Il Tavolo Verde, Madrid

Alimentarte en un sentido amplio de la palabra es lo que puedes conseguir en este precioso sitio, rodeado de singulares objetos escogidos con mimo la experiencia de comer sus propuestas de platos es mas que agradable.
La atención que recibimos mi pareja y yo por parte de Marina fue exquisita, de una amabilidad que no sueles encontrar en sitios del centro de Madrid.
Es uno de esos refugios al que buscas volver a la primera oportunidad.

Les he puesto 4 estrellas porque el servicio al cliente es muy básico, no cuesta nada ser más cercano y sonreír, también es cierto que la chica rubia está sola para atender todo el café, he ido 2 veces y no habido nadie echándole un cable. Ideal lugar para tomar un café y desayunar, es un lugar calido, tranquilo y la decoración es ecléctica de buen gusto por lo acogedor. Los postres muy ricos, los café con leche bastante buenos. Lo recomiendo y sin duda volveré. En la parte de atrás del local no me quedó claro si es una venta de muebles o si es parte del café, es una pena que no tengan terraza. Está muy bien ubicado, muy cerca de la Puerta de Alcalá en pleno centro de Madrid, cerca de la Calle Serrano.

Muy de acuerdo con la opiniones en general, sitio precioso, con una decoración muy agradable. Precios desproporcionados, carisimo, para el tipo de sitio que es, raciones muy escasas. No todo vale x tener un sitio mono.ya está bien

Raciones escasas a un alto precio. No hay transparencia en los precios. Un café pequeño (más chico que uno pequeño en cualquier otro sitio) y un trozo de tarta 10 euros.

En plena pandemia, la chica que atiende no se lavó las manos luego de salir del baño y así fue a servir otro plato.

Encantadora cafetería donde te sientes en la Provenza o en Normandía. Un ambiente romántico y encantador. Tomar un café redorado de muebles preciosos, una decoración campestre y unas flores maravillosas. Una atención delicada y muy atenta. Date una vuelta por la trastienda, encontrarás de todo! Y se puede adquirir! Todo lo que veas, te lo puedes llevar

Local super acogedor, te sientes como en casa. Trato muy familiar. La comida buenísima y tienen opciones vegetarianas/veganas.

Un lugar muy acogedor para tomar una merienda en un ambiente tranquilo.
La decoración es preciosa y da paz.
Lo negativo. Los precios.
Un zumo de naranja 5€, imagino que eran ecológicas.
Las raciones de tarta 6,50€
Seguramente la calidad de los ingredientes son geniales, estaban ricas y el barrio donde está situado el local ya te puede ir avisando.

Local de decoración "rústica" situado en el barrio de Salamanca, cosa que se nota en el precio. Tienen una carta pequeña de raciones y platos bio y orgánicos que no están mal de precio dado el sitio. También tienen un brunch por 25 euros. El problema es la bebida, a precios estratosféricos que hace que a la hora de pagar la cuenta uno se lleve sorpresas desagradables. Es lo que tiene el mundo bio, al parecer. El otro problema que tienen son los camareros que se liaron bastante con la comanda en nuestro caso, además de que tuvimos que pedirle bebidas insistentemente porque no lograba recordar el pedido.

Bonito y con encanto
Pero sus opciones para cenar o tomar algo, son pocas y con su idea de cantidad un poco equivocada
Realmente rico, pero en cantidades un poco escasas

Un sitio espectacular para comer o tomar algo. También se puede comprar todo lo que ve. La atención es impecable.

Carísimo para la poca cantidad de comida. Todo calentado en microondas. Caliente por fuera y frío por dentro. Una pena porque bueno está. Para un café o un vino bien, pero ya.
2.50 café, 5.5 postres aproximadamente pero 9.50 euros por una mini porción de hojaldre frío? Desproporcionado
Bonito y curioso el lugar.
Sin precios, no hay carta. No nos ha gustado este detalle.

Maravilloso. Sitios donde comes rico y te sientes bien. Un sitio precioso que vayas cuando vayas siempre te sientes como en casa.

Lugar realmente agradable, tanto para un café o un vino como para comer, y de paso comprar algo de decoración. Es atendido por chicas encantadoras y la comida está buenísima. Muy recomendable

Un sitio en el que tienen 2 platos simples, de menú infantil, y que para colmo te cobran a millón.
Me sentaron en un sitio que parecía un trastero, lleno de suciedad.
NO TIENEN DE NADA, SUCIO, Y ENCIMA CARÍSIMO.
De denunciar a sanidad y por estafa

Es un lugar pequeño pero muy acogedor. La comida es exquisita y los postres deliciosos. La ubicación es complicada, difícil para aparcar pero sólo tienes que ir más temprano, merece la pena conocerlo.

Pasé un domingo y el local estaba abarrotado, ruidoso, sin mucha distancia entre mesas, ni ventilación ni nada. En las fotos parece mucho más amplio y luminoso de lo que es. Ingredientes que parecen con bastante calidad pero poca cantidad para el precio. Nos sentaron en un único banco a los dos comensales y era muy incómodo porque teníamos que girarnos para poder hablar

Pedimos 4 trozos de tarta y todas estaban muy ricas! Precios razonables, gente maja, y el sitio mola mucho. Repetiremos!

El local es bonito y acogedor, el personal muy amable, pero la verdad que para comer no nos gustó la experiencia: nos pareció muy caro, platos simplemente correctos, sencillos y poco abundantes. Casi 20€ por un plato sencillo de cebada y berenjena, por ejemplo. Con el hummus (tuvimos que pedir dos platos para compartir entre 5) no traían ni media rebanada de pan por persona. Teníamos muchas expectativas pero nos fuimos sin tomar café ni postre.

Tartas totalmente recomendables. Es un lugar con encanto puedes desde tomar un cafe hasta comprar cosas de anticuario.
Tartas caseras, diferentes y un trato muy agradable.

Un sitio muy agradable para tomarse un café. Pero.comer allí es tirar el dinero ya que no ponen más que ensaladas Florette y platos sin gracia ni estilo. La carta es un sinsentido.