Yakiniku Rikyu, Madrid

Impresionante carne y parrilla.

Todo lo que pedimos fue espectacular.

Totalmente imprescindible el lomo de wagyu.

Espectacular. No vayas buscando los típicos makis o nigiris, ven pensando en que vas a comer alguna de las carnes de más calidad y más sabrosas que hayas probado hasta el momento, y además hechas por ti a tu gusto sobre una original parrilla que calienta por resistencia. Riquísimo el arroz para acompañar. Los postres originales y muy ricos también. Repetiremos!

Un sitio espectacular para disfrutar de un wagyu Japonés. El servicio muy bueno y muy correcto al igual que la comida.

Everything was perfect from beginning to the end.
The service was the best I ever had the people were very friendly and courteous. And the food was more than delicious. I'm sure I'll fly to Madrid again just to eat at Yakiniku Rikyu one more time.

Comida muy buena. Los platos son típicos coreanos, aunque la procedencia es japonesa.
La carne para llorar de lo buena que estaba.

Recomendable

Lo malo el coste, aunque no es caro, la cuenta es elevada

Un lugar muy especial y con comida de muy buena calidad. El precio un poco desorbitado, pero para 1 vez merece la pena. La parrilla no hecha humo ni nada y a atencion excelente

Limpieza, servicio, amabilidad óptimas. La comida un descubrimiento, verdadera comida japonesa, un placer para los sentidos. Volveremos

Ambiente sobrio y discreto, mesas dispuestas en formato europeo y a modo de "kotatsu" japonés. Barbacoas coreanas dispuestas en el centro de cada mesa (cambian accesorios de parrilla frecuentemente). El servicio es correcto, sin embargo, el trato resulta algo distante. El volumen conversacional es moderado, desconozco si por motivos del perfil del público estrella o la acústica de sala, no obstante, es de agradecer.
El ambiente en los aseos también es cuidado, las condiciones higiénicas muy favorables (disponen de sanitarios japoneses y toallas para el secado de manos dispuestas a modo de suite de hotel, no es relevante al caso que aplica, pero resulta, cuanto menos, curioso).

En cuanto a la comida, la carta combina alimentos coreanos y japoneses. La calidad es alta. Probamos:
1. Ishiyaki bibimbap con steak tartar y verduras; recomiendo probar Ishiyaki bibimbap con carne y verduras, mejor, el steak tartar acaba haciéndose en la piedra, por lo que pierde su toque característico.

2. Wagyu (de lomo bajo), altamente recomendado, carne gustosa y excesivamente tierna.

3. Lengua de ternera infiltrada, la salsa en la que se infiltra es realmente jugosa, repetiría elección.

4. Kimchi; bien elaborado en el restaurante. Siempre resulta el perfecto probiotico para disfrutar entre la comida. El sabor es muy característico, un picante fermentado, es uno de mis platos coreanos favoritos.

5. Hotate (vieira a la parrilla en mantequilla, lo cocinan en la mesa), la combinación de los jugos de la vieira, la mantequilla y el sabor a barbacoa, resulta equilibrada y sabrosa.

6. Postres (maceta y mochi) ; pese a que no son excesivamente dulces, no serían mi principal elección, no observé en ellos nada destacable.

Si se desea maridar, es preferente saque o cerveza japonesa (kirin, asahi, sapporo), para un buen equilibrio de sabores, pues no son gustos europeos. No encajan tan bien los vinos de occidente.

Relación calidad-precio: ajustada, si se considera el carácter cuantitativo, precio ligeramente elevado.

Puntos débiles: las cantidades resultan algo escasas.
Puntos fuertes: las calidades del producto.

Público estrella: parejas o grupos de amigos de mediana edad que disfruten de un ambiente sobrio y sosegado.

Excelente trato, excelente calidad precio, excelente comida, intimo, moderno y tradicional en uno. Atención y servicio de lujo. No puedo ponerle ninguna pega. Excepcional.