo que veis en las fotos (de las reseñas) es la comida que hay, nada mas y de regalo un pelo en las migas
Fuimos por las reseñas y una pena, por que no volveré jamás ni lo recomiendo

No hay carta. Solo admiten efectivo.
Las migas buenas. Poca variedad.
Lo malo la sorpresa del pelo.
“Donde hay pelo, hay alegría”

Impresionante Enrique.comida excelente, amabilidad, buen trato y mejor precio.
Imprescindibles las migas

Fuimos un grupo de 7 adultos y 3 niños, el día anterior encargamos una paella para las 13: 30h y nos confirmaron que todo ok. Llegamos y no estaba ni la mesa puesta, y al final tuvimos que esperar más de una hora para comer. Desorganización y falta de coordinación entre ellos, y para colmo nos cobraron algunas cosas extra que no habíamos pedido, y el precio de la paella más alto de lo que me dijeron por teléfono.
Muy mala experiencia para no volver.

Lugar recondido y muy bien recibido por los dueños, sitio familiar donde se premia la gastronomía casera, Ideal para cojer fuerzas para seguir con la ruta en bicicleta y afrontar la temida marañosa con un poco menos cansancio

Sitio cojonudo para reponer fuerzas en medio de la ruta en bicicleta, las migas de escándalo, con ganas de volver.

Estuvimos hace un par de semanas.ya no es como antes (hace 1 año). Hicimos reserva (por las fechas), al llegar la mesa estaba ocupada, esperamos y al final tuvimos que ocupar otro lugar. Las migas.pasables, no las encontramos tan apetitosas como otras veces, daba la sensación de estar hechas de días anteriores (panceta y chorizo secos) y los huevos fritos demasiado hechos; el chuletón de 3° categoría. A resultas de lo mencionado, no se justifica el precio pagado por lo recibido, 35€ (las migas y el chuleton para compartir entre los dos, vino, gaseosa y 2 chupitos de orujo).
No sé si será porque es más conocido y va más clientela pero ha perdido el encanto del trato y comida familiar que antaño nos gustaba.

Este sitio es una pequeña perla escondida en mitad de la nada. Los dueños, Don Enrique y su hijo Iván, junto con su mujer, me trataron extremadamente bien, una hospitalidad y amabilidad que me sorprendió y por la cual les estoy muy agradecido. Por no hablar de los pedazo de platos de migas que ponen jajaj. Muy guay este sitio.

Lugar ideal para incluir en tu ruta de BTT y tomar unas migas con huevo y chorizo y continuar.muy muy "rústico"

Muy buenas migas en la zona sur de Madrid. Si pasáis por allí con la bici no dudéis en parar.

Simplemente el dueño es algo increíble pides una cerveza o un zumo y te pone una comida especial, sr. Enrique y su esposa.

Un sitio diferente y peculiar donde almorzar unas migas buenísimas con sus complementos y acompañamiento de huevos, pimientos, chorizo.
De los dueño un trato familiar y sitio para guardar las bicicletas.

Estupendo local, estupendos los trabajadores y estupendas las tapas, todas de la tierra. ¡No hay mejor plan para un puente!

U
Cuando fui no había señales de vida y todo estaba muy abandonado por fuera. No sé si sigue en pie el negocio

Lugar familiar entre cultivos, a destacar la migas que son espectaculares y el trato amable. Muy buen sitio para tomar algo después de dar un paseo.