Il Tavolo Verde, Madrid

Poca limpieza, carta demasiado limitada y encima les faltaba un plato de los 10 que tienen, raciones súper escasas (sirven los platos principales en platos de postre), cocina flojita y servicio poco profesional, aunque amables. Los objetos en venta más que antiguos parecen viejos y de escasa calidad. Muy mala relación calidad-precio. No volveremos

Alucino con los que se quejan tanto: que no salgan de sus vips y 100 montaditos, por favor. El sitio es una preciosidad, justo lo que falta en Madrid: tranquilo, bonito y atendido por su dueña. La comida es deliciosa y se respira paz por todas partes. Si no fuera porque me queda un poco lejos, sería mi sitio de referencia.

Precio de alta cocina para platos simplones con raciones ridículamente pequeñas. Carta muy reducida. Mucha bolsa de Florette y poca elaboración. Cuando tienes la cocina a la vista debes cuidar mucho lo que enseñas. En el caso de este restaurante, un auténtico error. Una freidora, un horno y toneladas de platos sucios. No ponen ni siquiera un mantel individual de papel y ni sueñes con que te cambien los cubiertos entre plato y plato. La vajilla está vieja y descascarillada, (no es vintage, es simplemente vieja y deteriorada, como el resto del local) El bizcocho de pera estaba bueno. Cualquier parecido de las fotos de la web con la realidad es pura casualidad. Experiencia decepcionante. No volveremos.

Fui a comer con mi familia en fin de semana a il Tavolo Verde, ya que habíamos visto que el sitio era muy bonito por internet -ciertamente tiene encanto- y que las opiniones eran muy buenas.

Desgraciadamente, la experiencia no fue positiva. Es cierto que el personal fue amable, pero en cierta medida sobrevendía la calidad del producto ofrecido.

Tomamos un par de entrantes para compartir y un plato principal por persona. Particularmente, no somos de comer excesivamente, pero las raciones eran MUY reducidas, y la calidad y elaboración del producto no eran acordes con el precio.

- La carta, muy pobre y con descripción tan refinada que comparada con el plato servido, bien parece de alta cocina.
- Los entrantes, escasos y nada especiales.
- La guarnición de todos los principales era exclusivamente ensalada verde -mezclum de bolsa-a unos 20euros el principal.
- Postres, ni los probamos.

En total, pagamos unos 37 euros por persona por comer comida justita, con una cerveza cada uno, sin vino, ni café, ni postre.

No volveremos

Estuvimos muy, muy agusto. ¡Las chicas que estaban eran encantadoras! La comida riquísimas y con muy buenos ingredientes. No es barato, pero merece la pena.

Lugar con encanto y lechuga extramadamente cara (una ensalada de lechuga y 3 trozos minúsculos de queso 12.5€).

Acogedor y bonito espacio que combina cafeteria-restaurante y tienda de decoración.
Fuimos a tomar un té y un café.
Buena atención al cliente, son muy amables y hay servicio a la mesa.
Volveremos en otra ocasión para probar sus dulces.

Platos apetecibles en la carta, donde ya se ve que los precios son caros, pero al traértelos a la mesa, ves que la cantidad de comida es muy, muy escasa. (por qué? Lo que más disgusta a la gente es la tacañería en la cantidad.) el plato combinado es un timo, porque no hay mas comida que si fuera solo un plato.
Además, cuando las mesas son compartidas, los clientes se suelen “ aguantar” pero a nadie le gusta comer con extraños al lado.por último, no deberían cobrar el agua ya que no es embotellada, solo filtrada

Sitio muy acogedor pero la comida decepciona cuando llega a la mesa. Me pedí una quiche, mínima y sin ningun tipo de acompañamiento. Precios altos para lo que es.