La Posada Cercedilla, Cercedilla

Sinceramente no lo recomendaría, fui con mi pareja a una jaima y no volveríamos. Por las noches el perro que tienen (un san bernardo enorme) no para de ladrar y de rondar por todo el recinto, a nosotros se nos acercaba a la jaima y se ponía a ladrar sin dejarnos dormir.
Las instalaciones están como si estuvieran abandonadas, cuando fuimos no estaba abierto el restaurante. La atención deja mucho que desear, ya que una de las noches literalmente cayó una tormenta eléctrica increíble y allí nadie nos atendió. Pasamos la noche en mitad de la montaña en una jaima sin electricidad y sin poder hablar con nadie de la posada para poder cambiar de habitacion ya que literalmente estabamos casi a la interperie en mitad de una tormenta, FATAL. Además de que calidad-precio sinceramente deja mucho que desear.
Las vistas son muy buenas pero mi experiencia bastante mala.

Estuve en la terraza. Un bajo árboles, bien sombreado. Está pegado a la carretera y bastante más alta que el nivel de ella y con aislada con plantas, lo que hace que el ruido quede muy atemperado.
La cocina, casera, muy rica y abundante
(Los callos impresionantes).
Los precios normales para la zona con una muy buena relación calidad-cantidad- precio.
El servicio amable y correcto.

Un lugar muy agradable, además de bonito y bien cuidado. Sus alojamientos son encantadores y el restaurante maravilloso
Volveré.

Una experiencia diferente para desconectar y conectar con la naturaleza.
Muy acogedor el entorno y la gente.
El personal es muy cercano y familiar.
Muy buena ubicación y una maravilla poder ir con perro, aunque allí está Pongo que es para comerselo!
Sin duda repetiremos:)

Para invierno tremendo, para verano las casas de madera son mortales. No estaría mal que avisasen cuando va a haber niños.

Somos una familia de Donosti y hemos pasado unos dias en La Posada. Todo perfecto. La casa toda de madera nos ha encantado, todo muy limpio y bien preparado. Todo cuidado al detalle. Cercedilla, mi segundo pueblo, como siempre maravilloso.

Un sitio fascinante para los amantes de lo natural trato espectacular tando de humanos como de animales, porque sí, tienen algún que otro animal que te da la bienvenida. Dar las gracias en especial a Alberto por enseñarme más en profundidad el sitio y por el servicio prestado. Repetiremos seguro. Paz y comodidad donde las haya.

Llegamos tarde y estaba todo preparado, con facilidad para la entrada. Fuimos con perro y es un sitio espectacular, con jardines, naturaleza y animales. Muy buena atención y súper recomendable para desconectar.

5 estrellas por no poder dar 6.
Lugar mágico. -
Situación idílica. -
Trato familiar. -
Precio ajustado. -
Una auténtica maravilla
¡¡Volveré sin lugar a duda!

Lugar con encanto, la decoración es alucinante muy currada y espacios cuidados.
El trato por parte de los trabajadores es excelente.

El sitio es chulo, en un paraje muy bonito, pero algunas de sus instalaciones y sobre todo la casa en particular deberían estar mejor cuidadas y más atendidas.
El mayor inconveniente para nosotros ha sido que como nuestra casa era la que estaba al lado de la zona común para las cabañas, la gente se colaba en nuestra casa todo el rato, pensando que era la cocina, el baño y comedor de la zona a compartir, y cuando les decías o se daban cuenta que ese era un alojamiento aparte, te decían lo mismo "es que como no hemos visto a nadie, no nos lo han explicado" como nos había pasado a nosotros que tampoco les habíamos visto y no nos habían explicado nada, y como no tuvimos ningún problema, pues ni a la entrada ni a la salida, solo vinos a los demás inquilinos y al San Bernardo, ese si nos acompañó y nos visitó todo el fin de semana.

Para nosotros, ir a La Posada ha sido increible. Nos ha permitido tener un contacto directo con la naturaleza. No solo por el lugar donde está ubicado, también las instalaciones. El lugar es enorme, y todo está hecho de troncos de árbol. ¡Hasta las camas! Se nota que es todo hecho a mano. Alex se ha portado super bien con nosotros, al igual que los camareros del restaurante (en particular, una camarera super maja que nos tenía ya como clientes VIP haha). ¡Un 10 en todo! Recomiendo de verdad a todos que si alguna vez tenéis la oportunidad, venid. Insisto, hasta que no lo veáis no os podéis hacer una idea.

Simplemente genial. El entorno es espectacular, el trato increíble, las instalaciones muy cuidadas. Lo descubrimos de casualidad buscando un sitio de encuentro y desconexión para un fin de semana y de eso hace ya tres fines de semana. Alberto, Ale y Patri te hacen sentir como en casa y fomentan el tipo de relación humana que en mi opinión no pueden quedar en desuso. Tiene parking para clientes (algo que se agradece especialmente los fines de semana en Cercedilla) y muchas rutas que comienzan cerca de la posada. Nos vimos algunos vídeos de Alberto para ver rutas (en Youtube: territorio Mambrú) y no nos han defraudado. Encima hay un restaurante al lado de la posada donde se come de lujo.

Sitio muy familiar, muy acogedor, entorno espectacular, todo muy limpio, pongo muy entrañable, repetimos 3 fines de semana seguidos y repetiremos más

El restaurante es muy bueno, los camareros/as son muy majos, precios razonables, muy bien situado, pero tardan un poco en servir.

Un lugar magico al lado de Madrid. Puedes llegar en tren o bus, y admiten mascotas. Puedes hacer senderismo, y en verano ir a la piscina de las Berceas. Hay Barbacoa, chimenea y un ambiente joven Fresco y saludable.

Por lo general el sitio nos gustó mucho, reservamos la habitación cuadruple con baño privado. El sitio es muy bonito, en plena naturaleza. El interior de la habitacion nos gustó pero habría varias cosas por mejorar. En primer lugar la zona del baño, no llegaba la calefacción y solo contaba con una estufa que no calentaba todo el baño por lo que pasabas frío a la hora de ducharte o cambiar de ropa, y la zona de la ducha que no nos gustó mucho. Y lo segundo sería mejorar la comodidad tanto de las camas como del sillón cama, sobretodo de este último. Otra cosa que añadir es que quisimos usar las zonas comunes para cenar unas pizzas y el horno era de gas, no lo sabíamos usar y llamamos al telefono que teníamos de contacto sin obtener respuesta. Pero bueno en general si no tenemos en cuenta esos detalles, quedamos conformes.

De los mejores sitios en los que he estado. El lugar es precioso y se nota que está cuidado. La casa en la que estuvimos.de 10. Limpia, bien equipada, con buena calefacción y agua caliente y encima.todo de madera! La experiencia fue genial incluso antes de llegar: Alex decidió mejorar nuestra estancia sin coste adicional y sin que nosotros se lo pidiéramos, pero el remate fue toparnos con Patricia, una mujer encantadora que nos acogió desbordando simpatía y con muchísimo cariño. El viaje era por trabajo, pero repetiremos por gusto sin ninguna duda. Sencillamente magnífico.