Residencia Maria Inmaculada Valencia

Hermosa Residencia y Gran calidez de las hermanas. Agradecimiento enorme a la Hermana Estherr por su recibimiento, y dedicación. No dudaríamos un segundo en volver y compartir con ellas una nueva estancia en Valencia.
Gracias!

Nuestra hija ha estado alojada en esta residencia y ha estado encantada por el trato recibido desde el primer día de llegar. Las instalaciones se ubican en un edificio histórico en todo el centro de Valencia. La habitación está totalmente equipada y buen ambiente. Hay que destacar también lo bien que se come y la limpieza de todas las dependencias comunes, pero ante todo debemos remarcar el trato recibido por Esther y el resto del personal de la residencia. Muchas gracias por todo.

Encantada por el trato recibido tanto de las niñas como de las hermanas. Me han hecho sentir como en casa. Sin duda volveré a visitarlas.

Es como estar en casa, la limpieza, comidas, instalaciones y lo más importante el trato inmejorable, gracias por haber dado a Laura tanto cariño, no os olvidaremos, hermana Araceli, Mari Carmen y resto de hermanas y personal

Este lugar es mucho más que una residencia. Además de contar con unas buenas instalaciones, una limpieza excepcional, un servicio de cocina donde todo sabe rico, una magnífica ubicación en el centro de Valencia, la residencia tiene alma, el de las hermanas Esther, Mari Carmen, María del Mar y del resto de personal que trabaja allí, todas amables, simpáticas y poniéndolo fácil a las residentes. Se agradece, y mucho, saber que tu hija va a estar cuidada entre buenas personas. ¡Gracias por todo lo que ofrecéis, que no es poco!

Las instalaciones parecen sacadas de una película. Situada en un enclave único y con la conservación que hemos tenido la oportunidad de ver en nuestra visita, es todo un hogar ideal para estudiantes. En cada estancia que hemos visitado se respira un ambiente de paz y armonía con la divinidad suprema. Las hermanas no ofrecen solo un alojamiento para estudiantes, sino un hogar, una familia donde sentirse como en casa.

Hemos pasado el fin de semana una amiga y yo, y ha sido una experiencia fantástica. Han sido muy acogedoras con nosotras y Esther ha sido una gran anfitriona; preocupada por que no nos faltara de nada y haciéndonos recomendaciones de qué visitar o dónde comer. La comida de la residencia se notaba que era casera y la hemos disfrutado.

Es la mejor residencia estudiantil de toda Valencia. Las hermanas se encargan de formar un hogar y no solo una casa de estudios. Las habitaciones son muy cómodas, la comida muy buena, la verdad una experiencia única y la ubicación inmejorable.

Vengo del otro lado del mundo a estudiar y simplemente me han hecho sentir en casa, las hermanas ahora son mi familia.

Si están buscando residencia no duden en venir a RMI, será la mejor decisión

Casi que llegué por casualidad a la residencia y no hay cosa que agradezca más que haber estado allí. Las hermanas tienen un corazón inmenso y te hacen sentir como en casa. No importa que no seas creyente, siempre va a ser un buen lugar para estar acompañado de gente de calidad humana!

La RMI ha sido como mi segunda casa durante estos cuatro años, sin duda de esta experiencia me llevo el trato familiar y cercano de las hermanas y todas las amistades que he hecho.

Es una residencia muy familiar, donde todas las residentes nos conocemos. Sin duda recordaré las numerosas fiestas de la residencia, en especial la de Fallas.

Las habitaciones están muy bien, la mayoría son bastante grandes con baño privado incluido. Además, de tener un servicio de portería a todas horas y con horarios flexibles para las salidas. El servicio de comida es muy bueno, saludable, variado y de calidad.

Esta muy bien ubicada, en pleno centro de Valencia, conectada a escasos minutos del metro y de las paradas de autobuses, el río Túria y de las universidades tanto de la Católica, como de la UV.

Sin duda, animo a todas aquellas jóvenes que vienen a estudiar Valencia, a vivir en esta residencia, encontrarán a gente estupenda que se llevarán para siempre.

He estado en esta residencia para estudiar medicina y la recomiendo totalmente. Su ubicación es de las mejores ya que está muy cerca tanto del centro (por lo tanto también de la estación de tren), como de la facultad ya que se puede ir perfectamente andando. Dispone de espacios muy amplios para estudiar y habitaciones muy acogedoras. Además, lo que me llevo para toda la vida es el ambiente familiar con el que me han tratado. Gracias por hacerme sentir muy bien cuidada y como de la familia!

Mi experiencia ha sido estupenda, la comida buenísima las habitaciones muy cómodas, y muchas y amplias zonas comunes, muy agradecida con las atenciones a mi hija, por todo el cariño que nos han ofrecido y por cuidarla cuando lo ha necesitado,

Muchas gracias a las hermanas por ser tan atenta con mi hija cuidola y teniendonos informado en todo momento cuando se ha encontrado enferma con el covid y ayudándola en todo, para los padres es una gran tranquilidad que estén siempre tan atentas con todas las residentes

Muy buenos los cursos que dan. Gran servicio a la comunidad valenciana. Valores católicos bien marcados.

Como en casa! Residencia acogedora y familiar que ha hecho mi estancia en Valencia muy agradable. Estoy muy agradecida por todo.

Las hermanas muy sociables y caritativas ayuda a emigrantes recién llegadas a Valencia a conseguir empleo

Tras dos años viviendo en la residencia, la recomiendo 100%. Ambiente familiar, el trato es increíble y está muy bien ubicada. Horarios estupendos.

Yo viví allí durante 5 cursos cuando fui a estudiar odontología a Valencia, de esto ya hace más de 20 años, fueron años maravillosos con grandes recuerdos y amistades. Iba caminando a la facultad y las instalaciones son de diez, pocas residencias había en Valencia con tanta comodidad.

Residencia excelente la recomendamos por: situación para ir a la facultad, comidas, personal amable y cariñoso, instalaciones y las hermanas un cielo. Mi hija feliz y nosotros más. Todo lo necesario para pasar una estancia agradable y una experiencia universitaria única.

La residencia es como una segunda casa la gente es súper amable y la comida está realmente buena. El menú es muy variado y hay mucho para elegir.
Las instalaciones están muy bien y las habitaciones son muy cómodas.
No me arrepiento nada de haber ido allí, mi experiencia ha sido magnífica.
No tengo ninguna pega, y la atención por parte de la directora y sus compañeras es perfecta.
La recomiendo muchísimo.