La Posada de los Vientos, La Acebeda

Muy buen menu, 29 euros, muy agradables y amables, el salón de arriba es muy agradable, solo comimos (no nos hospedamos), probamos sobrasada, ensaladas, pasta y lomo para niños, pastel de atún, carnes, postres, etc.

Menú fin de semana espectacular por 29 euros, muy buena calidad, cantidad, elaboración y presentación, un regalo para los sentidos

Hicimos una parada para tomar un café y un postre casero y nos atendieron super bien. Trataron con mucho cariño a los niños y buena atención!

Alquilamos habitación cama doble, dos noches para semana santa y sólo nos quedamos una. Es una pena que una casa tan bonita, con todo lo que se le puede pedir a un hotel rural de catálogo, tenga una insonorización tan horrorosa. Lo siento por Juan, el propietario, amable y atento, pero nuestro concepto de la tranquilidad y el descanso es otro. En las habitaciones (con nombres de vientos, Ábrego en nuestro caso) se oye absolutamente todo y el ruido de los suelos es insoportable. No puedo comentar nada de las comidas, no las probamos. El desayuno excelente, estuvo muy bien, surtido y variado. La WiFi 2G con escasa cobertura, inservible, al menos en nuestra habitación. El baño pequeño, no importa mucho, pero que el espacio para la ducha casi impida la movilidad, sí. Y aviso para los que tengan mucho interés en la televisión: cuando vas a sitios así es lo menos importante, pero.las habitaciones no tienen, sólo hay una en un salón común. Muchas gracias por tu atención, Juan, pero no volveremos.

Excelente, todo de 10. Sitio precioso y acogedor y personal muy amable y atento. La comida también muy rica. Volveremos.

Excelente elección Caserón de 1780 convertido en un pionero del turismo rural. Buen punto de origen para conocer toda la sierra norte. Trato familiar y afectuoso. Desayuno perfecto con buen café, tostadas ricas, zumo natural, bizcocho casero y todo lo que se te ocurra pedir. El restaurante tiene una sorprendente variedad de platos de calidad, de proximidad a un precio razonable.

Estuvimos comiendo en el restaurante. Hay muy poquitas mesas y si te ponen en la parte de arriba, literalmente tienes la sensación de estar comiendo en el salón de una casa de pueblo al lado denla chimenea. Las fabes con ibéricos son un espectáculo. Probamos todas las verduras tibias y también muy muy ricas. Me dejo lo mejor para el final, el mejor codillo que he comido en mucho tiempo, bien hecho, sin demasiada grasa. El servicio muy cercano y todo amabilidad. Repetiremos seguro.

Posada rural con mucho encanto, primer alojamiento rural de la zona norte de Madrid. Juan, desde el primer momento, con un trato muy cercano y amable, nos hizo sentir como en casa, daba gusto conversar con él. Desayuno riquísimo y casero, nos hizo una tortilla con chorizo y un bizcocho buenísimos. La cena del día de Navidad, exquisita y a precio razonable. La habitación acogedora, que maravilla dormir viendo el cielo estrellado por su ventana abuhardillada. Muy bonito su entorno. Muy recomendable, de esos sitios que no me importaría repetir. Muchísimas gracias familia!

Restaurante rural con comida casera muy acogedor. El trato muy cercano y la comida muy rica!

Pésima experiencia hoy.
Fuimos a comer dos personas y nos trajeron el primer plato sólo a un comensal sin ni siquiera tener las bebidas después de haberlas solicitado un par de veces.
Los segundos los tuvimos que devolver, la carne dura y de mala calidad y las croquetas quemadas.
Al final nos cobraron al menos sólo un menú.
Es difícil hacer clientes pero muy fácil perderlos.

Preciosa Casa Rural con Historia con rincones llenos de encanto. Amabilidad y trato exquisito. Muy recomendable.

Lo pasamos genial. La atención por parte de Juan fue excelente. Cuidando cada detalle y dándonos toda la información necesaria para pasar un estupendo fin de semana. La posada es muy acogedora y cuidan todos los detalles. La comida ecológica muy rica. Volveremos pronto

Paramos a comer y fue un acierto. Una posada de piedra y madera, un lugar fresco y tranquilo donde fuimos atendidos como en casa. La variedad en el menú era amplio sin perder la creatividad, todo muy rico aunque un pelín caro: Un salmorejo, una ensalada huertana, un postre y un café (bebimos agua) 30€.

Hacía mil años que no iba por allí. Tenía un recuerdo magnífico y el que me llevo otra vez es excelente. Una comida elaborada, más allá de lo que se espera en una hotel rural como los que hay en la sierra de Madrid.
Hay que resaltar que no se puede uno sentir mejor atendido. Se siente uno mejor que en casa.

El sitio perfecto para desconectar de todo. Pequeño, acogedor y familiar. Fui con mi pareja. Juan y Pilar te dan un trato cercano y familiar. Juan parece un monólogo. Cenas, hablas con el y te sientes en casa, aparte de echarte una buenas risas. La posada de de estilo rústico. Muy bonito todo. La comida del restaurante, realmente buena, una mezcla de rústico y diseño. Buena presentación. Hemos dormido un un 16 Julio de 2022 en plena ola de calor y hasta hemos tenido que taparnos por la noche para dormir. Volveremos sin lugar a dudas. Bajo mi humilde opinión es el sitio perfecto para desconectar de tu vida diaria y sobre todo de la tecnología. Un 10!