Rita Sibarita, Madrid

El Rita Sibarita se ha convertido en un habitual cuando estoy por la zona de Montecarmelo, ya sea de pasada o cuando acabo algún partido de padel en alguno de los clubes de la zona. Cuenta con una terraza espectacular en la planta superior ideal para tomar algo con amigos.
En esta ocasión, estuvimos comiendo pero, como ya no quedaba algún plato del menú del día, optamos por pedir algunos platos de carta para probar diferentes (justo los que tenía pensado pedir ya se habían acabado). Nos decantamos por las alcachofas confitadas, el pulpo asado con patata revolcona, el steak tartar, los bastones de berenjena con hummus y, como postre, probamos la torrija. Todos los platos estaban muy ricos, destacando las alcachofas confitadas (de las mejores alcachofas que he tomado nunca). Servicio rápido y eficaz. Seguiremos pasando por aquí con frecuencia

Bien pero llegamos 14 min tarde y nos cancelaron la mesa. Nos acomodaron en un sitio que personalmente no creo ni que fuera mesa. La comida en cambio, bien como siempre

Estuve un sábado para la sobremesa y la verdad que en la terraza con el sol se está genial y las vistas merecen la pena, los precios son más asequibles de lo que en principio puede parecer.

Trato desastroso, después de tomar varias copas nos dicen que no nos sirven más, porque tienen la mesa reservada (no habíamos sido avisados)

Lugar súper agradable, carta variada y con mucho gusto, sobre todo el postre con el que nos sorprendieron al pedir la tierra de Carrot Cake. Mi pero está en el personal, teniendo reserva a la 1: 00 pm no nos permitieron entrar a menos diez al estar cerrado y nos invitaron de una manera poco agradable a esperar fuera hasta la 1: 05. Eso sí para dejar la mesa te traen la cuenta directamente sin pedirla 10 minutos antes de que acabe tu turno. Las formas de algunos camareros no fueron muy adecuadas.

El. Sitio y los camareros muy atentos. La pega que le pongo es que la comida es un poco escasa para los precios que tiene.

Uno de los mejores restaurantes de la zona por su relación calidad-precio. El servicio es excelente y todo está buenísimo.

Buen sitio para picotear y hacer buen postureo. Siempre lleno la terraza interior.
Para cenar lo mejor es la presa de Ávila con arroz de coco.
Las cantidades son escasas y el precio alto.

Espectacular terraza, trato del personal muy profesional, atento y agradable, pendiente de que todo estuviera a tu gusto y no faltará de nada (muchisimas gracias), platos exquisitos de cantidad justa y precio aceptable, todo de 10! Sino fuera porque no acepten tarjeta de pago cheque gourmet los fines de semana, la primera vez que me ocurre desde que la tengo, por eso no vi que el local lo avisaba (fallo mío). Una pena porque pensaba volver! Pero por lo demás, muy recomendable.

Tras pasar 1 hora de reloj desde los primeros a los segundos, vino un "encargado" a pedir disculpas, y nos invitó a los postres. Pedimos 3 postres para 6, nada descabellado. Por supuesto, nos los cobraron. No nos dimos cuenta inicialmente de comprobar la cuenta, y se la llevaron justo después de pagar, seguramente para que no tuvieramos oportunidad de verlo, cosa que es ilegal ya que tienen que dar una factura de lo que se paga. Luego sumando lo que habíamos pedido es cuando nos dimos cuenta del "truco".

Un restaurante con mucho encanto y muy acogedor. Perfecto ambiente para comida o cena con amig@s. La comida muy rica y perfecto para tomarse una copa después.

Probé unos callos que estaban para relamerse.sin duda un sitio de muy buen gusto y atención. Para volver.

(Fecha 24 de Agosto de 2021 20: 30h; Lugar terraza calle)
No sé como explicar la mala experiencia. El camarero un cero a la izquierda, éramos un grupo de 5 de los cuales 2 estábamos esperando y el resto estaba por llegar. El camarero a sabiendas que éramos 5 nos permitió sentarnos y nos tomó nota a los 2 que estabamosna las 20: 30 y una vez pedido nos dijo que a menos cuartos nos echaba (con un trato desagradable no propio de cualquier restaurante), luego aparece el resto y ya nos dice que no podemos estar 5 en una mesa de 4 (La idea era tomar algo y pedir unos platos para compartir entre amigos), a lo que le respondemos que las restricciones no nos prohibía sentarnos de ese modo y el camarero en vez de explicarlo, con mala cara nos dice NO y ya esta. Parece ser que nos vio que nuestro nivel adquisitivo no era propio de su restaurante, ya que íbamos vestidos de sport recién jugada una partida de pádel.
NO RECOMIENDO ESTE SITIO Y MENOS CON EL CAMARERO TAN DESAGRADABLE (P. D. Parecía el encargado porque iba vestido distinto)

Unas vistas preciosas para hacerte fotos, buen ambiente pijo, y la comida quizás un poco más floja de lo que esperaba, promedio. Pero sigue valiendo la pena ir.
Lo único que hay que reservar con antelación porque suele estar lleno siempre que he ido.

La terraza espectacular la comida muy rica, la pena que el encargado Jesús es muy prepotente y cómo si estuvieran sobrados de gente te da unas contestaciones muy poco profesional por su parte, que hace estropear la experiencia… una pena!

Restaurante con muy buen ambiente, comida muy buena, recomiendo el Ceviche que tienen aquí y para los amantes de la carne un buen Steak tartar, el cual te dan la opción de ajustar el picante a tu gusto, muy buenos postres también.

La terraza es muy chula PERO los camareros son asfixiantes, como con prisas para que pidas y te largues. La comida cara, con suplemento por terraza y la calidad, repito, floja para lo que cuesta.
El mojito muy rico, eso sí, pero no compensa por todo lo demás.

Fui de menú del día un viernes de finales de julio. Menú correcto y con buena relación calidad/precio.

* El pico de gallo de la entraña suave y bueno.
* Torreznos (fuera de carta) : malos (secos, insípidos)
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Los camareros tenían una pinta un poco extraña: pendientes, tatuajes.y estaban un poco distraídos.
Imprescindible reservar en comidas ya que si no la gente que trabaja en los alrededores lo llena.

La primera vez que visité este restaurante me quedé prendida de su ambiente y sus cócteles, por lo que decidí volver el pasado lunes para tomar unas copas por mi cumpleaños. Si bien es cierto que una amiga mía reservó en la terraza interior y no se fijó bien en que solo era posible la reserva para comidas y cenas, el TRATO fue NEFASTO.
Cuando llegamos fue algo extraño pues los camareros nos miraban de manera extraña, algo babosos. Cuando subimos y nos sentamos, vino el camarero y ahí es cuando empezó el PEOR TRATO que he recibido en mi vida en un restaurante.
Le comentamos al camarero, CÉSAR, que queríamos un postre y tres copas y nos indicó que, efectivamente, nos habíamos equivocado al realizar reserva. Si lo hubiera hecho bien, no hubiéramos tenido ningún problema en bajar a la otra planta y dejar la mesa libre, pero no fue así. Comenzó a decirnos que iba a ver si el importe era el adecuado, como si fuéramos pobres o algo parecido, cuando él precisamente no sabe lo que lleva cada cual en el monedero. Nos dijo que teníamos que pedir algo de la carta de salados OBLIGATORIAMENTE hasta que dio un paso atrás y dijo que haría una excepción. Hay miles de sitios buenos en Montecarmelo para tomar una buena copa y este NO ES UNO DE ELLOS. Estuve incómoda el resto de la noche y eso que era mi cumpleaños.
Como no estaba conforme con el trato, decidí quejarme y comentárselo al referido camarero, CÉSAR. Este, tras haber mostrado una GRAN FALTA de EDUCACIÓN, RESPETO y PROFESIONALIDAD, se mostró altivo, como si fuera tonta y dándome la razón para que nos fuéramos cuanto antes.
Aprende a tratar al cliente, que mucha fachada de restaurante pero en lo que realmente importa, el trato al cliente, dejáis MUCHO QUE DESEAR.
No volveré más.

Tiene una terraza espectacular. ¡Comida riquísima!
La atención no fue la mejor pero compensan la decoración, la comida y la música.