Restaurante Bodega Narciso Figueroa, Colmenar de Oreja

Encantador, con mucho potencial y gente maja. Pero le falta atencion al detalle. En conjunto una buena experiencia.

De los mejores restaurantes que he ido, carta corta, pero con una calidad sus platos, Narciso el dueño, bellísima persona, amable y atento para que no te falte nada, pedir el menú degustación si vais varios

Cuando piensas que nada puede sorprenderte de repente aparece este 'restaurante'. Comida escasa, 0 medidas anticovid y trato que deja bastante que desear. No dudo que en su día fuese un buen restaurante en Colmenar de Oreja, pero hoy debería estar cerrado. Lástima inspección de sanidad.sólo decir que nos levantamos de la mesa en el segundo plato del menú de degustacion. Para olvidar.

Lugar con mucho encanto, trato inmejorable, el vino delicioso, el menú degustación casero y expuesto. Totalmente recomendable.

Una comida muy rica y un hombre muy amable:) un gusto la verdad. Ojalá estos pueblos resurjan y venga mas gente!

Todo expectacular. Calidad maravilloso, y especialmente el factor humano, Narciso, desde la reserva hasta el postre. De la huerta y bodega propia. Imprescindible. Recomiendo 100 por 100.

Bodega pequeña, con poca vidilla, Narciso amable sus explicaciones sencillas y fáciles de entender sobre los vinos

Buen restaurante/bodega. La carta no tiene muchas cosas pero están todas exquisitas. La comida la hace al momento. Relación calidad/precio muy buena.
El vino está increible, muy suave y la bodega está muy bien.
El trato de Narciso es muy bueno, es muy amable y educado aunque quizás debería de insistir un poquito menos en elección de la comida.
El ambiente es muy acogedor.
¿Recomendable? Por supuesto que sí.

Narciso Figueroa un tío bien majo, entendido de lo que se trae entre manos con el vino y con la vida en general. Buenas migas y vino blanco y tinto joven bastante buenos. Buena experiencia. Gracias por tu amabilidad Narciso.

Fuimos a la cata de vinos y está muy bien por el precio que tiene. La profundidad de las cuevas es impresionante y el vino con el picoteo está muy bueno. Narciso siempre te convence para que te quedes a comer. Buena comida, buenos precios. Disponibilidad de platos sin gluten.

Excelente comida, la atención insuperable, lo recomiendo, el dueño Narciso excelente anfitrión, la amabilidad se desborda, fuimos un grupo, nos atendieron muy bien, nos dieron un paseo por las instalaciones de la bodega, pasamos todo un día, degustamos los vinos excelentes, uno mejor que otro recomiendo para pasar el día y comer alla.

Sitio agradable como su personal, pasamos un domingo 21 de junio maravilloso la comida riquísima y el vino espectacular, Na visto un gran tipo, volveremos.

El trato fue exquisito, Narciso acoge al visitante y es embajador de su pueblo. Disfrutamos con el menú.

Defraudado. Las tapas a compartir con otros usuarios de las degustaciones, el vino también. Etc.

Visitamos las viñas, tuvimos un picoteo en el cual ya probamos los vinos, una vez en el restaurante visitamos las bodegas que son bastante originales, la comida es de calidad, verduras, patatas, migas, cocido y carne, todo ello servido con sus vinos tinto y blanco, el vino no es tan bueno como la comida pero no está mal. El trato fue bueno y se ve que llevan muchos años en la hostelería. Probamos también un espumoso que hacen.

Una experiencia increíble! Una cata con unos vinos riquísimos y Con un rico pica pica! Después una comida buenísima! Y un trato 100% recomendable

Hay que ir si o si. Narciso majísimo, su bodega súper interesante y sus vinos te los puedes llevar a casa a buen precio (el blanco joven es afrutado, delicioso). El menú degustación es para gente de buen comer)

Una bodega con encanto, un vino tinto espectacular, el limoncillo muy rico.
El cocido mejor que las migas si hay que elegir.
Repetiríamos seguro

La comida no esta mala, no es una maravilla pero esta rica de sabor. Eso si, la atencion deja mucho que desear.
Te enseñan la bodega de forma casi forzada, sin tu haberlo pedido y te hacen esgocer un vino que luego, por supuesto, pagarás. El tiempo de espera eterno. La carta sumamente escasa en comparacion con lo que aparece en el tenedor y las raciones tampoco son abundantes. Te intentan vender las "patatas chulas", que no son mas que patatas fritas con ajo y perejil, como si fuera el mayor manjar del mundo, y se toman unas confianzas que no he visto en ningun otro restaurante.
Como digo, el sabor de la comida no es malo, esta bueno, pero no es un motivo para ir a comer alli, ni mucho menos para repetir

La comida está bien (en nuestro caso fueron verduritas, migas y somarritos) aunque las migas estaban demasiado saladas y llevaban exceso de ajo. Los somarros buenos, pero nos llegaron algo fríos a la mesa, una pena.

Para mí lo peor es la sensación de que te están tratando de vender la moto todo el tiempo. Comprendo que el dueño quiera ser amable, pero la impresión que da es que te quiere colocar los platos que él quiere a toda costa sin dejarte elegir.

Nosotros no probamos el vino, así que no podemos opinar de él, pero la sensación de que nos querían colocar una botella a toda costa se repitió.

En resumen, buena comida a un precio razonable (si se va con descuento de El Tenedor, claro), pero una sensación un poco agobiante.