Restaurante Green 19, Villalbilla

El sitio muy bonito para ver atardecer, la atención bastante mala, parece que estorbas te dicen todo el tiempo que cierran pronto. Hemos pedido cocido y hemos tenido que reducirlo con agua porque era incomible (no nos dieron opción de comer otro plato), evidentemente la segunda parte del cocido aún peor, la carne no se podía ni partir. (Platos y vasos descascarillados). Se lo decimos y como si nada. Nunca Más, lástima de dinero tirado.

Lo mejor la atención por parte de la persona responsable del comedor, super pendiente, eficaz y agradable. Hemos comido de menú entre semana y el café en la terraza con buenas vistas.
Repetiremos sin dudarlo.

Muy aconsejable, buena comida y vistas inmejorables desde la terraza. De noche se ve Madrid iluminado.

Fuimos a comer dos amigas y nos gustó mucho el sitio.

La calidad del menú era buena y el precio justo.

Además tienen unas vistas increíbles y son muy amables.

Volveremos.

Un lugar idóneo para celebrar comida familiar, con vistas al Campo de Golf, ubicado en la parte más alta, dando una panorámica amplia y en profundidad.

Buen menú de fin de sanana, sin más pretensiones. 25€ buen primero, buen segundo, postre industrial y café. Muy buen servicio; Santi es un muy buen camarero.

Es la segunda vez que vengo a comer y posiblemente no vuelva, pocos platos en el menú y mucho que desear, hemos estado 4 personas y no nos ha gustado nada, la comida a mí parecer no ha estado bien, en mi caso pedí de segundo un filete de ternera, parecia la suela de una zapatilla y era como si estuviera recalentado, otra persona pidió boquerones y en la misma opinión que con el filete, desde luego a mi opinión el menú no vale 15 euros, las natillas muy ricas

El cocinero, es un maestro con las pastas, lo demás, también bien, el servicio muy amable y eficiente. El precio del menú, muy bueno.

Fuimos a cenar en torno a las 22 horas. Solicitamos una mesa y el camarero nos atendió como si nos estuviera haciendo un favor. Nos sirvieron los cubiertos y los platos arrojándolos sobre la mesa como si fuese una baraja de cartas. Pedimos gambas al ajillo y al cocinero se le fue la mano con el picante, con lo cual dejamos a la mitad la bandeja de barro. La ensalada de ventresca sí estaba bien preparada y de buena calidad. El servicio fue tan pésimo que nos abstuvimos de pedir el postre y el café. No sé si es porque no están bien pagados o porque no les gusta su trabajo pero el servicio de camareros es deficiente y muy poco profesional.
Una pena en un lugar tan rodeado de encanto.

Para no repetir. He venido en varias ocasiones, y cada vez con dueños distintos. Esta última vez es en la que no volvería. Caro para la calidad que dan. Han servido todos los primeros menos el de una persona, lo trajeron cuando ya todos los demás comensales habían terminado el primero. Lo único que merece la pena es el entorno.

Estupenda ubicación, preciosas vistas pero hasta ahí.

La persona que se encargue de este lugar deberia de hacer un poco de hincapié de la limpieza y organización del lugar.

La terraza sucia, desorganizada con mesas, sillas y vallas desperdigadas y tiradas. Colillas y envases plásticos por el suelo y encima cobrando 12.50 € por una ración de patatas bravas. Una barbaridad teniendo en cuenta que esa terraza podría ser perfectamente un patatal y no un restaurante de un club de golf.

Los precios están inflados entre un 30 y un 50 por ciento y ni el sabor de la comida ni en la presentación ni en la atención hay diferencia alguna con respecto a cualquier bar de barrio en el centro de Madrid

Es una pena que un sitio que geográficamente es espectacular tenga una gestión tan mala y descuidada.

Lugar para comer genial menú del día muy bueno buena cocina.camareros y camareras geniales te tratan fenomenal sin duda que volveré

Desastrosa experiencia.
Empezando, porque el precio que figuraba en la pagina web, luego no era el que tenía el propio restaurante, que era un 25% más elevado.
Los platos, tampoco se correspondían con su página.
Pero ahí no acaba todo, ni mucho menos.
Los platos ofrecidos, a las 14,30 horas, ya no eran tampoco los mismos, porque se habían acabado.
Nos cambiaron un supuesto bacalao a la vizcaina por un filete de lubina a la plancha, muy seco, sin desescamar ni desespinar, osea.
El local adolecía de exceso de temperatura, aunque, supuestamente, estaba conectado el aire acondicionado.
Como compañeras de mesa, varias moscas pesadas.
Tampoco quedaban los postres que nos ofrecieron, por lo que debimos buscar otros distintos.
Eso sí, rapidez en el servicio, toda la del mundo. Entre plato y plato, 20 minutos de reloj.
Ah, y una botella de agua que pedimos para beber, no nos la dejaron llevar, porque tenían que devolver el casco.
Y el camarero, todo un dechado de guarrería.al servir la bebida, las botellas, abiertas ya desde la barra, las lleva cogidas por la boca, al igual que los vasos, con toda su mano bien plantada en los bordes.tampoco cambian los cubiertos, y el mismo cuchillo, lleno de restos del primer plato (resecos cuando llega el segundo) sirve para el nuevo plato, da lo mismo que sea carne, pescado, verdura.
En fin, que mucha pretensión con el campo de golf privado, pero, sinceramente, un lugar para nunca mas volver.

Grata sorpresa de este restaurante. Buena atención, rápida y el menú del día muy rico. Tiene terraza y buenas vistas. Recomendable.

Me encanta ir a comer a la terraza, es súper acogedora y tiene unas vistas increíbles, la comida deliciosa, los postres también mi favorita la tarta kinder lo recomiendo

Muy buena ubicación, los camareros muy atentos y servicio rápido.
El menú fin de semana muy completo.
Repetiré

Hemos comido unas 15 personas un sábado con previa reserva el menú del día y muy bien. La atención por parte de las camareras genial, todo servido rápido y correcto. Hay mucho personal lo que hace q la espera sea minima o ninguna. Comimos dentro pero fuera también se puede en la zona cerrada, tiene un bonito jardín con vistas al campo de golf y otras vistas desde donde puedes ver las Torres de Madrid y el piruli. Experiencia muy agradable!
Volveré

Encantada con este sitio. La comida riquísima, camareros atentos y muy buen precio. Lo recomiendo siempre al 100%.

Espectacular vista. Sitio agradable. Gran terraza con espacio jardín. Calidad- precio. Muy amables. Recomendable reservar.

Sitio muy agradable para comer o cenar. Los fines de semana es recomendable reservar porque es posible que si no, no haya mesa libre. Al mediodía hay menú o carta. La comida está bien de calidad y de precio. Recomendable los fingers para los niños, les suelen gustar.

Para cenar, consultar antes porque si no tienen gente cierran antes.

Tienen una zona interior y otra exterior con césped y vistas al campo de golf que lo hacen muy agradable.

También celebran eventos (bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños.) Y si hablas con ellos te lo adaptan un poco como quieras.

También recomendable simplemente para tomar algo y relajarse de la ciudad, disfrutando de un sitio abierto y tranquilo.

La atención de los camareros hay de todo, unas chicas son muy amables pero una en concreto bastante borde y desagradable (Aunque decir que he ido varias veces y a esta última sólo la he visto una vez).