Restaurante Casa Varillas, Lozoya

El sitio es una maravilla! Nos encantó! Hemos estado para comer unas costillas y un revuelto de chistorra, como somos unos golosos fuimos a por la tarta de queso y las torrijas! Que fueron una delicia. El ambiente genial. Pero sobre todo lel servicio, nos atendió un camarero del cual nuestra bebé de 15 meses Zoe quedó encantada! Lo recomiendo!

Este sitio parecía ser el más acogedor de toda la sierra de Guadarrama, su calidez y decoración no te dejan indiferente. Ahora bien, desde que nos sentamos en la mesa, todo fueron sorpresas. Para empezar, preguntamos por la cerveza que ofrecían y solo nos dieron una opción, cuando en realidad descubrimos que tenían cerveza artesanal de la zona. A la hora de pedir la comida, pedimos que nos recomendasen su especialidad y nos quedamos asombrados ya que el plato estrella era un costillar de cerdo. Nota: Las vacas y sus siluetas se contaban en decenas dentro del restaurante a parte de ser su logo oficial. Nos aseguraron que tenían ganadería de vacas propia, por ello nos llamó la atención que solo dispusiesen de un plato de carne de vacuno en la carta. Aún con sospechas, pedimos el entrecot de vacuno de 23€, y nos plantan un churrasco de ternera ya cortado y con la piel. Juzguen ustedes mismos, pero yo no recomendaría a nadie que acuda a este local. A esto se puede sumar que los camareros no tenían su mejor día.

Restaurante situado en Lozoya a las afueras de Madrid. Puedes ir con perritos, decoracion muy bonita y comida exquisita. Recomendable

La comida de cuchara un poco sosa pero la carne y todo lo que va a la parrilla mucho mejor.
El trato sensacional, muy cercanos.
Puedes ir con tu perro.
Y la terraza muy agradable

Bueno bonito y barato con unas vistas espectaculares y atendido por grandes profesionales. De paso puedes comprar ropa de cine en un mercadillo outlet de Pablo Carbonell y el dinero recaudado es para una buena causa.

Restaurante bonito y agradable.
Muy buen trato, llegamos un poco tarde a medio día y fueron muy atentos al guardarnos las últimas costillas que quedaban para que las probásemos. Y menos mal, porque son las mejores que he comido.
Pedimos un poco de todo y quedamos súper satisfechos.
Muy recomendable.