Farmàcia Aragó 1, Barcelona

Trato desagradable, super bordes y unos maleducados. Fui a urgencias por una infección de orina, donde me tuvieron toda la noche allí. Me dieron la receta del antibiótico y en esta farmacia se negaron a venderme el medicamento porque me dijeron que la receta no era una receta normal, (era una receta de urgencias) que ellos no me lo vendían, que me buscara otra farmacia.

No volveré más. Un servicio malo y una actitud chulesca de la farmaceutica intolerable.

No me quisieron vender el medicamento que llevo 3 años tomando porque según ellos necesito receta. Cosa extraña porque lo he comprado ahí sin receta durante más de un año, cada mes. El medico nunca me ha comentado que la necesite y me la ha hecho nunca. Cuando le dije que lo compraba sin receta me dijo, que "eso será en las farmacias de barrio". Imaginense su cara cuando le dije que era cliente asiduo y lo compraba allí desde hacia mas de un año. No entiendo como un profesional de la farmacia puede hacer tal comentario. Inaudito.

Era un sabado a la tarde. Sin aconsejarme como conseguir una receta y obligandome a suspender la toma del medicamento de forma repentina, con todos los efectos secundarios que eso conlleva y poniendo en riesgo mi salud. Un profesional de la farmacia sabe que no puede hacerse eso. Ni tan siquiera me aconsejaron sobre que hacer en ese momento, como se esperaria de un verdadero profesional de la farmacia. Simplemente, adios muy buenas y llamaron al siguiente.

No volvere más. Muy poco profesionales. La peor experiencia que he tenido en mi vida.

El trato es inmejorable. El fin de semana hay una chica muy profesional que sabe explicar los medicamentos que tomo y sino llevo receta, me explico porque no puede facilitarmelos ya que no es como tomarse una Juanola, son medicamentos antidepresivos y ansiolíticos para dormir. Parece que la gente olvida que va una farmacia en vez de la frutería (donde cuando somos clientes habituales nos dan los productos que queremos si los pagamos). Además se le ve que cuando es algo de responsabilidad le pregunta a los farmacéuticos, que son los que tienen que decidir si darte o no un medicamento con receta. Falta empatia en la gente y es muy fácil quejarse de profesionales que hacen su trabajo y que siguen una normativa.