Las Bravas, Madrid

Un sitio moderno pero de toda la vida.
El producto tan rico como siempre. El sabor de las bravas el que uno recuerda y espera.
Un lugar estupendo para turistas y nacionales.
El personal atento y egradable.

Bien aunque como es un lugar donde va mucha gente, te intentan sacar cuanto antes de la mesa. Esto hace que tomarte algo tranquilo sea muy poco viable. En mi caso me retiraron el tercio de la mesa aun teniendo un poco dentro del botellin. Pero la salsa brava que tiene esta buenisima y merece la pena.

Best bravas I have ever tried, the sauce is amazing, the right side of spicy and has alot of flavours. Service was bang on point and very friendly. A typical madrid bar in a typical madrid setting, would highly recommend. Would I come back? Try and stop me, I'm on fotocasa trying to buy an apartment on the same street!

Siempre un gustazo. El sabor de las bravas, tortillas y oreja de siempre. Sin sorpresas. Sientes como si volvieras a la universidad, a los tiempos de medir cada euro, perdón, peseta, para aprovechar el gustito de una ración de madrileñismo ;-) Lejos del mundo hipster, es la oportunidad de marcarte una escapada de lo tecnológico si además aprovechas para lanzarte a entablar conversación con los camareros, si es estrés se lo permite

Buenas bravas en Las Bravas
Buscando otro, caímos de casualidad en este bar, y dado su nombre fuimos directamente a por la especialidad de la casa: y la verdad, ponen unas bravas muy buenas con las patatas en su punto de textura y la salsa picantona pero sin quedarse corta ni pasarse. Servicio rápido y precio asequible. Para volver. -

La salsa brava está riquísima, pica un poco pero está en el punto perfecto. Recomiendo las patatas bravas y la tortilla de patata con la salsa, está exquisito

Las mejores bravas de Madrid sin duda. La salsa absolutamente extraordinaria y patentada en los años 50. Recuerdo que salsa brava tipica madrileña es de Pimenton, nada de tomate. Para los de las salsa normalita, jejjeje

Parece mentira que al lado de Sol puedas encontrar un bar donde no se hinchen los precios del producto a más no poder.

Las bravas están muy buenas, sobre todo la salsa!

Hacía muchísimos años que no iba. La salsa sabe exactamente igual a como la recordaba. Está buenísima. La ración de patatas enorme y recién fritas. Y muy barata: 4,95€ en mesa. Los camareros muy serviciales. Un lugar que no defraudará por muchos años que pasen.

La comida es espectacular, la salsa es una pasada.así que si lo juntas con las patatas, la tortilla española, las alitas. Con lo que sea.un lujo.
Pero el personal es borde, desagradable y parece que te perdonan la vida. Es una pena porque sino iría bastante más!

Fui por recomendación al que se supone es "el mejor sitio de patatas bravas de Madrid". Aunque la cola es larga el servicio es rápido y no tuvimos que esperar más de 20 minutos por una mesa. Pedimos patatas dos salsas (alioli y brava) y la verdad es que me ha decepcionado un poco. Las patatas estaban templadas (supongo que por la alta demanda las tendrán ya preparadas), la salsa brava sabía demasiado a pimentón picante, sin embargo la salsa alioli estaba deliciosa. Los precios de las raciones son aceptables, hay que pensar que estamos en el centro de Madrid y en un sitio de renombre pero, el precio de los refrescos es abusivo. Una Coca-Cola de 220ml 2.90€ y un nestea del mismo tamaño 3.10€. Creo que si me apeteciese comerme unas bravas otro día iría a otro lugar.

Clásico bar cerca de la Puerta del Sol.
Lo primero que sorprende es que no hay barra, sólo hay mesas dentro y fuera.
Muchos camareros para atender, bien dispuestos, con gracia madrileña y con comanderos electrónicos.
Las bravas son famosas por algo.la salsa si es brava (mas de uno no las terminan) y las patatas no están mal pero nada del otro mundo.
Tienen también con ali-oli y pulpo y algunas cosas más (ver carta).
No te meten prisa pero la rotación de personas en las mesas es considerable.
Para probar y enseñar a visitas está bien

Taberna verdadeira, cozinha extraordináriamente bem confecionada. Atendimento muito profissional e simpático. A carta é simples mas muito boa, cozinha típica espanhola com uma adaptação própria para certos pratos. Tal como o nome indica, são especialistas em Batatas Bravas, mas estas dignas do seu nome aliás, patenteado pelos próprios.são divinas. Recomendo a orelha, não tem nada que ver com a nossa salada de orelha, é uma orelha crocante com um tempero espetacular e acompanhada ou não pelo molho das Bravas. Ainda de salientar as Croquetas de Jamón caseira e os calamares. Se é amante dos petiscos espanhóis como eu, não pode deixar de provar. As doses são generosas e boas para compartir. Preço médio por pessoa creio que rondará os 10€/15€ a comer bem.

Las bravas muy buenas, como siempre. El servicio un poco regular. Están continuamente quitandote cosas de la mesa y te traen la cuenta sin pedirla para que desalojes la mesa cuanto antes.

Las mejores bravas que he comido en mi vida, la salsa cada vez que he ido es espectacular y la oreja la probe la ultima vez que fui y estaba deliciosa, sera un placer repetir.

Abierto desde 1933 inventan en 1950 una deliciosa salsa brava polivalente con el justo punto de sabor picante que igual casa con unas patatas fritas que con un pincho de tortilla. Son famosos sus espejos deformantes de la fachada en dónde Valle Inclán sitúa una escena de la inmortal "Luces de Bohemia" Local del centro del Madrid más castizo que aún conserva ese sabor que poco a poco va desapareciendo ante tanto restaurante de comida rápida y almacén de multinacional. Ideal para una sabrosa tapa con una (o dos) buenas cañitas.

Se trata de un local de tapas y restauración bastante aclamado y con cierto renombre en las cercanías del centro de Madrid que destaca, como su nombre indica, por su salsa brava y sus tapas de tortilla y patatas con dicho aderezo.

Si consigues encontrar mesa, algo difícil por la cantidad de clientes a la que acostumbra tener este negocio, date por afortunado.

El servicio fue bastante rápido, a pesar de que el sábado que acudí, el local estaba a rebosar de gente. Tuve suerte al encontrar mesa en el comedor de abajo del bar.
No hubo demora en la llegada de platos.

Las patatas bravas estaban tiernas por dentro y picantes por fuera. La blanda textura del exterior de las patatas no terminó de convencerme.

La tortilla de patatas con salsa brava, un plato de lo más curioso y original, presentaba el mismo problema que el plato al que precedia. Nuevamente, la blanda textura de la superficie no terminaba de cuajar. No era un plato sólido, parecía más un puré que se deshacía con el tenedor al intentar pinchar un trozo.
No obstante, el sabor no estaba mal, y la cebolla, debates aparte, otorgaba un buen punto de sabor al conjunto.

Quizá el detalle de la blanda textura de las tapas sea cuestión de gustos y de opiniones, pero lo que definitivamente no me gustó para nada fue el precio, bastante elevado al tratarse de unas raciones que estaban medianamente bien hechas y servidas, pero que, sin embargo, eran bastante simples de conseguir y cocinar.

Creo que hay locales que sirven bravas bastante mejores y, principalmente, muchísimo más baratas.

Lugar de tradición en patatas con salsa brava, de elaboración propia. Muy rica y con el picante justo. No tienen servicio de barra, sólo te atienden en la mesa, y en hora punta hay que esperar turno. Precios bastante razonables. Merece la pena.

Madrid se luce con sitios como estos, me encanta que cuando te recomiendan algo cumpla con las expectativas. La atención, a pesar de la cantidad de personas que acude, es buena.de verdad se esmeran. Nos tocó sentarnos en la parte de abajo, dos jovenes impecablemente vestidos hacen gala de su simpatía e inmediatamente te abordan a buscar el pedido.llo q extraña es que no se nota el minimo estrés en ellos a pesar de estar al tope de gente la sala, la sonrisa y amabilidad nunca los abandona. La comida inmejorable sobretodo el plato por de el cual fui, las famosas orejas de cochino. Las papas ni hablar.el ambiente muy ameno. Los aseos super limpios (habla mucho de sus dueños). En resumen, se los recomiendo.visita obligada.

El sitio es bueno y la comida también, pero los camareros estan demasiado pendientes de ti y la verdad que me sentia agobiada a veces, ya que a la mínima que ven que estas acabando de beber algo ya vienen a quitartelo