National Museum of Romanticism, Madrid

Realmente increíble, magnífico para los visitantes, sólo 3€ la entrada. Para hacer Absolutamente.

El museo está en un palacio que representa la vida durante el Romanticismo. Se pueden admirar cuadros, mobiliario, relojes y objetos cotidianos.

Una casa palaciega donde se muestra la vida, el arte, etc del romanticismo en España. Una gran visita.

Muy bonito y de haber vivido en aquella época pues pertenecer a la nobleza, que mientras el pueblo se moría de hambre, ellos disfrutaban de grandes palacios y vidas placenteras.

El museo me gustó mucho pero le pongo soko 3 estrellas porque había muchas salas cerradas al público porque no hay personal suficiente, por lo que te vas con la sensación de que queda mucho por ver.

Si sólo los vigilantes fueran más amables, no puede ser que te digan "alejaros de mi museo" aunque estén contratados por empresas privadas tienen que saber que están trabajando en un lugar que es un bien público y deberían de respetar a los visitantes que, en cuanto ciudadanos, son los que pagan su salario. Tenemos que volver a construir la conciencia que un bi3n público es un buen de todos, y no sólo cuando estamos reivindicandolo, también cuando estamos sencillamente disfrutando de él.

El museo en sí es muy bonito, me encantó el contenido. Pero, tienen salas cerradas por falta de personal y la cafetería también está cerrada

Maravilloso museo, súper bien distribuido, en el centro de Madrid, con obras de arte exquisitas y magníficas. Es un lugar especial, la iluminación y la exposición, insuperables. Personal estupendo, muy profesional. La amplitud de obras que presenta es exquisita. Muy recomendable.

Palacete agradable que permite hacerse una idea del mundo de la clase acomodada del XIX. Lástima que algunas salas estén cerradas.

El museo está bien pero es muy pequeñito y se ve en una media hora. Por ahora es gratuito.
Tiene una parte cerrada por falta de personal.

Pequeño lugar donde te sientes perseguida en todo momento, no es una sensación muy agradable, pero merece la pena acercarse a verlo.
Es un regreso a una época donde las damas llevaban su carné de baile, a cual más bonito, las tenacillas para rizar el cabello, abanicos ¡incluso de nácar, (me las imagino con el lenguaje del abanico "hablándole" en secreto a algún amado.), los caballeros con sus artilugios de barbería y los niños con casitas de muñecas, juegos del enano-amarillo e incluso un coche de caballos en miniatura.os va a sorprender
También tiene una amplia pinacoteca, y si os fijáis bien, muchos tienen calles con su nombre en Madrid

Del lugar es muy bonito y parte del personal amable, lo muy molesto es que el vigilante de seguridad impida pararse delante del museo al grito de "alejaros de mi museo". Si en personal dice eso ¿cómo pensar que la ciudadanía sienta el Museo como suyo? De todos modos eso no es culpa del vigilante, es culpa del Estado que privatiza ciertos servicios, por eso es importante luchar para que todo sea público, sin ningún servicio externalizado.

Decepcion! El museo permite solo la visita de una pequeña parte de la casa me he quedado con ganas de verla en mi opinion para exponer una pequeña parte mejor cerrarlo

Muy bonito, pero la cartelería no es fácil de leer, son letras muy pequeñas y muy cerca de los cuadros, impidiendo la correcta lectura y el completo entendimiento de las personas que aparecen en ellos.

Sugiero carteles informativos mas grandes accesibles para todos, ya que se pierde mucha información.

Las lámparas están mal puestas, pues su reflejo dificulta la visualización de las pinturas. El personal como la mayoría en los museos de España no son cordiales, ejemplo de una mujer arriba que muy hostil me dijo "¡la alfombra no se puede pisar, la madera si, sale! " Hay que delimitar el espacio ya que no saben esperar que la persona entienda donde se puede pisar o informar cuando la persona llega, como hizo el senhor en otra sala arriba. La senhora de la recepción es muy amable.

Absolutamente recomendable, creo que ahora ahí que pagar algo, Es una casa palacio del siglo XVIII restaurada para emular una de la época. Está muy conseguido ya que cuenta con una infinidad de piezas originales muy chulas. Aconsejaría coger la visita guiada ya que así te adentras más en la historia y lo verás de otra manera. Mención especial a la guía, una profesional. En general todas las personas que trabajan allí son muy agradables y atentas. Se nota que les gusta trabajar allí.

Merece la pena: arte y aspectos de la vida diaria (de la clase alta) con información que ayuda a entender la época.
Lamentablemente parte del personal tiene una faceta innecesariamente regañona: un poco de paciencia con los visitantes que somos visitantes de museo, no organizadores de botellón

La amabilidad del personal es reseñable
La ambientacion iluminación de las salas igualmente
Experiencia muy recomendable en este Madrid
capilalino.

Me ha gustado mucho. Tienen unas pinturas preciosas y las habitaciones están muy bien decoradas con objetos de la época, objetos muy curiosos y en perfectas condiciones.
Lo único que no me ha gustado mucho es que los vigilantes de las salas me estuvieran persiguiendo por todos lados como una sombra (entiendo que lo hacen para proteger las obras y objetos, sin embargo el museo debería colocar algún tipo de valla o separación para mantener las distancias y que no tengan que estar persiguiendo a los visitantes).
Aún así, lo recomiendo sin duda alguna.

Una maravilla, te transportas a otros tiempos, el personal muy amable, facilitan el acceso a las personas con movilidad reducida. Muy recomendable