Tasca Ondarroa / RESTAURANTE A-380, Madrid

Estuvimos comiendo de menú entre semana y la verdad es que bastante bien, lo que pedimos estuvo bien para ser de menú y la comida no estaba nada mal, por que por trabajo suelo comer cada día en un sitio diferente y hay cada uno por ahí que es para no volver jamás

Yo la verdad que no soy de poner reseñas, pero este lugar lo merece, en principio el menú especial lo especial que tiene de verdad es que la comida es insípida nos sirvieron una merluza gallega con patatas que no sabía a nada más que agua, supongo que sería recién descongelada. En cuanto a las Fabes marineras parecían gachas en vez de fabada. Una pena porque el lugar está en un sitio estratégico, había pasado infinidad de veces delante y esta era la primera vez que paramos a comer y la última claro. Muchas veces da igual pagar un poco más si la comida lo merece, en este caso siento decir que no lo valía. Pongo una estrella por qué no hay posibilidad de poner menos espero que las críticas les sirvan para mejorar.

Pues sinceramente decepcionante lo que se trata de menú diario la atención pésima pedimos alubias pintas no dijeron que quedaba uno o dos platos al final nos trajeron dos y nos trajeron un puré no había ni una sola judía viva lo dejamos casi entero lo comentamos al camarero y se echa a reír

Bueno hay ocasiones que merece la pena poner lo patético que resulta que te traten bien y que este trato sea peloteo puro y duro, para después engañarte en el servicio y atención, una vez te han conseguido sentar en la mesa.

La calidad de lo servido y lo pagado no se corresponde ni de lejos.

Lo dicho no os lo recomiendo ni de lejos.

El Domingo estuvimos comiendo varias parejas con los niños y nos llevamos una grata sorpresa al descubrir que el 60% de lo que ofrecían en la carta luego no disponían de stock, incluso una vez pedido los platos y habiendo confirmado tuvimos que cambiar algunos porque tampoco los tenían, la carne estaba dura y para mas "inri" el precio no era ni de lejos acorde al precio (25 euros solomillo), con lo que este local no es sinónimo de relación precio-calidad. Reconozco que soy de los que no le importa pagar mas, siempre que la calidad sea equivalente al precio. La guinda al pastel y nunca mejor dicho la pusieron al servirnos el postre, una insípida panacota de casi ocho euros la cual termino de convencernos para no volver a comer mas a este local. Terminada la comida y con el mal sabor de boca correspondiente le trasladamos nuestro mal estar a la encargada/metre que tras escuchar nuestro descontento solo se digno en poner excusa tras excusa en vez de reconocer en primer lugar la mala organización de la carta y la pésima calidad del producto ofrecido, una pena no saber aprovechar un local con tantas posibilidades, ¡NO LO RECOMIENDO!

Acabo de comer un pollo asado de menú que no se ni como no les da vergüenza emplatarlo y servirlo en una mesa. Se olvidan del pan. Pido de postre kiwis y me ponen 1 unidad. No se puede ser más cutre. Precio 11.50. No lo regalan. Nunca más.

Edito tras respuesta del restaurante.

Mienten pues no reclamé el pan ergo no me lo trajeron.

Asi como sí reclamé la bebida 3 veces con la comida servida en la mesa.

Ser poco profesional es una cosa.

Ser mentirosos es más grave.

La verdad es que cenamos bien, quizás la persona que nos atendió pudo haber sido un poco más amable pero lo compensó el tamaño de la comida, la tosta de solomillo por ejemplo estaba muy buena y era enorme por 6 euros.

Comí de menú cocido, 10'50, de sabor malo, venia sin morcillo, cuando vi gente en mesas de al lado que sí lo tenía, y para colmo una mosca entre los garbanzos. Pedí un licor de manzana sin alcohol y sabía raro. Vamos, que no lo aconsejo.

Bar de paso para tomarte algo de paso. Esta en barajas en u a rotonda cuando vas hacia la t4, suele ser punto de reunión y bue sitio para la gente que trabaja por los alrededores del aeropuerto.

No me gustó nada. Mala ubicación, local obsoleto, y una comida para olvidar: De la tabla de ibéricos, sólo se salvaba el lomo, porque el resto era embutido de grasa. Nos pusieron una ensalada de queso de cabra con lechuga iceberg, un cuarto de tomate, frutos secos, y "queso de cabra" bañado en reducción de balsámico de modena. Incomible. Cachopo relleno de cebolla y manzana, una combinación que a mí personalmente, no me va. El arroz con leche de postre, casi congelado, podías dar la vuelta al cuenco y no se caía de lo denso que era.
Sólo lo recomendaría a cuñados molestos