La Cruda, Madrid

Dos estrellas porque han reciclado un bar de barrio con 2 fotos en la pared. Precio muy caro para el discurso de los vinos naturales (moda en Madrid hace ya un par de años) La comina ni fu ni fa. El camarero de la gorrita muy mala atención (recomiendo que tenga paciencia con los clientes, ya que un bar lo princicpal es la atención al público).

La comida está rica pero te cobran el descorche en un sitio que no procede. Pagamos cerca de 30€ por un vino joven, un exceso. Nos decepcionó por este motivo.

No ponen tapas si pides cerveza, cuando todos los bares de alrededor lo hacen y se ha hecho toda la vida en Madrid.
Ponen de excusa que solo ponen tapas si se pide vino.
A pesar de tener buena carta, lo de los aperitivos me parece penoso. Mejor ir a otro bar que si te pongan tapas y no tengan tanta tontería encima.

Me ha encantado! Las croquetas exquisitas, los torreznos espectaculares, muy buen ambiente, los camareros súper amables… un 10

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Grandísima variedad de vinos naturales (dejaos aconsejar!) y una carta sorprendentemente extensa con la que acompañar la velada. Si a esto le añadimos que el personal es súper amable y que tienen una terraza la mar de agradable obtenemos un resultado de 10!

Atención con mucho mimo. Explicaciones detallas de cada uno de sus vinos. Las raciones son generosas y alguna de ellas es especialmente original, como sus más que recomendables setas maceradas en naranja. Todo un descubrimiento!

El restaurante es diferente, tiene detalles finos y diferentes como el uso de reciclados o la simplicidad en los utensilios que es agradable.
La tapa de queso en cuchara, que nos dieron estaba muy rica, por lo tanto los quesos son interesantes.
Respecto a las raciones que pedimos, estando correctas y siendo de buen sabor, algunas son muy escasas, como la mojama, que esta cortada excesivamente fina para rellenar la tabla o la de setas que es muy corta de cantidad.
Sin embargo la ración de anchoas es excelente en contenido y categoría y los fingers de bacalao en tempura también.
Respecto a los vinos, en mi opinión y experiencia vivida, creo que es mejorable, son en su mayoría vinos naturales (muy a la francesa) y en nuestro caso no acertaron en las 2 primeras decisiones, indicando mas o menos nuestro gusto vinícola.
Es de reseñar que la atención de Ana, fue excelente en todo momento, procediendo al cambio de la botella que no nos gusto y dándonos a probar algún otro hasta acertar mas o menos con nuestro gusto o apetencia, pero se espera algo mas de entendimiento en este aspecto o al menos esa fue la sensación.
Yo al menos he visitado otras vinotecas, donde te ponen vinos diferentes en funcion de la elección culinaria que hagas y ni siquiera tienes que pensar o elegir, y llegas a la satisfacción y sorpresa que es lo que mayormente buscas en este tipo de establecimientos orientados al vino, probar algo diferente, que te sorprenda, dejarte llevar.
Creo que en este punto pueden mejorar el servicio y el entendimiento del vino que puede tener el cliente.
También considero que el vino que se sirvió, estaba algo caliente, e hizo falta cubitera, esto para un tinto no debería ser así.
Creo que el sitio esta bien, volveré y le daremos otra oportunidad vinícolamente hablando y esperemos poder atinar con las raciones y sus cantidades de mejor forma, aun asi, esas 4 estrellas van, por que tiene su punto diferencial y eso es de valorar.

Riquísimos los torreznos y las costillas.
Un equipo de gente maja y a buenos precios.

No probamos los quesos pero tienen buena selección.

Asqueroso, si pudiera le ponía un -1. Un café con leche y una barrita con tomate ¿Como se puede fallar con eso? El café repugnante, no han limpiado la cafetera desde hace un siglo. El "aceite" en una botella mugrienta que daba asco tocarla y sabía a rancio. Me estoy volviendo a casa a lavarme la boca. A este individuo sanidad debería cerrarle el bar. NO VAYAN.

La comida muy abundante y de buen sabor, lo que no me gustó fue el postre era mousse de la marca día, yo creo que no cuesta mucho poner la mousse en una copa para disimular y ponerle un poco de nata que queda más curioso. El hombre de la cocina muy atento.