La Duquesita, Madrid

Me encantan sus escaparates y los dulces que hacen para la Navidad. Reconozco que influye mucho en mi su valor histórico

Me alegro de haber venido a este lugar a comprar palmeras después de verlo en Instagram. Las ventanas exteriores estaban muy bien decoradas para la época navideña y el servicio fue excelente.

¡Recomiendo encarecidamente probar la palmera simple y la de chocolate! ¡Tan bueno!

Pastelería luxury style. Decoración y ambiente cuidados. Interesante carta de infusiones y dulces delicatessen. Acompañan al café con unas mini pastas deliciosas. No es muy grande y a determinadas horas resulta complicado encontrar sitio.

El mejor croissant de todo Madrid! Las palmeritas son excepcionalmente deliciosas, recomendado 100%

Muy buena pastelería en Madrid. He probado tanto las tartas monoporción como los pralinés y he quedado satisfecho. Premios por encima del promedio, pero los ingredientes son de primera calidad. Para probar si estás de visita en Madrid

La mejor pastelería de Madrid.esta todo muy bueno.y el sitio es muy chulo.vale la pena ir.hay un comedor y te puedes sentar a comer algo.

Pésima atención. Fuimos a comprar buñuelos y los pedimos todos de crema. Para nuestro disgusto, al llegar a casa eran todos de nata salvo uno. El sitio nos ha decepcionado.

Después de 15 min para sentarnos a desayunar, y otros 15 si tomarnos nota, nos fuimos.

Mal no, lo siguiente.

Os invito a la nueva extensión del negocio es muy acogedora y esta decorada con gusto estilo veneciano. Espacio delicado, acogedor y relajante. Atención al cliente muy profesional. Su repostería roza una estrella Michelin pero sin llegar a conseguirla…

Bollería y cafés buenos, pero precios desorbitados (2,80€ café con leche, más de 6€ un mini pastel)

Enhorabuena porque vendéis mucho, pero decepcionada porque he venido expresamente a merendar a las 18: 15 hoy San Valentín y no os quedan palmeras de chocolate ni nada con chocolate, a pesar que en el mostrador tenéis muchas que son de decoración. Una pena la verdad

Entrar y observar es una maravilla para la vista, pero no lo es para el paladar después de probar varios productos. Compré rosquillas, croissant, palmera de chocolate, palmera de azúcar, piononos, postre de chocolate y magdalenas, de todo ésto se salvo el croissant y el postre de chocolate. Lo siento pero ha sido decepcionante, me alegro por los que tengan otra opinión, ojalá que la mía hubiera sido buenísima.

Buen sitio para merendar o desayunar en pareja. El trato de sala muy bueno. Local precioso y buen ambiente. El cafe bien y riquísimos productos como la mítica palmera de chocolate y el postre de queso nos encantó. Es carillo pero sabes a lo que vas.

Lugar mítico y clásico de Madrid, aunque ha sido reformado no hace mucho pero han mantenido su esencia y el producto es exquisito, es caro, no es barato, pero está buenísimo. El trato con el cliente es correcto.

La afamada palmera de chocolate es mas bien una tableta de chocolate con algo de hojaldre. Demasiado empalagosa. El cafe bien, el sitio pequeño. La atención decente

Pionono en decadencia, la evolución sin interés y con añadidos de siempre.
Y moscas revoloteando en mesa.
7,80 cada evolución piononica y 260 cada café. Para echar a correr.
No entres si no ganas más de 2500 euros al mes!

Me encantan las palmeras sin chocolate y el chocolate caliente es insuperable. Las tartas están muy buenas.

Siempre que voy a Madrid, me gusta merendar en La Duquesita. El personal nunca ha sido muy simpático, pero la última vez fue realmente maleducado.
Después de esperar un buen rato, una persona que había en trado bastante después de nosotros, dijo que le tocaba a el. La dependienta no se interesó por saber si era cierto, nos mandó de mala manera a la cola sin querer oír mis explicaciones, y de manera muy despectiva. Tremenda la mala educación.

Amazing pastries and the nicest people. I highly recommend it, it's a must in Madrid.

Trato horrible, desde el primer momento que llegamos con carrito de niño. Sino quieren niños en el local que lo indiquen, pero no se puede ser más desagradable.