La Casa Grande, Torrejón de Ardoz

Un sitio estupendo. Lo más parecido a cenar en un castillo. Aunque la carta no es nada de otro mundo

No es lo que me esperaba. Es un lugar con cierto lujo, antiguo y con mucha historia. Esconde mucho, casi nunca se puede visitar su interior, mantienen casi todo cerrado y es una pena. La comida para lo que vale no es gran cosa, eso es lo que me ha decepcionado, unos 50€ por cabeza con vino y postre, pero su comida no destaca y no sales satisfecho. Le doy 4 estrellas por lo que representa y su historia, pero no repetiría en el restaurante.

Un lugar con encanto e historia. Te ofrecen un paseo por las instalaciones explicando origen e historia. La guía muy correcta, con dominio y conocimiento de la casa. La sala de Iconos rusos es un tesoro.
El restaurante lo peor, un menú degustación ajustado de precio, pero, los platos calientes llegaron fríos.

Un sitio espectacular, hacia estado antes pero no había visitado el museo de iconos rusos ni el lagar. Visita recomendada, y cena estupenda.

Fui este sitio por casualidad y me sorprendió enormemente, es un lugar con mucha historia y un encanto especial, ideal para una escapada, buena comida, mucha historia y arte en sus espacios interiores, me falto el exterior por que fui de noche pero por lo que pude apreciar si que tiene más por descubrir, lo recomiendo 100%.

A ver, cena de Navidad de empresa (cada vez peor, en cualquier sitio), unos 25 comensales. De primero, o entrante, una tacita (pequeña) de una especie de vichisua con hebras de jamón. Buen sabor, textura.bien. De segundo, unos pimientos rellenos (3, congelados, practicamente desechos). Sabor, normal, presentacion y textura =0. El final lo completo un filete de ternera, unos 300 gramos, que cumplió sin más, nada espectacular pero correcto, tierno y sabroso. El vino, malísimo, etiqueta de la casa. Costrada o algo parecido de postre, café y un chupito de licor. 40 euros. Un robo. Ahora, con el boom y el cuento éste de las reuniones navideñas, cada vez mas restaurantes se apuntan al pensamiento de que prefieren mas clientes, en detrimento de la calidad. Cliente al por mayor. El amor a la cocina, el darle a sus clientes una calidad acorde, ya si eso otro día. Hablo en general, eh? Las comidas navideñas son un negocio, pero ha dejado se ser honesto, y ahora lo que prima es la caja y no el cliente. No hay profesionalidad. Bueno, eso si, el entorno del restaurante, un diez. Un saludo.