Restaurante Viridiana por Abraham García., Madrid

Calidad y buena atención. Local curioso, con ambiente tranquilo y buena distribución de mesas. Cuidan detalles.

Me ha decepcionado mucho. La comida no va más allá de correcta y el precio es de restaurante TOP.
Los famoso huevos no tienen nada del otro mundo y los tacos pibil fuera de carta son burritos presentados con muy poco gracia.

El restaurante Viridiana se halla ubicado en la madrileña zona del Retiro, cerca del Museo del Prado
Hemos oído hablar muy bien del restaurante y de Abraham García, pero siempre hemos pospuesto esta visita obligada a unos de los restaurantes clásicos de Madrid. Comer en Viridiana requiere una ocasión especial, hay que ir para celebrar algo y fuimos con unos amigos anticipando mi cumpleaños. Pusimos el listón bastante alto y no nos defraudó. Eso si no apto para todos los bolsillos ya que es carillo.
Cocina de temporada con la selección de excelentes materias primas hacen que disfrutes de cada plato.
Me llamó la atención la vajilla que lleva el nombre de Abraham García y el sombrero santo y seña de la casa.

Poco puedo aportar que no se sepa ya, de los mejores de España, un MAESTRO. Gracias DON Abraham, siempre es un placer

Fantástica experiencia en el restaurante de Abraham. No hay palabras para describir los sabores de sus platos, mejor ir y probar. Muy recomendable los platos fuera de carta, sin duda de lo mejor, además él ayuda a que la experiencia sea mejor con sus sugerencias y comentarios.

Una gran experiencia, Abraham es una persona muy particular pero hace del restaurante un hogar y acoge a la gente para compartirlo, debo mencionar el trato de Eli y Oliver porque hizo la experiencia aún mejor. La comida fue buenísima, tienen especiales cada día y nosotros acabamos cogiendo el caviar y, a pesar de su precios, nos encantó. Luego cogimos de entrante el foie mi-cuit y la sarten de huevos con mousse de hongos. Seguimos con dos especiales del día, unos tacos (reconozco que no apunte con detalle su contenido por lo que lo obvio) y ravioli frescos rellenos de ricotta con pera y ragú de corzo, terminamos con el tiramisù. Toda una experiencia y apesar de ir preparados por algunas malas opiniones, superando nuestras expectativas. Volveremos seguro