Springfield, Madrid

Muy mala atención por parte de la dependienta que se encontraba colocando la tienda. Al preguntar por una talla de una prenda, ni se molesta en comprobar stock en la tablet que llevan precisamente para dar ese servicio al cliente y me dice que es lo que hay fuera. Por la web se puede reservar la talla si hay stock en tienda, incluso en rebajas (como era el caso), y al llegar a caja el dependiente llama a esa misma chica para buscarme la talla, pues había stock de sobra en el almacén, y la trae de mala gana porque ya no le queda más remedio.

Las devoluciones solo se pueden hacer por un importe igual o superior al precio de la prenda que devuelves.
En TODOS los establecimientos cuando cambias una prenda por otra de importe inferior te abonan la diferencia con un vale. En esta cadena te obligan a comprar algo para que supere el precio de la devolucion. ES ILEGAL

Este verano clonaron mi tarjeta y hicieron una compra en la tienda online de Springfield. Aun que se tenià tiempo para bloquear la compra o pedir a quien comprò copia de la tarjeta y copia de dni del titular de la tarjeta, Springfiel elegiò de no hacer nada permitiendo asì al ladron de finalizar una compra fraudolenta con mi tarjeta.

No tienen tallas de muchos productos, pero las dependientas se desviven por solucionarlo. Muy amables y eficientes

Vengo habitualmente a esta tienda por que me encanta esta marca de ropa me suele atender un chico rubio que se llama Alberto, es super simpático y servicial, siempre con una sonrisa en la cara dispuesto a ayudar al cliente te dan ganas de comprar con este servico, lo recomiendo

No puedo entender cómo para hacer una devolución, tenga que devolver las 2 prendas que comprende el ticket sin perder el descuento aplicado.

Cambiar ropa es un horror y tampoco hacen una tarjeta para gastar en otro momento pq dicen que no tienen. Tenían que aprender un poquito de los grandes almacenes, al menos no te hacen perder el tiempo. Y ahora la prenda me la como con patatas. Lamentable.

Me atendió muy bien, fue una chica rubia muy simpática que se llama María, fuimos muchos y a todos nos saludo y nos preguntó si nos podía ayudar. Cuando vaya otra vez preguntaré por ella.

La verdad es que fue la única que me hizo caso y me ayudó.