Residence San Ildefonso, Alcalá de Henares

Bastante mal…La recepcionista tiene una actitud muy prepotente y engreída. Le faltó el respeto a una compañera del claustro, y, aún con esas, lejos de dar una disculpa, inventa argumentos sin pies ni cabeza para excusarse. Todos somos empleados, todos trabajamos y eso no nos exime de dar respeto a los que nos rodean. Que se ría menos de la gente que va ahí solo a buscar un lugar donde dormir porque viene de fuera, y más respetar. Creo que no le pedimos grandes lujos.

Muy mala experiencia.
El lunes 13 de febrero llegué al establecimiento preguntando por una habitación y me atendió la señora de recepción de pelo corto llamada Inmaculada. Me dijo que en la segunda planta había una opción disponible y le comenté que al día siguiente me traía mi equipaje desde Móstoles y me alojaría allí, a lo que me contestó que previamente debía de escribir un email con mis datos especificando el número de noches que me quedaría. Hasta ahí todo medio normal, pues podría haberme apuntado y haberme hecho la reserva en ese momento, pero nada, quiso que escribiese el email y así lo hice antes de personarme en el sitio al día siguiente.
Al llegar con mi equipaje el martes 14 me atendió Ángel, compañero de Inmaculada. Todo fue bien hasta que entró Inmaculada por la puerta y en ese momento comenzaron las faltas de respeto y desprecios injustificados de su parte hacia mí. Yo no entendía nada, pues repetía en varias ocasiones con alto tono de voz frases como “solo quiero aquí gente de confianza, en la que se pueda confiar, gente con palabra. ”, entre otras tantas cosas. Todo esto porque según ella no había enviado el email como me dijo, cosa que le rebatió su compañero Ángel, pues sí lo había enviado tal y como ella me indicó. Ante esto, ella se sacó de la manga que debía de ser enviado por la noche, detalle que ella jamás nombró previamente.
Recibí un trato deleznable y humillante hacia mí persona. Además de no tener razón, en el caso de que la hubiese tenido, así no se trata a un cliente ni a una persona cualquiera. Ni en la calle ni en cualquier otro lado.
Tras todo lo ocurrido, me aislé en la habitación por evitar el malestar de cruzarme a esta señora que sin ton ni son me hizo pasar tan mal rato.
Evité salir de la habitación en horas que pensaba que ella seguía abajo. Sin embargo, por la tarde no tuve remedio y bajé para coger un documento y en ese momento volvió a ensañarse conmigo con gritos y sin cortarse lo más mínimo, sabiendo que a esas horas había gente descansando en las habitaciones. Fue una auténtica pesadilla que no le desearía a nadie.

La residencia San Ildefonso inlcuye todo lo que cualquier profesor o estudiante puede necesitar para una estancia tranquila, cómoda y como en casa. Las habitaciones son acojedoras y funcionales para estudiar o trabajar. Además, el trato por parte de Inmaculada es excepcional, cercano y su gestión es inmejorable. También destacaría la labor de limpieza de Pilar, que junto con su cercanía y disposición la hace una excelente profesional. En este tiempo de emergencia sanitaria la limpieza va de la mano de la confianza y su protocolo de desinfección y salubridad es inmejorable. Confianza en este lugar de residencia al 100% y recomendable al mil por mil.

Alcohol, drogas y sexo sin protección.

El paraíso o el infierno, según lo mires

Magnífico trato. Habitación austera pero muy limpia.

Residencia de estudiantes algo austera pero con buena relación calidad precio y muy tranquila. Atencion muy personalizada.