Ochenta Grados Castellana, Madrid

Muy amables todo el personal! Siendo celiaca también me sentí súper bien atendida:) Pedí un plato que no me gustó, y me lo cambiaron. Todo súper rico y hermoso lugar! Con opciones sin gluten

Tenemos la mesa reservada a las 15: 30, entramos dentro del restaurante a las 15: 15 y nos dice la chica que esperemos fuera, que ella saldría a llamarnos, eran las 15: 40 y entramos a ver que pasa, si ya teníamos la mesa o no y nos dice entrar por aquí que ya tenéis la mesa.si el servicio ahí en este restaurante tienen la comida cronometrada para cada mesa de 1 h 30 min ya nos han cogido 10 min tarde de la hora Ya empezamos mal… la comida todo los platos que hemos probado que han sido 14 estaban buenos, pero los platos que tienen que estar calientes estaban todos templados, se supone que si los mini platos calientes son calientes no templados.
Las camareras que nos servían como si fueran robots, traían platos y quitaban platos sin un gracias, nos quitaban los platos aveces sin haber acabado como con prisas, si la cocina cierra a las 16: 00 no puedes tener el turno de las 15: 30 porque no le das tiempo a la gente a comer tranquila, eran las 16: 40 y una encargada nos decía que por favor había que irse que cerraban a las 17: 00, mi mujer y una amiga se van al servicio y mi compañero y yo las esperamos en la mesa, son las 16: 50 y se acerca otra vez a decirnos que nos tenemos que ir ya, y le decimos que están en el servicio y pone una cara la chica…. Es una pena pero comer así no da gusto.
Nos fuimos con mal sabor de boca

Francamente nos esperábamos más. Los platos llegaron todos templados o casi fríos, de sabor normalillos y además te los amontonan todos en la mesa sin orden lógico (la ensaladilla detrás de varios platos “calientes” por ejemplo). Nos esperábamos más la verdad, creo que en esa franja de precios (~30€ pp) hay cosas mejores en Madrid. El distinto de verano muy bueno

Ayer, estuve cenando con mi hermano, pedimos los huevos trufados cada uno, uno y nos sentó fatal, acabamos los dos con ganas de vomitar y diarrea.

El sitio es muy bueno, la comida es genial pero el servicio deja mucho que desear. Después de comer nos ofrecieron unos chupitos, y cuando llegó la cuenta nos los cobraron, con una cuenta de más de 300€, y a qué precio 3€ por chupito. Nos pareció fatal porque si te lo ofrecen se entiende que no te lo van a cobrar o si no se advierte. En fin no sabemos si volveremos.

Pinchos originales y modernos con toques tradicionales. He ido varias veces a este y al de Malasaña y recomiendo probarlo. El menú del día sale muy bien de precio y sales lleno.

Nos encanta este restaurante! Pruebas muchas tapas diferentes y a muy buen precio. El restaurante monisimo. 100% recomentable

Gran lugar en pleno paseo de la castellana con música en directo. Personal muy agradable y simpático. La comida dejaba que desear ya que tenía mucho frito y los platos son pequeños pero en general no estaba mal del todo como experiencia.
Recomendable.

He ido un par de veces a Ochenta Grados Castellana. Es un local grande donde seguro que te pueden acomodar sin reserva en la barra si no sois muchos.

El concepto del restaurante son tapas pequeñas para probar diferentes cosas en la comida. Me gusta mucho pues te da la posibilidad de elegir platos novedosos. Están muy ricos, he de decir que lo que más me ha gustado ha sido la lasaña de pato. Deliciosaaaa.

El sitio es muy bonito, los baños limpios y originales.

Si no le pongo 5 estrellas es por la velocidad del servicio. Traen los platos muy rápido, todos a la vez, de forma que se te acumulan en la mesa y no te da tiempo a comerlos todos calientes.

Experiencia recomendable. Platos originales y con un enfoque diferente al usual.
Fuimos dos personas y recomendamos pedir varios platos para compartir y probar más variedad.
En nuestro caso probamos: lasaña de pato, huevo trufado, falso risotto, croquetas de chipirón y croquetas de carrillera (4 unidades por cada una) y hamburguesa cantonesa.
De postre probamos leche con galletas.
Trato adecuado por parte del del personal.
Rapidez en el servicio.

Excelente para venir a compartir en grupos y pagar cada uno el menú.

La comida siempre esta igual y excelente, pedir un DISTINTO es un fijo allí.

Volvería sin duda!

Lo mejor de la cena, el postre que no pedí. Comida de tamaño minúsculo, no obstante no pude terminarla a causa de su desagradable sabor. No volveré.

Menú del día a buen precio para la zona donde está y platos muy atractivos a la vista y al gusto, con sorpresas incluidas.

Nos encantó este restaurante! Funcionan con mini platos, lo que nos permitió probar más cosas (todos estaban buenísimos) y a un buen precio. Los camareros muy amables y nos aconsejaron genial a la hora de pedir. Muy recomendable.

Platos originales y con sabores sorprendentes.
Buenísimos el falso risotto, el sándwich de costilla y el coulant de plátano. Muy buena atención por parte del personal.
Quizá bajaría un poco el volumen de la música.

Mucha variedad de platos para elegir y el menú está en precio con los de la zona, muy recomendable

Teníamos reserva a las 15: 30 y hasta las 16: 00 no nos dieron mesa y el problema es que te hacen esperar hacinados con mucha más gente en la puerta de la calle.
La comida y el servicio después en cambio muy bueno. Muy entretenido compartir raciones y además comes variado, original y a un precio decente

Un sitio de visita obligatoria si estás en Madrid. Empezando por la decoración, preciosa, un baño súper original y unos camareros muy atentos.
La comida? Tiene las 3 B: bueno, bonito y barato. Las raciones no son muy grandes, pero tampoco son muy caras, lo que te permite probar muchas cosas distintas y eso es un puntazo porque a mí, personalmente, me encanta probarlo todo.
A destacar: croquetas, el sándwich y la pizza más final del mundo. Eso es un must si vais.
Y postres: cheesecake y tarta de oreo. La leche con galletas, que es su postre más famoso, nos dejó bastante indiferentes.
Es el primer restaurante que recomiendo a todo el mundo que quiere ir a Madrid. De verdad, parada obligatoria.

Sono stata a Madrid la scorsa settimana e ho trovato per caso questo locale nel quartiere Malasana. Impossibile prenotare, sempre pieno ma era un weekend di festa in Spagna.

Poi ho scoperto che ne esistono 4 a Madrid e dovendo cambiare hotel ho prenotato a Castellana.

Alla fine mi hanno lasciato un bigliettino per la recensione ma non ne hanno davvero bisogno. L’ho adorato.
Bello il locale, ambientazione anni 80. Piatti ottimi. Prezzi bassi per la qualità del cibo.
Ho assaggiato una loro versione di tinto de verano buonissima e una sangria sempre fatta a modo loro, altrettanto perfetta. Meno di 3 euro a bicchiere.

Mi è piaciuto tutto tutto… provate la lasagna di oca, divine.
Hamburger, gnocchi con agnello, ravioli di crostacei… insomma tutto stupendo.
Conto 60 euro in due con 4 drink e una decina di piatti… (sono in formato tapas ma molto appaganti e porzioni giuste non minime) siamo usciti rotolando!

10 e lode.
Voglio tornare a Madrid solo per tornare in quel posto! ️

Un sitio muy chulo para cenar y tomar algo.

La comida está toda riquísima, buenas raciones para el precio que tienen, aptas para compartir si te apetece probar varios platos porque está todo muy bueno. Con dos por persona, o tres si tienes mucha hambre, vas bien.

La decoración es preciosa y se está muy cómodo ya que hay buena separación entre mesas. Además, tienen DJ y la música acompaña muy bien. La atención de la camarera que nos atendió fue maravillosa, muy atenta y amable.

No le pongo 5 estrellas porque, tal y como se ha puesto de moda, te echan a la hora y media. Entiendo que es un negocio y con dos turnos sale muy rentable, pero nos apetecía quedarnos a tomar una copa y estar más tiempo y no pudimos.