Viena Capellanes, Madrid

Buen menú y estupendo servicio.

El menú del día (13€. Mayo 2023) entre semana vale la pena, como en el resto de Viena Capellanes incluye uno de sus riquísimos dulces en el postre (la tarta sacher es mi preferida).

Hemos asistido en grupo, y sin tener reserva, en un momento nos tenían una mesa preparada en una sala para nosotros.

Las salas de abajo tienen la típica arquitectura del centro de Madrid, con sótanos de ladrillo visto que merecen ser visitados.

Aunque es un sitio que desde la puerta parece solo una pastelería, en el sótani está el comedor arreglado y limpio.
Por un menú de 12€ la comida está muy buena, con bastante cantidad y la camarera es muy amable y atenta.

Hoy he comido con mi madre el menú en viena capellanes y estaba todo riquísimo. La ensalada de pasta, los huevos fritos, las albondigas y el pollo. Los postres estaban muy ricos. La atención de 10. Sobre todo de la camarera janella que ha sido muy atenta y profesional. Lo recomiendo 100%.

Accueil menu à 12€ entrée plat dessert boisson tout compris. Excellente cuisine. Cadre original. Nous avons adoré.

5 estrellas sin duda, parece una pastelería, pero luego en el sótano tienen las mesas para comer con un menú y una atención genial.

Muy buen café y muy bien atendidos. Hay que volver a probar el menú del día, tiene buena pinta.

Un local muy bonito con su pintoresco sótano. La atención del servicio muy bueno, pero con bastante descoordinación. La comida estaba buena, aunque parecía que estábamos en épocas de racionamiento.por lo escaso en jamón y queso o en mantequilla y mermelada.

Llegamos. Tras diez minutos haciendo cola y aún habiendo preguntado al principio si atendían en mesa y haber respondido que no, nos dicen que hay que pedir abajo una vez sentados. Mosqueados, bajamos, nos sentamos. Esperemos diez minutos. Me levanto a decirle a una camarera y dice que en un minuto viene. Pasan otros diez. Nos vamos. Pésima organización y atención.

Acabamos de abandonar el local, porque estando medio vacío y cuatro camareros en la barra y nadie nos atendía después de más de 20 minutos de espera se ve que no tienen ganas de vender.

Como cafetería puede que esté bien; como restaurante, deja muchísimo que desear: mosquitos revoloteando, los platos no son lo que se pide (el rataruille es un pisto cortado en tacos aguado e insípido y el acompañamiento de menestra del segundo son unas verduras descongeladas sin mayor elaboración) la comida pésima, la verdad. El brownie no es brownie, es una tarta de chocolate. No hay problema con la comida pero no me gusta que se llame a las cosas por un nombre que no le corresponde, ya que la idea del plato no tiene NADA que ver. Me da pena por la camarera, que, la verdad, ha sido lo único que ha merecido la pena del lugar, pues ha sido muy amable y educada, siento que la comida, que es por lo que vamos, no se corresponda en absoluto.

Despues de 15 minutos sentados nos levantamos sin que ningun camarero preguntase des pues de pasar varias veces de vacío sin ni siquiera preguntar nada

Habitualmente vamos al Viena de Bordadores, hoy hemos dado con un camarero de los que quedan pocos, se llama Alejandro. El local estaba lleno, nos ha buscado sitio y nos ha atendido estupendamente, amable y atento en todo detalle.
Cuidad a estos empleados ya que quedan pocos. Ánimo Alejandro sigue así. Gracias.

Excelente desayuno y servido, las camareras muy amables.
El café óptimo y la tostada buenísima.
La repostería excelente.
Volveré!

Mal producto, nos han puesto unos churros fríos, grasosos y para nada crujientes… y al rato de los churros traen el chocolate…en el local varías meses sin recoger durante tiempo….

Solo nos tomamos un café con lo cual poca valoración puedo hacer eso sí es como un poco inhóspito desangelado

He comprado hoy una tarta, según la empleada debía dejarla fuera de la nevera una hora, después de casi dos horas, la tarta no es que esté fría, es que está congelada, no se puede clavar ni el cuchillo. No puede entender que vendan así las tartas, a saber desde cuando está congelada

Ayer visité el Viena Capellanes de Bordadores y me lleve una grata experiencia.
Llegué a la tienda y el local estaba desbordado, tuve que esperar 15 min por una mesa, a pesar de eso, recibí un trato súper amable por parte de Roció, desde que entré me recibió y comentó que tenía que esperar unos minutos para poder ubicarme en la mesa (ha valido la pena) en cuanto pudo me indicó y pasé, se encargó de todos mis pedidos y me sugirió el roscón de baileys, una delicia…LO MEJOR!
Sin duda alguna repetiré!

Tienen menú, con plstosa elegir, que preparan ellos.
También hay gran variedad de sandwichs
Tartas, pasteles, postres individuales, pastas, meras, y panadería, bebidas de acompañamiento, ah, sin olvidar un buen café, descafeinado, desde luego.
¡¡¡¡Buen provecho!

Sin apenas mesas ocupadas nos tienen esperando 20 minutos en mesa, la verdad que una pena porque nos tuvimos que ir al VIP

Felicitación por los empleados del día 1 de enero en el turno de la mañana. Desde la barra, su gran atención, y los camareros que nos llevaron el desayuno. Sin lugar a dudas se vio un gran equipo trabajando.