Centro Residencial SAVIA El Puig

Mi madre está muy bien allí así que yo contentísima
Todos los trabajadores incluido sicologo, asistenta social, auxiliares etc.súper agradables un 10 para el director o directora que lleve el centro era una mujer no se si la han cambiado

Un desastre de residencia. No hay personal suficiente. No hay enfermería más que esporádicamente teniendo que cubrir desde la sanidad pública (y no puntualmente sino la mayoría de las veces) su falta. Una vergüenza.

Mi madre entró y le costó poco adaptarse. Ahora está encantada, la tratan muy bien, alguna trabajadora es menos agradable, pero en general son muy simpáticas y cariñosas.
Lo peor es que le pierden la ropa, la echa a lavar y algunas cosas no vuelven.
Nuestra experiencia es muy positiva.

Excelente trato humano y profesional. Instalaciones adecuadas. Como todo en esta vida, hay aspectos mejorables y los familiares de los residentes debemos estar pendientes de esos pequeños detalles. La dirección siempre está dispuesta a atender las críticas, que procura solucionar. Vannesa, trabajadora social, es una excelente profesional y magnífica persona que procura hacerlo todo fácil y siempre vela por el interés de las familias. Estoy muy tranquilo de tener a mi madre y mi hermano en Savia El Puig.

Me parece una falta de respeto y seriedad tener que ir detrás de ellos 3 semanas para que me concierten una cita para ver las instalaciones. No quiero pensar como será tramitar los papeles con ellos. Desde luego no creo que vuelva a llamarles.

Este septiembre2022, ha fallecido mi padre en la residencia.
Quiero agradecer el espectacular servicio que ha recibido mi padre durante prácticamente dos años:
La información periódica de la doctora -o del doctor que a veces la sustituía- explicando su evolución o incidencias, las orientaciones del psicólogo para conseguir que las visitas a mi padre pudieran ser visitas de calidad, así como sus explicaciones de las etapas por las que pasaría mi padre para que estuviéramos preparados y supiéramos afrontarlas.
La atención, alegría y paciencia con que las que las enfermeras o asistentes atendían a mi padre.
En las visitas tanto presenciales como por videoconferencia siempre estaba presentable físicamente, señal del cuidado que se le ha dispensado.
También dar las gracias a la recepción, siempre atenta, eficaz y amable para todas las peticiones que le formulaba.
Por último, quiero dar las gracias por la extrema delicadeza con la que el doctor me informo de la perdida de mi padre.
Muchas gracias a la dirección y al equipo que dirige.